Por: Roberto A. Valenciano Capín
Uno de los aciertos de este proyecto potosino Líbranos del Mal bajo la dirección del joven coreógrafo y bailarín Víctor Villasana, ha sido el llevar la danza por linderos de la misma cotidianidad, para afrontarla con ésta y por tanto generar este diálogo, así como también la creación no solo de experiencias sino también abogando por esta expansión de las mismas para aquellos que no han tenido un acercamiento a la danza.
Por lo tanto, esta intervención escénica titulado "Mi Barrio" tuvo como escenario, este espacio público que se configura entre la explanada que comprende el Museo Nacional de la Máscara y el Coloso de Villerías, siendo parte de las actividades de esta XXXV edición del Festival Internacional de Danza Lila López
En donde hay que recordar ya se ha presentado en dos anteriores ocasiones, en el Jardín de San Miguelito y el Jardín de San Juan de Dios.
Osvaldo Oviedo y José Iván Fiscal fueron quienes le dieron este sustento dancístico a esta intervención dancística en este espacio arquitectónico para detonar acciones/situaciones, cada recoveco de esta arquitectura de este singular edificio que alberga el Museo Nacional de la Máscara, no solamente fue el punto de partida para habitarla, sino generar esta transitoria re significación de su corporalidad, momentáneamente ir más allá de lo que se ve cotidianamente.
Al aprovechar los bailarines cada espacio no solamente para hacer este mimetismo, sino inquirir en este diálogo con la misma, detonándose en diferentes accionares que van desde este momentáneo rompimiento con lo estático, esta exploración con consignas preestablecidas, como es la inherencia y romper esta pasividad en esta misma cotidianidad, el describir a través del movimiento de esta lectura mediata de lo que acontece, este empoderamiento gracias a movimientos contenidos, volátiles, desbordante de esta misma agresividad cotidiana y acabar con este momentánea placidez musicalidad con esta significativa "Acuarela potosina" como signo permanente de una identidad.
Aun así, aunque falto un poco más de contundencia o algún elemento que pueda enganchar a un paseante, para también provocarlo, a pesar del extrañamiento de muchos que pasaban sin notar lo que ocurría o le era indiferente, que tiene su validez, provocar en algunos esta intriga a quedarse y saber lo que va a pasar, inquirir el desprecio y decir que no es danza.
A lo mejor no se obtuvo el resultado buscado u anhelado por propuesto por este Líbranos del Mal, debido a la continua exposición de hechos dancísticos en este espacio público. Aun así, simplemente basta ser tocados para bien o para mal por este hecho dancístico
En donde hay que recordar ya se ha presentado en dos anteriores ocasiones, en el Jardín de San Miguelito y el Jardín de San Juan de Dios.
Osvaldo Oviedo y José Iván Fiscal fueron quienes le dieron este sustento dancístico a esta intervención dancística en este espacio arquitectónico para detonar acciones/situaciones, cada recoveco de esta arquitectura de este singular edificio que alberga el Museo Nacional de la Máscara, no solamente fue el punto de partida para habitarla, sino generar esta transitoria re significación de su corporalidad, momentáneamente ir más allá de lo que se ve cotidianamente.
Al aprovechar los bailarines cada espacio no solamente para hacer este mimetismo, sino inquirir en este diálogo con la misma, detonándose en diferentes accionares que van desde este momentáneo rompimiento con lo estático, esta exploración con consignas preestablecidas, como es la inherencia y romper esta pasividad en esta misma cotidianidad, el describir a través del movimiento de esta lectura mediata de lo que acontece, este empoderamiento gracias a movimientos contenidos, volátiles, desbordante de esta misma agresividad cotidiana y acabar con este momentánea placidez musicalidad con esta significativa "Acuarela potosina" como signo permanente de una identidad.
Aun así, aunque falto un poco más de contundencia o algún elemento que pueda enganchar a un paseante, para también provocarlo, a pesar del extrañamiento de muchos que pasaban sin notar lo que ocurría o le era indiferente, que tiene su validez, provocar en algunos esta intriga a quedarse y saber lo que va a pasar, inquirir el desprecio y decir que no es danza.
A lo mejor no se obtuvo el resultado buscado u anhelado por propuesto por este Líbranos del Mal, debido a la continua exposición de hechos dancísticos en este espacio público. Aun así, simplemente basta ser tocados para bien o para mal por este hecho dancístico
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