La verdadera pasión de Juan Rulfo (1917-1986) fue la literatura, aseguró esta noche la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide durante el ciclo de mesas redondas “Juan Rulfo, miradas cruzadas entre la literatura y la antropología” en el Seminario de Cultura Mexicana.
La artista de la lente compartió esa afirmación en la sesión encabezada por las ponentes Patricia Cabrera, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM; Patricia Tovar del CIESAS, y la representante del Instituto Nacional Indigenista (INI), Maura Tapia.
Las ponentes se refirieron a Rulfo como un escritor indigenista y que gustaba de la antropología, sin embargo, Iturbide opinó que Rulfo tenía el puesto en el INI porque era una manera de compensarlo, toda vez que ya no escribía.
“No le interesaba el trabajo del INI, ese trabajo se lo dieron como un premio, porque no había otros premios, él hizo su gran obra, los campesinos de San Isidro me decían que me querían llevar a la media luna, ellos mismos me dedicaron los libros de Rulfo porque lo querían mucho, pero a Rulfo no le intereso el instituto”, acotó.
La fotógrafa agregó que “no fue un escritor indigenista, fue un escritor rural que se basó en San Gabriel y en los Altos de Jalisco a su manera, porque era verdaderamente un genio y donde su literatura rebasa el mexicanismo, su literatura llega a ser internacional, podría decir que igual que la de Elena Garro, es su parte creativa”.
Dejó en claro que la verdadera pasión de Rulfo fue su literatura y recordó que cuando Bellas Artes le rindió un homenaje con una exposición fotográfica, se le pidió amplificara las fotos del escritor, lo que rechazó porque apenas comenzaba su carrera como fotógrafa y echaría perder las imágenes.
“Ya no quiso escribir, y nadie sabe por qué. Se han hecho muchas investigaciones, desafortunadamente bebía mucho, entonces, fue una época de éxito donde se inspira en un paisaje, en una tierra rural, pero él no tuvo nada que ver con los indígenas y eso lo sé porque yo llegué a platicar con él y porque he leído sus libros”, añadió.
Por su parte, Nuria Sanz, directora y representante de la UNESCO en México, se refirió al autor de “El llano en llamas” como un escritor "que no hemos conocido, que está cercano a través de nuestro imaginario a su imaginario creativo".
NTX/MBH/MAG
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