En el marco de los 33 años de fundación de la compañía Barro Rojo, a la que el periodista y crítico de danza Carlos Ocampo (Ciudad de México, 22 de Julio, 1954-31 de abril, 2001) dedicó el apartado Barro Rojo. Hay danzas en la vida tan fuertes… ¡Yo no sé! -de 32 páginas-, Laura Rocha (directora artística), opina sobre el autor de Cuerpos en vilo: “para mí es realmente muy importante ya que es uno de los teóricos que impulsó mucho la danza, una gente con muchísimo talento, muchísimo trabajo conceptual y que era muy puntual en todas sus críticas, en todas sus reseñas, en todos sus comentarios”.
A decir de Laura Rocha Carlos Ocampo era “una persona que nos obligó a reflexionar el quehacer dancístico, nos obligó a teorizar. Si bien es cierto nosotros lo veníamos realizando desde los inicios de la compañía. Él fue una de las personas que orilló a que esto se hiciera de manera sistemática, un trabajo consciente, teórico, conceptual, en cuanto a éste trabajo, al desarrollo del hecho escénico”.
A decir de Laura Rocha Carlos Ocampo era “una persona que nos obligó a reflexionar el quehacer dancístico, nos obligó a teorizar. Si bien es cierto nosotros lo veníamos realizando desde los inicios de la compañía. Él fue una de las personas que orilló a que esto se hiciera de manera sistemática, un trabajo consciente, teórico, conceptual, en cuanto a éste trabajo, al desarrollo del hecho escénico”.
Después de 20 años de haberse publicado Cuerpos en vilo y en el aniversario 33 de la compañía, Laura Rocha concluye que “Barro Rojo sigue creyendo en esos principios, en eso que en ese libro mencionaba Carlos Ocampo, en este trabajo colectivo, en este trabajo a partir de los individuos. Hay un desarrollo estructural, un desarrollo cultural y un desarrollo por supuesto social”.
Cuerpos en vilo
Cuerpos en vilo de Carlos Ocampo pertenece a la colección Periodismo Cultural de Conaculta y fue publicado en el año 2001. Esta obra es un compendio de textos publicados entre 1989 y 1999 que dan cuenta de la escena de danza contemporánea independiente en nuestro país. El libro se presenta con un cuerpo de notas que aparecieron en revistas y semanarios como El Financiero, La Cartelera en La Jornada, Zona de Danza y el suplemento La Cultura en México. Los textos aquí reunidos constituyen buena parte del trabajo del periodista, quien captó los trasfondos de la danza contemporánea independiente y abonó a cimentar un acervo documental sobre la producción dancística en México.
En ese periodo la escena de danza independiente vivió grandes transformaciones, los cambios obedecieron a factores diversos que impactaron en la vida cultural. Los bailarines del fin de milenio, como los llamaría el autor, no fueron sólo cuerpos, fueron agentes políticos que respaldaron diversas causas, atravesados por las fuertes contradicciones y las coyunturas de su época. Este trabajo es el retrato de una generación: colectivos y creadores individuales que configuraron las formas de hacer danza. A este respecto Ocampo apuntó que “La meta consistía en replantearse el mundo a través de la escena; en hablar de la vida cotidiana, del erotismo y todas sus posibilidades, del compromiso social, de la miseria y la guerra, de la injusticia o del íntimo padecer amoroso
En cada nota hay una vista íntima, que le permite al lector sumergirse en los resquicios de la danza y, en palabras del propio autor, en las faenas del escenario. Dentro de estas páginas figuran los colectivos y bailarines más destacados de la escena, aquellos que lograron dejar una impronta en la escritura coreográfica y cultural de nuestro país. “En este tiempo ellos bailaban donde fuera porque lo importante era llevar su danza a todos los rincones a su alcance.”
Muchos son los nombres aquí citados, una extensa lista de figuras de primer orden en la danza contemporánea: Adriana Castaños, Isabel Romero, Francisco Illescas, Laura Rocha, Cecilia Lugo, Cecilia Appleton, Lidia Romero, Jorge Domínguez, Leticia Alvarado, Pilar Medina, Marco Antonio Silva, Raúl Parrao y compañías como Antares, Barro Rojo, Contempodanza, Utopía, Teatro del Cuerpo, Onodanza y Tandem llevadas de la mano de un periodista avezado en estos temas.
A lo largo de 12 capítulos el autor expuso las anécdotas, episodios y momentos más representativos de estos colectivos. Dispuestos en poco más de cuatrocientas páginas, el lector encontrará una vista sobre su obra y propuesta escénica, los trazos que los han caracterizado, su peregrinar y sus glorias, su ocaso. “Lo que en sus inicios se concibió como una labor comunitaria estrechamente imbricada a relaciones amorosas y de amistad, a compromisos político sociales y a posiciones ético estéticas, en la recta final del siglo se fragmenta en acciones individuales y cotos privados”, refirió el autor.
Cuerpos en vilo muestra los derroteros de la danza en nuestro país, nutrido por la experiencia de Carlos Ocampo y la agilidad periodística que lo caracterizó. A lo largo de estas páginas se esbozan las hazañas de aquellos cuerpos que se inscribieron en la denominada danza independiente.
Carlos Ocampo nació en la Ciudad de México el 22 de julio de 1954. Fue narrador, ensayista y crítico, estudió artes visuales en la Escuela de Artes Plásticas, psicología en la Universidad Nacional Autónoma de México y comunicación social en la UAM-X. Coordinó cursos y talleres sobre danza, literatura y periodismo cultural en la UNAM, UV, ISC y el INBA. Colaboró en Archipiélago, El Día, La Cultura en México, Los Universitarios, Reforma, Tierra Adentro, y Viceversa. En su haber se encuentran el Premio Nacional de Cuento para Niños Juan de la Cabada (1986) y el Premio Doctor Luis Bruno Ruiz a la Mejor Cobertura Periodística (1994).
Este título se encuentra a la venta en la Red Nacional de Librerías Educal y se localiza más información en http://www.conaculta.gob.mx/periodismo
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