viernes, 5 de mayo de 2017

Obra teatral demanda ayuda para infantes maltratados en el mundo





La Compañía Nacional de Teatro (CNT) reestrenará la puesta en escena “El ruido de los huesos que crujen”, de Suzanne Lebeau, en el Teatro Julio Castillo, con funciones del 7 de mayo al 11 de junio.



El montaje protagonizado por Luisa Huertas, Ana Ligia García y David Calderón, bajo la dirección de Gervais Gaudreault, se cuestiona ¿Cómo crecer y seguir siendo humano cuando las referencias se esfuman frente a la brutalidad cotidiana y sin esperanzas?



“Elikia”, una niña que como tantos otros niños ha visto su vida transformada de la mañana a la noche por una guerra civil caótica y sin leyes, es secuestrada y separada de su familia para ser convertida en una “niña soldado”.



“Joseph”, el más pequeño de los niños que han llegado al campo rebelde, le recuerda su infancia, su familia, su pueblo y su humanidad, y le infunde el coraje de cortar la cadena de violencia a la que ha sido sometida. Ese es un mundo en blanco, negro y gris, donde los personajes están detrás de una gasa, con luz adecuada que los hace ver muy difusos.



Suzanne Lebeau, dramaturga nacida en Montreal, Canadá, escogió a una “niña soldado” como protagonista de “El ruido de los huesos que crujen”, lo que equivale a irse al extremo de la violencia, porque, afirma, “el destino de estas chicas es más duro que el de los varones”.



Maestra de escritura para jóvenes en la Escuela Nacional de Teatro de Canadá durante más de una década, Lebeau es autora de más de 25 obras y reconocida a nivel mundial como una de las más importantes escritoras de su especialidad. Con sus textos, ella busca las metáforas que comunican mucho más que lo que la realidad puede decir.



“Escribí esta obra hace casi 10 años y sigo escuchando ese ruido que no se calla. Diría yo que puede ser peor, pues nos estamos acostumbrados a todos esos ruidos de niños heridos en sus cuerpos y en sus almas. En todos los países del mundo observo crecer conflictos, los que tienen más influencia sobre la vida cotidiana y el destino de los infantes”, señaló.



Explicó que eso lo observa en África, en Asia, en todo el mundo. “Con los movimientos terroristas que roban niños y niñas, y les adoctrinan; leí en un periódico de Montreal un artículo sobre Omar Khadr, joven traído de Afganistán a los 15 años por su padre, hecho prisionero por los norteamericanos y quien pasó no sé cuántos años torturado en prisión”.



“El Gobierno de Canadá nunca se disculpó o le ofreció una compensación por casi 15 años de maltratos en una cárcel de Guantánamo. Si no fuera por el abogado, quien lo defendió y escribió ese artículo periodístico, seguramente nunca habríamos sabido de ese caso. Canadá, sin embargo, firmó la Declaración de los Derechos del Niño en 1989”.



La dramaturga sabe qué pasa en los espectadores, y se pregunta si será una sorpresa saber que existen todavía niños soldados, o un choque emocional, o si les genera una reflexión sobre el estado del mundo que no ha mejorado en estos últimos años. Lo que puede decir “es que admiro y agradezco a la CNT retomar mi obra en medio de todo este silencio”.



Esta obra, que forma parte del repertorio de la CNT desde 2011, implica para Fernando Santiago, director residente para este montaje, recuperar la labor de Gaudreault durante el estreno en México, a partir de la contención y la precisión de movimiento, para lograr el efecto que busca la narración: Compartir la esperanza de una mejor vida para los niños.



Huertas, actriz de número de la CNT, quien ha trabajado con la compañía Le Carrousel de Quebec (del director y la dramaturga canadienses) en “Salvador” y “El ogrito”, actúa desde su estreno en “El ruido de los huesos que crujen” como la enfermera “Angelina”, quien dice lo que “Elikia” quiere comunicar: La diferencia entre una noticia amarillista y la objetividad.



Esta obra cuenta con traducción de Cecilia Fasola, escenografía de Stéphane Longpré, iluminación de Dominique Gagnon, vestuario de Linda Brunelle, diseño sonoro de Nancy Tobin, maquillaje de François Cyr, peluquería de Anik Généreux y sonido de Eric Gendron. Dura 90 minutos, la entrada cuesta 150 pesos y la edad mínima es de 14 años.



“El ruido de los huesos que crujen” realizará temporada en el Teatro Julio Castillo, del 7 de mayo al 11 de junio, con funciones los jueves y viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00, y los domingos a las 18:00, con excepción del viernes 12 de mayo que no habrá función.


NTX/JCC/NMN

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