domingo, 25 de junio de 2017

Reestrena Nisi Dominus en el Teatro Julio Castillo, parte de los festejos por sus XXV años



Por: Ana León


Después de XXV años en escena si algo distingue el trabajo de Aksenti Danza Contemporánea es el cuidado en la selección musical que pone su fundador y coreógrafo, Duane Cochran (Detroit, 1955), cosa que nada tiene que ver con el azar: el artista, nacionalizado mexicano, es también pianista y parte de la Filarmónica de la UNAM desde hace más de dieciocho años. Su más reciente trabajo escénico es una más de las piezas en las que se muestra la relación orgánica entre música y movimiento que caracteriza a este creador, cosa poco común para un músico. No olvidemos que Cochran se formó primera en la música ─debutó a los once años con la Sinfónica de Detroit─  y posteriormente en la danza contemporánea.




En Nisi Dominus. El reflejo inefable y Nisi Dominus  “lo singular de esta propuesta sería la música en vivo y las partituras de Schnittke y Vivaldi. Son hechos bastante inusuales en la danza contemporánea el utilizar estas composiciones”, y es que en el reestreno de la pieza que se presentó en marzo en la sala Miguel Covarrubias del CCU, la compañía será acompañada por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes.




Después de cinco meses de ensayos, Aksenti pisará el escenario del Teatro Julio Castillo  este 25 de junio a las  12 horas, pero la planeación de este proyecto nos remite mucho tiempo atrás, cuatro años “fue el ‘Cum dederit’ de la partitura de Vivaldi que escuché viendo un programa de la BBC sobre la evolución de la Tierra. Me cautivó inmensamente la belleza de este movimiento y pensé ‘un día voy a montar algo con esta música”.




Su coreografía más reciente, aún parte de la celebración de aniversario de la compañía, refrenda el lugar que Aksenti ha logrado construir en su carrera durante este cuarto de siglo: como una voz sólida dentro de la propuesta escénica del país, aunque la realidad económica en la que ahora viven los bailarines del país no sea tan halagüeña como dos décadas atrás.




Nisi Dominus “está compuesto de dos obras coreográficas cuyo tema es la sangre. La primera El reflejo inefable habla sobre el vampirismo. La necesidad de ser parásitos para extraer la sangre de las almas para una existencia eterna. Pero es una vida condenada a la oscuridad. La segunda Nisi Dominus habla sobre la sangre de Jesús y al obtenerla uno está bendecido a una vida eterna de mucha paz, luz y abundancia”, precisa. “Lo que quiero plasmar simplemente son las opciones que puede haber en la vida: el bien y el mal; la luz y la oscuridad; la apatía y la empatía”.

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