Por: Lourdes Zambrano
El Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM nació a mitad de los años 30, en medio de la fiebre del nacionalismo.
Ocho décadas después, se ha consolidado como una de las entidades académicas más sólidas en el estudio de la historiografía de todo el arte mexicano, y, en los últimos años, ha comenzado a extender su conocimiento a otros universidades del País, buscando combatir en los estados la falta de investigación al respecto.
"Debe haber unos 20 departamentos de matemáticas a nivel nacional, con posgrado y todo. No hay esa abundancia de estudios sobre las artes visuales ni sobre las artes en general, lamenta Renato González Mello, director del IIE.
Pero la institución que encabeza ha contribuido a avanzar al respecto al interior de la República: las universidades, entre públicas y privadas, que ya abordan el tema con su apoyo se acercan a la decena.
En 2006, el Instituto se alió, por ejemplo, con la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca para impartir la licenciatura en Historia del Arte e integrar investigadores, y con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo hizo lo propio recientemente, y la primera generación va a la mitad de la carrera.
Pionero en el área, el IIE nació como Laboratorio de Arte el 20 de febrero de 1935, para adquirir nivel de instituto, ya con su nombre actual, el 3 de agosto del 36, apadrinado por Manuel Toussaint y Ritter, miembro de la generación del Ateneo de la Juventud.
González Mello recuerda que, en esa época, la UNAM empezó a institucionalizar los estudios históricos, incluyendo el arte.
"Esto coincide con una preocupación nacionalista durante el Gobierno de (Lázaro) Cárdenas.
"La primera tarea del Instituto se trató de conocer el arte, la producción estética del País, y de tener una idea más precisa de los acervos de la cultura nacional, tanto en términos de cultura popular como de alta cultura, refiere el académico.
Con el paso de las décadas, las áreas de estudio y los intereses de los estudiantes e investigadores se diversificaron.
Recientemente se volvió a contratar a catedráticos que se dedicaran a investigar teoría y filosofía de arte, áreas que eran importantes en los inicios del organismo y que luego se fueron dejando de lado. También se han incorporado académicos de arte contemporáneo, que estaba mal representado.
En los planes futuros está abrirse cada vez más a estudios sobre arte global, además de integrar nuevas áreas de investigación.
También se buscará digitalizar su fondo editorial y, a manera de conmemoración, se está preparando un libro con textos reflexivos sobre el futuro de los estudios del arte.
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