"Susurros en el oído" de Melgorzatah Haduch se presentó en la Caja Negra del CASLP

Fotos: Cortesía de Eleno Guzmán

Por: Roberto A. Valenciano Capín

 

"Whisper in my eye" bajo la dirección coreográfica de  Melgorzatah Haduch,  recorren este encuentro, reconocimiento y goce experimentar otras posibilidades de convivir y habitar el espacio por esta ruta de re significar la danza, a partir de cambiar la experiencia de la misma de lo que se ve a lo que se escucha del movimiento a través de otros sentidos, es decir, pasando de la mirada al oído, gracias a estos tres detonante sonoros como son el silencio, el murmullo y el ruido.

 

 

Todo esto como parte de su residencia artística en el CEART San Luis Potosí, gracias al apoyo del Institut de Adam Mickiewicz y producido por Crearte, al tener como escenario la Caja Negra del CEART.

 

 

Seis bailarines que exploran a través de esta interesante propuesta que tiene el objetivo de ampliar el lugar de la danza, entendida esta como estos alcances mismos en y entorno a la mediación en la deconstrucción  de los procesos de exploración del  movimiento.

 

Al circunnavegar por estos procesos dinámicos en donde no hay esta impermanencia, sino más bien este constante dialogante entre sus elementos, al recordar que la danza se piensa, se estructura, se   crea por y para el cuerpo  al hacerlo a partir de  la creación de cada melodía propia del bailarín para detonarla en esta búsqueda de estos impulsos creativos de su propia organicidad y poética a través de su sonoridad entendida ésta como esta extensión y prolongación de este constructor de movimiento hecha danza, aunado a esta deconstrucción y   esta transitoriedad como esta posibilidad de atravesar y mantenerse con estas imágenes sonoras que se conectan con la profundidad de la memoria emotiva ante este visibilidad del cuerpo y su propia instantaneidad.

 

 

Y por tanto, lo que se podría decir esta contraparte, es decir, el espectador se volvió parte insoslayable de esta interesante investigación en donde se expuso este despliegue de todo este espectro de tonalidades y matices vocales, guturalidades, el mismo cuerpo no solo como este detonador de sonidos sino también de estos silencios, susurros y ruidos  siempre pulsantes y atrayentes, para volverse en  esta dramaturgia y esta de-fragmentación de  movimientos contundentes, dinámicos  y puntuales  que indudablemente fueron trazando esta nueva cartografía del cuerpo, en donde se cumple esta pauta de ver por los oídos y escuchar por los oídos.




Un ejercicio que contribuye a redescubrir la capacidad de escucharse a si mismo y de esta potencialidad de verse en la otredad a través de este paisaje coreográfico gracias al trabajo y participación de los bailarines de Pachuca, Hidalgo; Querétaro, Jalisco y San Luis Potosí: Mariana Vázquez Omaña, Joel Olvera López, Edna Rodríguez López, Abil Meneses, Casandra Mitotiani y Jesús Eduardo Rocha Montes.



Asistente coreográfico: Rafael Becerra, diseño de Iluminación: Madeleine Ramírez  Beltrán, producción: Irais Verastegui  y registro de proceso en video:  Joaquín Loustaunau.