Fotografía: Cortesía de Montserrat Chávez
Por: Roberto A. Valenciano Capín
Muchas de las veces pocas veces se piensa en todo lo que converge detrás para disfrutar de una función de danza, nunca imaginamos que se vuelve en un calvario y en momentos algo posible entre lo imposible para la compañía o en su caso de coreógrafos independientes, a pesar de estas desavenencias se convierten en una motivante idea que se enfatiza mas cuando se piensa en la realización de una temporada de danza contemporánea en esta capital potosina. Indudablemente se tiene que romper con esta inercia de esta cuasi posibilidad de hacerlo, para volverse en una prioridad mas que una necedad de compartir estos hechos escénicos y esta posible empatía con la otredad, el espectador; así como esta cualidad de crear danza para este descuidado sector como es el infantil y por tanto no volverse privativo para los adultos.
Todo esto deviene, a este titánico trabajo que reunió desde estos procesos creativos, ensayos, gestorías, trabajo duro y mas situaciones y factores para dar como resultado con este trabajo escénico "Risas y Sonrisas" de la joven coreógrafa, maestra y bailarina potosina, Monserrat Chávez, quien afortunadamente logro ofrecer una decena de presentaciones tanto en foros independientes, escuelas y ahora concluyo su temporada en el Teatro Alarcón en el Centro Histórico. Afortunadamente una temporada que se ofreció tanto en foros independientes, escuelas, municipios y que ahora concluye su temporada.
Un trabajo coreográfico que le apuesta a través de la danza clown, al dar cuenta de la conjunción de un trabajo sustentado en la expresividad gestual que ilustra un sinfín de emociones arropada por esta particular corporalidad que nos remite al gran Charliot, a partir de cual se da este proceso de crear no solo esta gramática corporal, sino también las maneras de relacionar para expresar, conectar las emociones y por tanto ser reflejadas en esta historia muy humana.
En donde la joven coreógrafa le apuesta tanto a esta discursividad como en la fuerza dramatúrgica e interpretativa, asumida a través de esta sucesión del movimiento traducido gracias a esta riqueza del lenguaje clown , aderezada con esta serie de acciones- sustanciales y cortas historias- ligadas para incidir en una de sus nobles pretensiones de divertirse y pasarla bien. Gracias a la utilización de un lenguaje de emociones cotidianas, así como esta cualidad de aprender y observar estas emociones a través del lenguaje de la danza
Una trama en donde Manchowis, el galán, pizpireto y con cierta altanería, trata de ganarse el aprecio de Piernas Largas, una chica no tan fácil pero que se da a desear, de ahí generarse una serie tan placentera, de acciones, gangs divertidas, atractiva y puntuales, secundadas por esta complicidad del publico.
Para detentarse en una dramaturgia coherente que se hace mas sustentable al apostarle a la imaginación como cualidad humana, a pesar de la estrechez del espacio de este centenario teatro, aun así logran crear y a la vez sostener esta articulación de esta historia, llena de divertidos pasajes, acciones y situaciones que afrontan estos cuatro personajes, pero es a partir de Monchewis - Monserrat Chávez-, gracias a la complicidad de Ojitos Pispiretos - Diana Guillen-, para envolver en sus aventuranzas pretendidas por la atencion de Piernas Largas- Natalie Rodríguez- y oponerse su contraparte Cara de Palo- Carlos Govea-.
Bajo la pauta de que "Nada se representa", los personajes comparecen en un lugar mas emocional que físico, un acto de fe; al valorar estos gestos transparentes que logran regocijar gracias a este dinamismo que es demarcado gracias a esta re significación del arte en movimiento y ser homologado por esta posibilidad de disfrutar de este hecho escénico.
Es importante reiterar y a la vez agradecer a esta joven coreógrafa de apostarle no solamente en la creación de su propio lenguaje, que le permitirá continuar, evolucionar y generar una alternativa mas de aproximación a la danza que mucha falta hace.
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