Por: Fabiola Palapa Quijas
La investigadora y ex bailarina María Cristina Mendoza
Bernal, interesada en el tema de la coreografía realizada por los mexicanos,
revisa en su libro más reciente, Las instituciones oficiales de la danza
clásica y la producción coreográfica nacional (1963-2003), las distintas épocas
del Ballet Clásico de México (BCM) que después se convirtió en la Compañía
Nacional de Danza (CND).
Mendoza explica que la idea central de la publicación es
conocer cómo se ha desarrollado la coreografía dentro de la agrupación
dancística, pero para dar un panorama general decidió incluir las historias del
BCM y de la CND.
La historiadora de arte e investigadora del Centro Nacional
de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón
(Cenidi-Danza) subraya que desde su inicio el BCM estuvo abierto “tanto a las
coreografías que se denominan tradicionales, como a las contemporáneas y esta línea
ha seguido dentro de la CND. Se han dado muchas transformaciones, pero siempre
ha estado presente esta apertura a la coreografía clásica, neoclásica y
contemporánea”.
Sobre el trabajo de los coreógrafos mexicanos, la autora
mencionó de manera especial las propuestas de Jorge Cano, Nellie Happee y
Carlos López, quienes además de ser bailarines se desarrollaron en el campo
coreográfico.
En el libro, editado por el Instituto Nacional de Bellas
Artes, Mendoza analiza los cambios estilísticos en el BCM y en la CND, así como
su relación con el contexto histórico social, la influencia de la crítica en su
producción, los coreógrafos involucrados en este cambio y las dificultades que
enfrentaron para producir su obra.
El ejemplar incluye imágenes del archivo de Guillermo
Galindo, ex fotógrafo de la compañía, así como de Alida Kent y Roberto Aguilar.
Para la investigadora es importante que la CND desarrolle
estrategias para trabajar de manera específica la interpretación y la
profundidad de los personajes de las obras tradicionales y contemporáneas.
Presentar a la CND con su grandiosidad, en funciones siempre
ejemplares que infundan el ánimo en su público y que muestren la capacidad de
presentar mundos distintos, tanto del pasado como del presente, es para la autora
una forma de democratizar la danza.
El libro fue presentado por la investigadora Margarita
Tortajada hace unos días en el Palacio de Bellas Artes. Además de señalar que
la CND muestra la visión que sobre la danza tienen los gobiernos en turno,
Tortajada expresó que la obra de Mendoza ayuda a entender mejor las lógicas del
campo dancístico mexicano.
Señaló que mediante el texto se pueden conocer las
dificultades que enfrenta la compañía para obtener presupuesto, el impacto que
tienen los cambios sexenales, los tropiezos para montajes y reposiciones, las
complicaciones de traer maestros y coreógrafos invitados, así como las
problemáticas internas que viven como cualquier otra organización.
“En el campo dancístico se considera a la CND como los
privilegiados, a lo mejor sí lo son, pero aquí vemos que su vida no es fácil y
comparten muchos problemas con el resto de los grupos”, agregó Tortajada.
En ese acto, al que asistieron diversos integrantes del
mundo de las zapatillas y el tutú, Nellie Happee, Sylvie Reynaud y Salvador
Vázquez Araujo compartieron sus experiencias y anécdotas en la CND.
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