Por : Roberto A. Valenciano Capín
Llegó su majestad imperial Silverio para hacer lo que quiso con sus aborígenes no solo potosinos sino de otros lares convocados por esta figura icónicas de la escena mexicana. Como parte de este cuarto ciclo del Circuito Indio.
A pesar de ser otro sold out y quedarse bastante gente afuera del Loud Open Stage que ya no pudo disfrutar y a la vez ser cómplices de su irreverencia, de ser retador, donde lo grotesco y sus desinhibidas gestualidades les dan coherencia a su performancia, aunado a su llamada música electrónica de las cavernas, no fue impedimento para que Silverio hiciera lo que quiso, desde retarlos con frases puntuales, quitarles a varios sus celulares, para después frotarlos contra puntuales partes de su cuerpo y guardarlos en sus genitales, o aquel que grita que esta canción no le gusta, lo cual no inmutó a su Majestad Imperial, sino mas bien era esta constante provocación, gracias a su ironía.
Aquella que se tomó de un solo shot de su cocteleria afrodisíaca ofrecida por Silverio, para después ser despreciada por no tomarse completamente la cerveza, ante las ya acostumbradas mentadas de madres y estas interminables lluvia de cerveza, pero aun así sus súbditos se dejaron llevar, bailaron, gritaron y tiraron harta vida y estilo.
Con un "hace calor, fuera ropa" dijo el oriundo de Chilpancingo, Guerrero, mientras pareciera como si jugará y a la vez sabroseará a sus consolas y de estas ser correspondidas con una envolvente y energética música compaginada con sus movimientos frenéticos bajo la pauta demarcada por el grito exaltados de ¡Silverio, Silverio! y entre las infaltables mentadas de madre.
Y en donde pareciera ser para "el hombre de las cavernas... nasales" cada bloque de canciones era el pretexto para irse quitando sus prendas y quedarse en sus tradicionales calzoncillos rojos.
Toda una vorágine de sensaciones en este foro potosino que se convirtió en un baño sauna y una fiesta total, pero que aun así, no fue un obstáculo, sino mas bien fue esta catarsis plena de aquellos que salían del mismo, al reafirmar uno de ellos que "Silverio es Silverio" u aquella que en su primera vez que asiste a ver su show, considera que" tiene muy buena música", me sonríe y sin mas se deja ir gracias a este contagioso fraseo musical propuesto por su Majestad Imperial.
Pero no todo quedó ahí, sino el subirse a sus máquinas y generar este empoderamiento a través de sus movimientos corporales, el subirse a una de las bocinas, resbalarse, lo que le fue celebrado por su grey en donde Silverio lo disfruto y aun así siguió con su show.
Finalmente pedir a todos que se subieran a este insuficiente escenario que fue convocada por su Majestad Imperial, el cual fue correspondido por sus aborígenes, a pesar del enojo de Silverio porque tuvo problemas con una de sus consolas, pero siendo minimizado por su tono irónico e irreverente que lo caracteriza, para despedirse entre sus gestualidades y poses para dejarse tomar las selfies de unos eufóricos seguidores, para después ser sacado de este espacio entre los aplausos y agradecimientos de sus seguidores.
Eso sí, queda claro que su Majestad imperial, nunca defraudará a sus seguidores- primitivos-.
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