Como un trabajo exitoso en todas sus facetas, desde su planeación hasta su construcción en la explanada del Monumento a la Revolución, que ahora es coronado con la representación escénica “Noches en la Sixtina”, calificó Rafael Tovar y de Teresa a la réplica de la Capilla Sixtina en esta ciudad.
Después de la primera función de la representación teatral, que cuenta con un coro de música sacra, el titular de la Secretaría de Cultura federal felicitó a los hermanos Gabriel y Antonio Berumen por este acierto que estará hasta el 31 de agosto y que a tres meses de su apertura han visitado casi un millón de personas.
Recordó que como embajador vivió seis años en Roma y visitó en varias ocasiones y a diferentes horas la Capilla Sixtina original, en El Vaticano, y al entrar a esta reproducción se siente la misma sensación, se ve lo mismo que en la reproducción, lo que la hace única.
Asimismo, hizo una breve remembranza del proceso de elaboración de los frescos de la Capilla Sixtina, encargo del papa Julio II, por parte del artista Miguel Ángel Buonarroti, así como la batalla interna que éste emprendió para llevar a buen puerto la obra, lo que se puede apreciar en la representación escénica.
Por lo mismo, refrendó su felicitación a quienes estuvieron al frente de este proyecto, que después de la Ciudad de México realizará un recorrido por el país que incluye el Estado de México y Guanajuato, así como a los patrocinadores.
Antes, frente un grupo de invitados y gente de la prensa se llevó a cabo la primera representación de “Noches en la Sixtina”, que cuenta con la actuación del actor Jordi Rosh, en el papel principal de Miguel Ángel Buonarroti.
Lo mismo que de Enrique Montaño (narrador), Raúl Tirado (Papa Julio II), Óscar Piñeiro (Papa Pablo III), Carlos Cravioto (Francesco Granacci) y Franco Martins (Sebastiano Ricci), entre otros.
Se trata de una representación de lo que habría sido el encargo, planeación, trabajo y resultado de la elaboración de los frescos en la bóveda y testero de la Capilla Sixtina, a cargo del artista Miguel Ángel.
La puesta en escena muestra la tensión inicial del artista con el papa Julio II, a quien explica que él no es pintor sino escultor, pero el prelado le ordena que lo haga y le recuerda que por algo le dicen “El Divino”.
En la soledad del proceso de planeación, Miguel Ángel no se siente con la capacidad de llevar a cabo esta magna obra y pide la ayuda divina.
Al final, y tras la ayuda de artistas amigos suyos, los resultados dejarán por completo satisfechos a los papas Julio II, Clemente VII y finalmente a Pablo III, quien en la obra y tras apreciar el fresco “Juicio Final” dice tener confirmado porqué le llaman “El Divino”.
La obra teatral ofrecerá funciones los viernes y sábados por la noche, así como los domingos en la mañana, hasta el 31 de agosto en la réplica de la Capilla Sixtina que se ubica en la explanada del Monumento a la Revolución.
NTX/RML
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