Aquí te damos la lista de objetos que te serán útiles y con los cuales evitarás que te envíen al guardarropa por cargar cosas de más, a la hora de visitar algún recinto cultural.
1. Bolsa pequeña
Le dicen tote bag o de mercado, a la bolsa que es de manta o tela, nada estrafalaria, y que le cabe de todo. Cuando he visitado exposiciones es la única que desfila y no es mal vista por los custodios.
En ella te cabrán las siguientes cosas del kit.
2. Cuaderno
Igual quedaste traumado por los recorridos escolares en los que transcribías, -según tú eso era un resumen- el guion curatorial, o texto que explicaba la exposición. Pero, ahora sin apuros, ni por el objetivo de entregar una tarea, puedes sacar un cuaderno y apuntar quizá los nombres de piezas que más te gustaron o los pintores que te llamaron la atención y no conocías.
Para las personas con mala memoria (yo soy una de ellas) es un buen remedio para no olvidar lo visto.
3. Lápiz/pluma
Claro, no escribirás por arte de magia.
4. Cámara
Puede ser tu celular y con él te ahorras las dos anteriores, incluso hasta la bolsa, pues ya sólo necesitarías de tu bolsa del pantalón.
Recuerda desactivar el flash y pasar a pagar para que te dejen tomar fotos.
Y por favor, que el abuso de la cámara no te convierta en una de las personas molestas que se pueden encontrar dentro de un museo.
5. Dinero
Tristemente todo cuesta en esta vida, y hay museos que no son gratis toda la semana. Por ello debes cargar por lo menos 80 pesitos para que te alcance para tu entrada, tu permiso de foto, y si quieres para un suvenir.
6. Credenciales
Si gozas de privilegios úsalos. Todos, todos los museos hacen descuentos a estudiantes y tercera edad. No hagas corajes y pagues por algo que puede ser gratis.
7. Hoja de sala o mapa del museo
Es tener la llave maestra del lugar desconocido. Si pides el mapa del museo no te perderás horas y encontrarás rápido, desde las salas, la exposición que fuiste a ver, hasta el baño.
La hoja de sala te explicará de manera breve lo que estás viendo. Es mejor creerle a esta hojita que a los señores y señoras “curadores” que te gritan casi al oído su historia mal lograda.
Texto: Claudia Aguilar
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