domingo, 22 de noviembre de 2015

Estudiante diseña jeringa ergonómica

 
Por Montserrat Muñoz. Agencia Informativa Conacyt
 
Crear una herramienta odontopediátrica novedosa y única en su tipo fue el motor de la investigación que llevó a Gabriela Ruvalcaba Llamas, estudiante de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), a concebir Carpous, instrumental para anestesiar hecho de polipropileno.
 
 
Estudiante de los últimos semestres de la licenciatura en Diseño Industrial, Ruvalcaba Llamas compartió con la Agencia Informativa Conacyt los detalles de la investigación detrás de Carpous durante su presentación en el evento “Innovación, productividad y transferencia de tecnología”, realizado en la Universidad Autónoma de Guadalajara.
 
El objetivo principal del proyecto es dotar de una nueva herramienta a los dentistas, quienes aplican un promedio de entre seis y siete anestesias por día. En cada una de estas aplicaciones, el odontólogo debe utilizar los músculos de dedos, muñeca y antebrazo para punzar el área a anestesiar, por lo que es frecuente la fatiga y otros efectos potencialmente dolorosos, señaló la estudiante.
 
gabriela ruvalcaba llamas01“El principal beneficio es la ergonomía”, comparte la creadora, quien afirma que “la resistencia que generan las encías con el paladar es mucha, lastimando los tendones del dedo pulgar. El hecho de que cambie la forma (del utensilio) hace que utilices todo el brazo para aplicar fuerza y se reduce el problema”.
 
Comparado con una jeringa tradicional, la principal característica del nuevo dispositivo radica en la sujeción de la herramienta, ya que para la primera es necesario insertar los dedos índice y medio en anillos metálicos, para posteriormente depositar la anestesia pulsando con el pulgar. En cambio, Carpous se sujeta de manera similar al mango de un cuchillo y la anestesia se deposita haciendo girar un mecanismo con el dedo pulgar.
 
Este utensilio está elaborado a base de polipropileno, material resistente hasta los 170 grados centígrados, lo cual lo hace apto para su esterilización por medio de la autoclave, método más popular para limpiar los instrumentos odontológicos de microorganismos a través de temperaturas de hasta 150 grados centígrados.
 
Carpous está fabricado en colores llamativos, ya que al ser un utensilio creado para especialistas odontopediátricos, se pensó que pudiera ser atractivo para los menores. “La idea era que pareciera un juguete, que fuera algo que les llamara la atención (a los niños). Si de por sí ir al dentista no es tan divertido, queríamos que fuera más amigable”, comparte Gabriela.
 
Según datos de la Federación Dental Internacional (FDI) y la Asociación Dental Mexicana (ADM), se estima que en México hay cerca de 117 mil odontólogos. De estos, es el sector más joven el que ha dado mayor aceptación a la nueva herramienta, acorde con las pruebas de campo y socialización de la estudiante. También reportó que odontólogos de mayor edad mostraban cierta resistencia al cambio.
 
Surgido como un proyecto de titulación hace un año, la iniciativa de innovar en el área odontológica, tanto a través de la creación de nuevos utensilios, así como de otros componentes, fue del doctor David Masuoka Ito, investigador en innovación y miembro del Cuerpo Académico de Ciencias Odontológicas de la UAA.
 
Al proyecto se sumaron más adelante, también como asesores de la estudiante, la maestra en ergonomía Laura Patricia Mata Jurado, la maestra María Gabriela Gómez Valdez y el licenciado Luis Arturo Dávalos Lomelí, provenientes de la misma casa de estudios.
 
Para Gabriela Ruvalcaba, Carpous representa el inicio de una carrera en la investigación del diseño industrial y reconoce que tiene la mira puesta en una maestría en innovación en el extranjero.
 
Plan de negocios
 
Jeringa Ergonomica01Carpous está fabricado por cuatro piezas hechas en un molde por inyección y tiene una vida útil de hasta 10 años. Ruvalcaba Llamas estima que la inversión inicial para su fabricación es de 35 mil pesos en una primera etapa, donde se producirían 94 piezas en el primer bimestre de 2016, y tendrían un costo de mil pesos al público en general.
 
Para llegar a la etapa de fabricación, la emprendedora acotó que se encuentran en negociaciones con una empresa de vinculación que realiza productos odontológicos y con un laboratorio dental de Aguascalientes, para que funcionen como inversionistas en el proyecto.

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