Por: Nelly Toche
El término ciencias de la complejidad es muy nuevo en la historia del conocimiento humano. Lo que denomina es la generación del conocimiento, la observación de todos los fenómenos en general y el enfrentar cualquier tipo de problema desde diferentes ángulos. Los “complejólogos” son especialistas muy preparados en su área pero con la capacidad de interactuar con otras áreas, platica el artista Manolo Cocho, responsable de la exposición Impulsión, en el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), mientras nos sentamos frente a la instalación artística La antena que transforma al mundo desde la complejidad.
Hoy, este edificio que representa la suma de disciplinas en pro de resolver problemas cotidianos, lleva a cabo la Segunda Semana de la Complejidad, con actividades que pretenden acercar a la población a este término. De esta manera, el público podrá escuchar en voz de los investigadores acerca de sus trabajos sobre células primitivas, dinámica de la resistencia antiviral, cambio climático, estudios de la música desde una perspectiva simbólica y de red, entre muchos otros temas.
Al estar frente a la instalación artística, su autor, Antonio Gritón, relata el sentido de la misma. “Se trata de una intervención integral al edificio, esta obra en sí misma lleva el poder de transformar, todo el tiempo está en movimiento, al igual que todas las investigaciones que aquí se hacen, todas con una idea de un mundo mejor gracias a los aportes de las distintas disciplinas”.
Al mismo tiempo reflexiona y comparte: “Es importante que las partes científica y artística se fusionen, serán científicos trabajando con un objeto de inspiración, depende mucho lo que uno ve para poder crear”.
Y agrega que, así como el C3, éstas también son nuevas prácticas artísticas con estructuras sutiles, pero que hacen que cambie la percepción de todo un edificio, con un temporalidad, lo que hace más presente el hecho de que nada perdura y siempre hay una renovación continua.
Manolo por su parte comenta: “En una parte del siglo XX se llegó a creer que muchas respuestas se encontraban en la especialización, eso creó una disociación y una carencia en la capacidad de enfrentar los problemas y encontrar soluciones”.
Cuando se vuelven a crear intersecciones, es como una especie de “nuevo Renacimiento”, época donde científicos, artistas y filósofos surgen como una sola entidad del conocimiento, hoy volvemos a encontrar salidas conjuntando estos elementos.
Sobre compartir el lugar con científicos e investigadores, Manolo recuerda que el arte en la fabricación del conocimiento es un eje fundamental. “Nos da mucho gusto estar actuando al mismo nivel que grandes investigadores de química, biología, física, medicina o matemáticas”.
“En los 80 y 90 se cristaliza el arte conceptual, la capacidad de darle a las obras de arte una carga de ideas como parte principal de la obra es arte que viene del raciocinio, de pensar y de hacer pensar. Cuando se está comprometido con la búsqueda de la verdad y certeza, es cuando el arte empieza a buscar a la ciencia. En el siglo XXI el arte ya tiene esas nuevas exigencias”.
Esta intervención artística se completa con la participación de Adriana Camacho Torres a través del contrabajo: La antena que transforma recibirá música de improvisación; al respecto Adriana explica que son composiciones al instante, “siempre es como una construcción con base hacia el futuro. Es parte de dudar de ti mismo, pues no estás tocando sobre una partitura y una verdad absoluta, es un proceso que se construye, por lo que va muy acorde con la antena y con esta semana de la complejidad”.
Cuando la gente no sabe lo que va a escuchar se ve confrontada, es entrar a un terreno desconocido, pero eso es bello, agrega.
ACERCA DEL C3
El Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM es un espacio de encuentro donde se busca tender puentes entre las ciencias exactas, naturales, sociales y humanísticas con el fin de estudiar diversos fenómenos desde una óptica inter y transdisciplinaria.
En voz de su coordinador general, Alejandro Frank, el C3 es un esfuerzo con más de 10 años de antigüedad, pero se logró un espacio propio y físico hace dos.
El antecedente viene desde hace 30 años con gente que ha intentado establecer una relación con otras disciplinas para poder entrar en los problemas reales que siempre son trans y multidisciplinarios. “Eso se había hecho pero de manera aislada, éste es un esfuerzo institucional por lograr que se reúnan las distintas disciplinas, incluidas las ciencias sociales y tener espacio para discutir”.
A sus escasos dos años ya hay ejemplos destacables sobre la labor de este instituto. Por ejemplo, el área que se está atacando es la diabetes, “un ejemplo claro de que no es un problema exclusivamente médico, sino social, de pobreza, económico, educativo, nutricional, genético, etcétera. Es curioso ver a matemáticos, físicos, biólogos, estudiando los procesos, pues no vamos a poder incidir en él sólo desde la medicina, por ello llegan trabajos serios por entender esta red compleja de interacciones”, concluye Frank.
Las personas que deseen conocer más sobre las actividades pueden entrar a la página c3.unam.mx.
nelly.toche@eleconomista.mx
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