martes, 28 de marzo de 2017

Con nuevo disco celebra Armando Rosas 30 años de trayectoria



Con un nostálgico recorrido por la música que le ha dado vida a su Movimiento rupestre y la presentación de su más reciente disco "El oficio mío", el cantautor mexicano Armando Rosas celebró tres décadas de trayectoria en el Teatro de la Ciudad "Esperanza Iris".


Con siete trabajos de estudio, entre ellos el clásico "Tocata, fuga y apañón", Rosas estuvo acompañado por su guitarra pero también por una serie de invitados especiales que, a su manera, le rindieron homenaje con la reinterpretación de sus temas más populares.


La nostalgia ochentera llegó de golpe cuando Rosas y compañía comenzaron a interpretar los primero acordes de “Murió soñando”; los aplausos no se hicieron esperar por parte de un público que ansiaba participar en un festejo único, donde los recuerdos imperaron.



“Estas fueron de las viejas rolas que seguramente todos conocen, la que viene se llama ‘Dos palabras’, es un bluesesito y forma parte del nuevo material”, dijo Rosas antes de comenzar con el primer tema incluido en "El oficio mío", su primer álbum en casi una década tras la edición de "Rhythm & pango", de 2008.



En seguida “A muerte” se instaló en el escenario, con todo y sus cristalinos arreglos acústicos, arrancando aplausos, chiflidos y uno que otro suspiro, refiere información difundida por la Secretaría de Cultura capitalina.



El egresado de la Escuela Superior de Música habló sobre sus andanzas en aquellos años donde el movimiento rupestre había cobrado un papel protagónico y decisivo en la música en México a pesar del trágico fallecimiento de Rockdrigo González en 1985.



Luego, “El papalote” y su íntima atmósfera causó una ovación general que continuó con su ahora clásico “Herraje”.



“Esto que viene es una suite, o una bailabile para mí, está dedicada a los grandes compositores Zeferino Nandayapa, Mario Kuri Aldana y Eugenio Toussaint, y para ello quiero invitar a la talentosísima pianista clásica Astrid Morales, quien ha volado desde Arizona sólo para estar aquí hoy”, apuntó Rosas, mientras Morales, ataviada en un vestido blanco de una sola pieza, agradecía los sus aplausos.



“La verdad es que hacer esto me costó un poquito de esfuerzo extra ya que uno como pianista clásico no siempre tiene la oportunidad de aventarse un blues, una cumbia o un rock, pero agradezco enormemente a Armando por la invitación”, aseguró Morales antes de tomar entre sus manos el piano de cola dispuesto para el número.



Dividida en tres movimientos ─“Danza No. 1 Cumbia Zeferino”, “Danza No. 2 Vals peruano” y “Danza No.3 Balada convite”─, la suite dedicada a Nandayapa, Kuri Aldana y Toussaint, respectivamente, les rindió homenaje mediante las sutiles notas jazzísticas que Morales extraía de su piano, a la par que fotografías y datos de los compositores se desplegaban por la pantalla detrás de los instrumentos.



“Los gatos no creen en ángeles”, “Después de todo” y “Habrá tiempo” prosiguieron el recorrido por la trayectoria musical de Rosas con Malena Durán y Geo Meneses.



Tras la sentida letra de “Tu café”, las sonoridades acústicas y eléctricas se mezclaron para materializar “Al menos hoy” y “Si falta fe”. La sorpresa de la noche llegó de la mano del también fundador del movimiento rupestre Rafael Catana, quien subió al escenario para interpretar “Porque tú estás aquí”, rola que dedicó a Rosas.



“Hemos estado juntos 30 años, bajo la lluvia y el fuego, y es un verdadero gusto tener su compañía”, expresó Catana luego de abrazar a su compañero musical.



“Esta rola la empezamos a grabar en Neza, continuamos en Yucatán y rematamos en Bélgica, el señor Trump ya dio su opinión de México y pues ahora lo haré yo”, aseveró el rupestre antes de arrancarse con “El ombligo del mundo”, letra con la que manifiesta su amor por México y su muy vasta cultura.



“El oficio mío”, track que da nombre a la producción más reciente, inundó el recinto centenario con al ritmo de jaranas y guitarras mientras Rosas cantaba “componer es el oficio mío, y escribir canciones es un don divino”. Rosas ya se estaba despidiendo y el público simplemente no lo aceptaba. “Voy a tocar esta última que se llama ‘Tocata, fuga y apañón’ espero la disfruten”, dijo Rosas ante la algarabía del público.



También después lo hicieron volver para interpretar la emblemática “Marco Polo” que, literalmente, enloqueció a la audiencia, y llenó el recinto de aplausos rupestres.

NTX/MCV

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