jueves, 9 de junio de 2016

Agustín Bernal, contrabajista y su forma de estudiar



Indudablemente una interesante serie  a partir de la pregunta ‪¿cómo estudian los músicos‬?, hecha por JazzMx. Comunidad jazzistica en Mexico. En ocasion conoceremos como lo hace, el contrabajista, maestro, arreglista y compositor, Agustín Bernal.

"¿Cómo estudio?

En este momento de mi vida, por cuestiones de tiempo, ¡estudio cuando puedo!

Soy un maestro de tiempo completo en LaFaro Jazz Institute-México, organismo que fundé inspirado en el gran contrabajista Scott Lafaro, figura decisiva en mi vida como músico de jazz. Lo hice pensando en qué me hubiera gustado que existiera en México cuando yo comenzaba, allá por finales de la década de los setenta.

Tal como mencioné, al ser maestro de tiempo completo, una buena parte de mi estudio consiste en preparar mis clases. Una vez cumplida esta labor, busco huecos durante el día para estudiar. En muchas ocasiones lo hago a altas horas de la noche.
Estudiar a primera hora de la mañana es muy funcional para mí; es por ello que siempre lo recomiendo a mis estudiantes.

Una gran parte de mi forma de estudiar consiste en la visualización, es decir, primero resuelvo cuestiones técnicas y musicales en mi mente, en mi imaginación, sin el instrumento, para después vaciar lo visualizado en el mismo. Esto, para mí, es esencial, ya que no siempre tengo ni el tiempo ni el instrumento conmigo. Visualizar es, en mi caso, una herramienta clave.

¿Qué estudio y cómo organizo mi estudio?

Si tengo tiempo y el contrabajo conmigo le doy prioridad al estudio físico, a los básicos: escalas, arpegios (en todas sus formas posibles), con arco y pizzicato, con metrónomo a diferentes tiempos. Estudio también las subdivisiones del compás. Una de mis prioridades al estudiar es desarrollar y fortalecer mi tiempo interno y mi afinación.

Si el tiempo lo sigue permitiendo, paso a estudiar lenguaje de jazz, específicamente de la era del bebop, frases de grandes maestros como Clifford Brown, John Coltrane, Bill Evans, Miles, Cannonball, etc. Primero transcribo la frase, la canto, la visualizo, la analizo por medio de números con relación al acorde que está ligada; después la digito en diferentes tonalidades. Inmediatamente después tomo el instrumento y trato de tocarla en todos los tonos, con diferentes articulaciones. Por último, la transformo, la edito, la cambio para hacerla mía.

He de decir que en muchas ocasiones no tengo tanto tiempo, entonces estudio directamente la música que estoy tocando en proyectos donde participo o nuevos donde he sido invitado a colaborar.

La música nueva la abordo de la siguiente forma: Primero sin el instrumento y haciendo uso de la visualización (de preferencia en un sofá muy cómodo y con un cafecito), trato de comprender la esencia de lo que el compositor busca en la pieza. Después la divido por partes para estudiar y repetir muchas veces cada parte, incluso divido estas partes en partes mas pequeñas y las repito hasta el cansancio. Una vez hecho esto, tomo el instrumento y repito el proceso con cada parte hasta que siento que mis dedos y mi mente las han asimilado mas allá del intelecto, como de una manera automática. Cuando ya he terminado de asimilar cada una de las partes, comienzo a unirlas hasta poder tocarla de arriba abajo de manera fluida; esto lo hago muy lento al principio y poco a poco subo el tiempo hasta poder ejecutarla incluso más rápido de lo que el compositor indica.

Una de las cosas que encuentro muy útiles es cantar todo lo que estudio, incluso todo lo que escucho, lo cual me ha ayudado a desarrollar mi oído, cosa que también considero esencial, especialmente para un músico dedicado a tocar jazz.

Además de todo lo anterior, suelo transcribir en mis tiempos muertos, pues esta herramienta también me ha ayudado a desarrollar mi oído, tanto melódico como armónico; sin embargo, como he mencionado al inicio, el tiempo no me permite transcribir tanto como a mí me gustaría.

Finalmente, otro elemento muy importante de mi estudio es escuchar música, todo tipo de música para alimentar mi alma; esta práctica, aunada a exponerme a otros tipos de manifestaciones artísticas como el cine, el teatro, la literatura, la danza, la pintura, etc., alimenta mi concepción y mi estética, dándole el toque final a todo lo anterior. Además de esto, vivir, convivir y sentirme uno con el todo es parte de mi vida y de mi estudio

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