Es un espacio que va en la búsqueda y a la vez de la difusion de aquellas voces creativas en cuanto al despliegue de su forma de ver y exponer el mundo en que vivimos. De ahí que hablen por si mismo, desde su trinchera que puede ser musical, dancístico como literario, no solamente en este no tan agreste terreno del Tunal Grande, sino más allende de...
lunes, 16 de enero de 2017
Conferencia " Mitologías personales de Daniel Lezama en La Joya en Caja Real. Centro Cultural Universitario
La Universidad Autónoma de San Luis Potosí a través de la Dirección de Difusión Cultural invita a conferencia "Mitologías personales de Daniel Lezama en La Joya" que será impartida por Lic. Pedro Alberto Mendiola Morales, este miércoles 18 de Enero a las 19 : 00 horas en Caja Real. Centro Cultural Universitario. Entrada libre.
Morir en la imagen para renacer en ella.
Pedro Alberto Mendiola Morales
El trabajo de Daniel Lezama supera los limites de la representación del mundo real para situarse en el universo simbólico en donde la alegoría es la principal protagonista. En palabras del mismo artista, más que una narración pictórica su obra “evoca”, desde sentimientos que resultan contradictorios y políticamente incorrectos pero que son parte de la naturaleza propia del ser humano. Observar las imágenes contenidas en sus cuadros es como observar la imagen que se refleja en un espejo, que nos sitúa en un espacio de alteridad que se abre virtualmente detrás de una superficie, en este caso el lienzo. El filósofo francés Michel Foucault llamó al espejo “un lugar sin lugar”, en donde es posible mirarnos allá donde estamos ausentes, y si nos reconocemos en el universo creado por Lezama es porque encontramos referencias del contexto vernáculo de México, de los sueños que habitan en el imaginario popular y de los deseos latentes en el inconsciente.
En La joya / Abrevadero, el mito de Acteón y Diana es el pretexto que da rienda suelta a la imaginería realista de Lezama. Cuenta el poeta Ovidio en Las Metamorfosis que la diosa fue sorprendida bañándose desnuda junto a sus ninfas durante el descanso de una cacería, hecho que desató su ira contra Acteón transformándolo en ciervo. Se puede identificar la representación de estos personajes como punto central de la pintura, la diosa protectora de la caza esta lejos de tener una figura clásica romana, en cambio posee un cuerpo voluminoso con vientre abultado, su piel de color de barro y el pelo oscuro. Acteón es el niño en plena transmutación sostenido en alto por la cazadora mexicana, y en lugar de ninfas se observan cuerpos masculinos en proceso de cambio que yacen en el suelo de colores blanco, ocre, marrón y verde.
Los infantes que brotan de las ramas del árbol y que visten el pileo del hongo, pueden representar la mirada curiosa y lasciva o como lo llamó Jean Paul Sartre en su obra El ser y la nada el “complejo de Acteón”, que no es otra cosa más que la curiosidad natural instintiva del hombre frente a lo desconocido y la estimulación que del conocer emana.
La mitología prehispánica alterna con esta escena pues Ehécatl, dios del viento se encuentra representado con el hacha, elemento recurrente en la obra del artista mexicano, y que exhala del lince ubicado en el extremo inferior izquierdo.
A la par de las referencias mitológicas el autor plantea el tema de la alquimia que reafirma la trasmutación de la materia, el proceso de carbonización de la madera para convertirse en diamante que irradia la luz llenando de luminosidad la escena.
Un púber con una venda en los ojos se encuentra en el extremo inferior derecho y juega en su propia oscuridad, manipula cada uno de los elementos que contiene el cuadro materializados en pequeñas piezas, confirma el paralelismo de universos y convierte al individuo que observa el cuadro en testigo de la visión de la otredad, mismo que al reconocerla da forma a su propia identidad.
El ambiente en donde se ubica esta compleja pero precisa composición es por si misma un elemento iconográfico, La Joya es un paraje a las faldas del Iztaccihuatl, lugar donde se puede ascender al mítico volcán, y en donde abunda el elemento dador de vida, el agua. Por lo tanto, el titulo de “Abrevadero” sugiere un espacio en el cual puedes acceder al vital líquido.
La desnudez se puede observar de forma natural en la pintura de Lezama y debe entenderse como la metáfora de la verdad, porque al pintar un desnudo se plasma una figura despojada de apariencias, y se acerca más a las cuestiones elementales, es decir que la corporeidad revela las necesidades propias de la naturaleza humana.
Cabe señalar que la estética del pintor mexicano contiene un mestizaje pictórico resultado de dos grandes escuelas, por un lado el arte prehispánico producto de sus referencias culturales y por otro la pintura española “clásica” que deriva de su formación academicista.
La lectura que se puede hacer del cuadro La Joya / Abrevadero no es una lectura estática, al igual que en otras obras del artista, los personajes que en ella interactúan se interpretan como símbolos dinámicos en constante metamorfosis por lo que la significación queda abierta a la interpretación y al sentir del receptor de la obra. El mismo Daniel Lezama advierte que sus cuadros son: “una maquinaria de sentidos donde pasan cosas generadoras.” Por lo que se invita al espectador a un viaje de infinitas posibilidades, en el que sea capaz de desprenderse de todo lo que cree cnocer para renacer con un sentido hasta el momento inexistente y único.
Pedro Alberto Mendiola Morales, licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UASLP, estudiante de la maestría en Historia del Arte Mexicano en la Facultad del Hábitat. Experiencia profesional como docente y coordinador académico en instituciones de educación superior, así como en áreas de mercadotecnia, difusión y enlace académico.
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