Crear entre la población y las autoridades una cultura de conservación, que incluya medidas para la prevención de desastres y evitar el saqueo en caso de conflicto, es la apuesta del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con la señalización de nueve sitios arqueológicos mexicanos que obtuvieron protección especial de la UNESCO el 1 de octubre.
Se colocó el emblema del “Escudo Azul” por triplicado, luego de que también fueran inscritos en el Registro Internacional de Bienes Culturales Bajo Protección Especial de la UNESCO.
Los sitios señalados fueron:
- La ciudad prehispánica de Palenque, Chiapas
- La ciudad prehispánica de Teotihuacán, Estado de México
- La zona arqueológica de Monte Albán, Oaxaca
- La zona prehispánica de Chichén Itzá, Yucatán
- La ciudad prehispánica de El Tajín, Veracruz
- La ciudad precolombina de Uxmal y sus tres pueblos: Kabah, Labná y Sayil, en Yucatán
- La zona arqueológica de Paquimé, Chihuahua
- La zona de monumentos arqueológicos de Xochicalco, Morelos
- La antigua ciudad maya de Calakmul, Campeche
La “protección especial” se realizó en cumplimiento a la Convención de la UNESCO para la Protección de Bienes Culturales (Convención de La Haya), por la relevancia histórica, cultural y científica de carácter extraordinario de estos nueve sitios arqueológicos.
El proceso de identificación y solicitud de inscripción de los bienes culturales fue realizado por la Comisión Intersecretarial de Derecho Internacional Humanitario (CIDIH-México).
Integrada ésta por las secretarías de la Defensa Nacional, Marina, Gobernación y Relaciones Exteriores, a través de un Grupo de Trabajo en el que participó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), con apoyo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Francisco Vidargas, subdirector de Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), comentó que los beneficios de dicha inscripción radican, en principio, en un mayor compromiso del gobierno mexicano en cuanto a las condiciones de conservación de las zonas arqueológicas.
Por eso pensamos que fueran zonas arqueológicas, porque son los bienes a los que más directamente tiene control el INAH. Crear una cultura de conservación en la población, por ejemplo, que si existiera un siniestro como un terremoto y dañara alguna de las estructuras arqueológicas, queda bajo resguardo y que la Secretaría de la Defensa puede intervenir delimitando la zona y protegerla”, dijo el integrante del Instituto nacional de Antropología e Historia.
Recordó que el tema surgió de una inquietud de un trabajo puntual que ha hecho la Comisión Intersecretarial de Derecho Humanitario de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) junto con la UNESCO y atendiendo una de las conversiones culturales de la UNESCO, como la Convención de la Haya de 1954, que surge después de la II Guerra Mundial para proteger los bienes culturales en caso de conflicto armado.
“Este tratado es el primero dedicado a la protección del patrimonio cultural en situación de guerra y recalca el concepto de patrimonio común de la humanidad”, agregó.
Indicó que los sitios antes mencionados representan la totalidad de las culturas prehispánicas y agregó que de ese modo es como se ha ido dando en la inscripción de los bienes de patrimonio mundial.
Se ha ido pensando en cubrir todas las culturas prehispánicas. Obvio, hay muchas (zonas arqueológicas) más pero el tema era registrar bienes que están ya reconocidos por la UNESCO con un valor universal excepcional”, apuntó.
Para Vidargas, dicha inscripción refuerza la protección de la que ya gozaban los sitios en su calidad de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Dejó en claro que por el momento no se tiene contemplado el registro de más bienes, “habría que hacer un examen o revisión, tampoco es un listado, no es la lista de patrimonio mundial en el que se nomine nuevos bienes, esto es un registro más restringido para casos específicos y por el momento México está cubriendo un tema importante”.
Zonas Arqueológicas
De acuerdo con información del INAH, Palenque se ubica en la actual ciudad del mismo nombre, en Chiapas, perteneció a la cultura maya y su cronología (etapa de mayor actividad) se ubica del año 400 al 900 d.C.
Mientras que Teotihuacán se ubica en los actuales municipios del mismo nombre y San Martín de las Pirámides, en el Estado de México, asentamiento principal de la cultura teotihuacana que tuvo su mayor apogeo del siglo III al VII d.C.
La tercera zona arqueológica es Monte Albán, situada en la capital del estado de Oaxaca, fue el centro político de la cultura zapoteca, fundada alrededor del año 500 a.C. y que funcionó hasta el 800 d. C.
Chichén Itzá es el cuarto sitio arqueológico con “Escudo Azul” de la UNESCO. Se encuentra en el municipio de Tinum, a 115 kilómetros de Mérida, Yucatán; perteneció a la cultura maya y su cronología corre del año 525 al 1200 d. C.
La siguiente es El Tajín, zona prehispánica localizada en el municipio de Papantla, Veracruz, perteneciente a la cultura totonaca y cuya cronología va del año 300 al 1200 d.C.
La sexta es Uxmal, y sus tres pueblos: Kabah, Labná y Sayil, ciudad maya ubicada en el municipio de Santa Elena, Yucatán, a 62 kilómetros de Mérida y con cronología del 525 a 1200 d. C.
El séptimo sitio es Paquimé, localizado cerca del poblado de Casas Grandes, Chihuahua, perteneciente a la cultura del desierto del norte del país y cuya cronología va del año 900 hasta por lo menos 1200 d.C.
Una más es Xochicalco, sitio localizado en el Municipio de Miacatlán, Morelos, perteneciente a la cultura del mismo nombre y cuya cronología abarca del año 200 a. C. a 1000 d. C.
La última zona arqueológica con la protección especial es Calakmul, ciudad maya ubicada en la Reserva de la Biósfera del mismo nombre, en Campeche, y cuya cronología es larga pero la principal va del año 600 al 900 d.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario