domingo, 10 de mayo de 2015

Eduardo Lizalde presentó una nueva edición de 'El tigre en la casa'.

 
 
Por: Virginia Bautista /enviada
 
Buenos Aires.- El tigre en la casa es un libro oscuro, admite el poeta Eduardo Lizalde (1929), “pero fue planeado así intencionalmente, no quise incluir ni un solo poema optimista, tierno o celebratorio, sólo versos violentos y resentidos”.
 
 
El escritor mexicano confiesa que, cuando publicó este poemario en 1970, hace 45 años, pensó que iba a ser descartado “por violento, agresivo, ofensivo, escéptico”. Pero no fue así.
 
“En cuanto se editó, lo leyeron no sólo mis colegas, sino los estudiantes, lo imprimieron en mimeógrafo, no se ha dejado de leer. Me ha perseguido, tocado, consternado a lo largo de mi vida. Incluso ahora, de vez en cuando, cuando abro el clóset de mi recámara, aparece un tigre”, comentó el autor de 85 años.
 
 
El poemario, que Lizalde considera “viejísimo”, porque está a punto de cumplir medio siglo, sigue deslumbrando y ahora ha llegado a los lectores argentinos a través de la edición del sello Sur y Porfiado, que se presentó ayer en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA).
 
El Salón Alfonso Reyes del encuentro librero, que se llevará a cabo en la capital argentina hasta el próximo lunes, se llenó de aplausos que sonaban cada vez que Lizalde leía, con voz grave y melodiosa, los diversos poemas del volumen, los más gustados, pero también los menos leídos, abstractos.
 
 
“La belleza de la muerte y la destrucción que es el tigre está en la historia entera, en la mitología, la filosofía, la literatura. Al tigre lo hemos tomado todos los autores. Toda imaginación, figura, tema, es infinito. El tigre es un accidente, pudo haber sido el perro, el hombre. Es una manía de los poetas”, explicó.
 
 
El autor de Cada cosa es Babel, revaloró la fuerza del género poético: “No es más fácil escribir un texto extenso de mil páginas, que uno de unas cuantas líneas. La dificultad es la misma. El lenguaje de la poesía no es más accesible que el de la prosa, es igual de complejo. Sólo que la poesía es un elemento que tarda en hacer explosión”.
 
 
Lizalde terminó su participación evocando a Jorge Luis Borges, cuya poesía le parece tan grande como su obra narrativa. Y recordó la ocasión cuando convivieron en México y él leyó los poemas de Borges en un documental que se hizo sobre su obra.
 
 
El tigre en la casa fue comentado por la poeta argentina Paulina Videman, quien detalló que el poemario “nos habla del amor, pero no del amor de florecitas bordadas y cartas de seda”.
 
Dijo que Lizalde ha renovado el discurso amoroso a través de un lenguaje violento, lúcido, con riqueza verbal. “Nos habla del amor que origina odio por volver esclavo al amante, quien a su vez odia a la amada, y a la vida fugaz del amor mismo”.
 
 
Videman encuentra furia y belleza en la imagen del tigre. “Lizalde, de un zarpazo, define al amor como un ramo de tigres, es imposible dar una mejor definición. Su mundo poético es complejo, como el alma humana”.
 
 
La escritora mencionó que la evocación del miedo y el odio, la forma como los nombra, es uno de los mayores aciertos del poeta en este libro. “Si bien la poesía no puede recuperar ninguna pérdida, la de Lizalde deja una profunda huella”.
 
 
Carlos Andazábal, editor de Sur y Porfiado, comentó que la idea de reeditar el poemario obedece a “la empresa de traer a Argentina la mejor poesía de México”.
 
 
El tiraje inicial del poemario es de 500 ejemplares y estará en todas las librerías del país sudamericano. La publicación forma parte de su relanzamiento en España y en Centroamérica, donde circula en países como El Salvador, Guatemala y Costa Rica.
 

Siete argentinos fuera de su país

La Maga es una colección de novelas policiacas que no forzosamente evocan en su trama sangre, tiros ni apuñalados, sino la migración, el viaje, lo extranjero, porque están escritas por siete autores argentinos que viven fuera: en México o España.
 
 
Publicada recientemente por la Universidad Autónoma del Estado de México, la serie, que fue presentada ayer en la FILBA, integra los títulos Moravia, de Marcelo Luján; New Pompey, de Horacio Convertini; Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari; Cómo usar un cuchillo, de Fernanda García Lagos; Anclao en París, de Gabriel Vonnaro; Camino de ida, de Carlos Salem, y Flotarium, de Guillermo Roz.
 
Con la presencia de cuatro de los siete autores, Rosario Rogel, directora del Programa Editorial de la UAEM, destacó que estos títulos, coeditados con la Universidad de Salento, de Italia se hicieron en un tiempo récord de seis semanas, pero que ello no afectó su calidad.
 
 
Fernanda García Lagos comentó que ella es la excepción a la regla, porque, además de ser la única autora mujer, presenta no una novela sino 27 relatos “rojos, no negros”, que van de breves a brevísimos y utiliza el cuchillo no como objeto, sino como una “excusa de corte”.
 
 
El diseñador Pablo Mitlaini, creador del concepto gráfico de los ejemplares, incluidos en una caja y que están en  venta por Internet, explicó que para realizar las portadas se basó en la figura del Mago del Tarot, “la carta número uno, que significa el inicio”.

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