Por: Alida Piñón
En 2009, el Ballet Teatro del Espacio, una de las compañías de danza más importantes del país, dirigida por Michel Descombey y Gladiola Orozco, cerró sus puertas cuando el INBA, dirigido entonces por Teresa Vicencio, retiró el subsidio.
Fue imposible seguir, dijeron los coreógrafos en ese momento. Así inició un largo periodo de incertidumbre y desasosiego; pero la pareja de artistas intentó mantener viva la memoria de la compañía, por lo que comenzaron una labor de rescate y recuperación de sus acervos históricos, esos que Orozco fue acumulando por instinto, por cariño. La labor se interrumpió con la muerte del maestro Descombey en 2010. Una despedida más. Un duelo profundo.
Poco a poco, Gladiola Orozco continuó con la labor e ideó un proyecto: la creación de un libro que recopilara todo el trabajo hecho por la compañía, desde la primera hasta la última función. Sin recursos, sin apoyo, sin experiencia como investigadora, siguió adelante.
El libro finalmente ha visto la luz: Memoria, editado por el INBA, el cual se presentará el sábado 9 de julio a las 19 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, con la presencia de Orozco, Jorge Alberto Lozoya y Salvador Vázquez Araujo.
Además, el conjunto de cámara Aurora interpretará de Schubert, el adagio de su quinteto para cuerdas en C mayor, música de la coreografía Ana Frank, de la maestra Orozco, y se proyectará la primera de tres partes de la historia del Ballet Teatro del Espacio, que corresponde al primero de los tres tomos del libro.
El lamento final de la Ópera descuartizada, una de las obras más representativas del maestro Descombey, será interpretada por la mezzosoprano Belem Rodríguez, acompañada por el quinteto Aurora y los bailarines Carlos Zamora y Edylin Zatarain; entre otros actos.
Sin embargo, en la casa que fue hogar de los creadores, queda aún una habitación con mucho material por clasificar, por revisar.
“Fue un largo proceso. Se revisó mucho, se corrigió, hasta que se mandó a imprenta. Hay muchas cosas todavía, pero tendría que tener otros 80 años más para ver todo eso, porque me toma mucho tiempo; yo he hecho las cosas, no cuento con apoyo del Centro de Investigación de la Danza, por ejemplo, que me parece que no investiga nada. Revisar un archivo es una labor muy minuciosa”, dice.
La labor, agrega, continúa. “Ahora estoy con las fotografías de cada fotógrafo que participó con el Ballet. Maurice Dejean, que fue nuestro brazo derecho, me pregunta que cuándo me voy a dedicar a lo que yo escribo, a lo que yo he hecho, porque me he dedicado a escribir cuentos, historias para mí. Además, también estoy revisando todo lo que escribió el maestro Descombey, textos hermosos que tienen que ver con su cultura y su sensibilidad, no necesariamente relacionado a la danza. Son textos que me encontré después de que él murió, sé que no pretendían ser algo, pero son una maravilla, bellísimos, los quiero rescatar y publicar tanto en español como en francés. Trabajo no me falta. A veces ya no quiero saber nada. Estoy cansada”, confiesa.
La presentación del libro, dice, será una gran conmemoración de las aportaciones del Ballet Teatro del Espacio a la historia de la danza nacional.
“La danza es efímera, se acaba la función y es todo; pero quedan los que participaron, los bailarines, los músicos. Quise desafiar al olvido. En este libro de tres tomos está toda la información sobre los intérpretes, los músicos, los coreógrafos, los teatros, las fechas, algunas críticas. Es una documentación muy objetiva, no le sobran palabras. Un documento así no creo que exista. Dejo un libro que rinde homenaje a todos los que compartieron con nosotros esos años en el Ballet Teatro del Espacio. Ha sido difícil recordar toda la historia, pero hubo muchos sueños, mucha juventud, quería rendir honor a todo eso”.
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