Por rechazar las
limitaciones impuestas al conocimiento por la razón, el pensamiento ortodoxo y
el utilitarismo, Leonora Carrington es considerada una figura clave del
surrealismo. Como otros artistas de esta corriente, quiso en cambio buscar una
comprensión más plena de la realidad por otros caminos como la mitología celta,
el hermetismo, la alquimia, la cábala, el budismo tibetano y la literatura
fantástica. En este sentido, sus obras mezclan libremente la autobiografía y la
ficción, lo cotidiano y lo mágico, mediante lo cual se revela que la
experiencia humana tiene un significado múltiple y en continuo proceso de
transformación.
El surrealismo fue un
movimiento artístico, intelectual y literario que se originó en 1924 con la
publicación del primer Manifiesto surrealista, de André Breton. A diferencia de
otras vanguardias, el surrealismo no se limitó a la innovación formal, más bien
fue una reacción ante la destrucción ocasionada por la Primera Guerra Mundial,
entendida como el fracaso total de la sociedad moderna. En esencia, este
movimiento aspiraba a revolucionar la vida mediante el arte. Los surrea--listas
rechazaron la razón, por lo cual buscaron otras formas de pensamiento y acción.
Esto los llevó a interesarse en los sueños, la
locura y la hipnosis. Su
objetivo era liberar las fuerzas reprimidas en el inconsciente -la parte
profunda de la mente descrita por el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud
y propiciar así la transformación de la sociedad.
Durante la Primera Guerra
Mundial, Breton cuidó de pacientes psiquiátricos que sufrían de automatismo, es
decir, sus acciones eran repetitivas e inconscientes. Imitándolos, Breton y
Philippe Soupault intentaron escribir de forma espontánea, sin censura o
control racional, para permitir la libre asociación de ideas e imágenes. De
este ejercicio se derivaron juegos como el cadáver exquisito y las técnicas
artísticas del grattage, frottage, collage, decalcomanía y rayograma.
Entre los artistas
asociados con el surrealismo se puede mencionar a René Magritte, Max Ernst,
Salvador Dalí, André Masson, Joan Miró, Man Ray, Luis Buñuel y Hans Bellmer.
Breton pensaba que el surrealismo tenía raíces profundas en la literatura y el
arte universal, y citó entre sus antecesores a Francisco Goya, El Bosco, Arthur
Rimbaud, Lewis Carroll, Isidore Ducasse y Giorgio de Chirico.
En este movimiento
participaron mujeres artistas; sin embargo, se les encasillaba en estereotipos:
la femme-fatale, mujer sádica de apetito voraz; o la femme-enfant, musa
inspiradora, inocente y bella. Además de
Carrington, entre las
artistas surrealistas destacan Meret Oppenheim, Toyen, Remedios Varo, Leonor
Fini, Dorothea Tanning y Kay Sage.
Con el inicio de la
Segunda Guerra Mundial, muchos surrealistas huyeron hacia América. Fue así que
un grupo de artistas europeos se exilió en México, país que, tras la llegada de
Antonin Artaud en 1936 y de André Breton en 1938, se convirtió en el foco
surrealista más importante de Latinoamérica. El surrealismo europeo expandió su
misión
revolucionaria al
continente americano con la publicación del Manifiesto por un arte
revolucionario independiente, escrito por Breton y Leon Trotsky, en 1938. Poco
después llegaron otros surrealistas: Alice Rahon, Wolfgang Paalen, Kati Horna,
César Moro, Remedios Varo, Benjamin Péret y Leonora Carrington. En 1940,
Breton, Paalen y Moro organizaron la Exposición Internacional del Surrealismo
en la Galería de Arte Mexicano.
Como ocurrió con Leonora
Carrington, en México, los artistas europeos encontraron una rica herencia
cultural que les parecía surrealista por su diferencia con el pensamiento
occidental. Uno de ellos, Wolfgang Paalen, publicó la revista Dyn, dedicada al
surrealismo y el arte prehispánico. En el estado de San Luis Potosí, destacó la
presencia de Edward James, coleccionista y promotor del surrealismo.
Durante setenta años,
Leonora Carrington se dedicó a la pintura, escultura, grabado, textil y
joyería; también escribió novela y cuento, siempre apegada a los temas propios
del surrealismo. Produjo su obra teatral, Penélope, al lado de Alejandro
Jodorowsky. También creó
máscaras para el teatro
con Octavio Paz e ilustraciones para libros de Elena Poniatowska. En 1963,
pintó El Mundo Mágico de los Mayas, obra de gran formato, para el Museo
Nacional de Antropología e Historia. En los años de la década de 1970,
Carrington se unió al movimiento feminista en México y publicó La Trompetilla
Acústica, aclamada como una de las novelas más visionarias del siglo XX. En el
cartel Mujeres conciencia, creado en 1972, la nueva Eva regresa una manzana a
la antigua Eva bíblica en un gesto que simboliza el rechazo de la mitología
patriarcal y el sexismo. La energía liberada en este acto pasa por los chakras
del cuerpo e ilumina el tercer ojo de la serpiente en la parte superior de la
imagen.
Con esto, Carrington
demostró su compromiso con el movimiento feminista en México. Cuando en una
entrevista para la revista Novedades, Elena Poniatowska le preguntó: “¿Cuál es
el hecho histórico que más admiras?”, Carrington le respondió: “Casi ninguno,
pero sí. Hay fechas históricas que admiro. Por ejemplo, la Caída del
Patriarcado que ocurrirá en el siglo XXI.”
Este jueves 22 de marzo será
inaugurado el Museo Leonora Carrington San Luis Potosí en el Centro de las
Artes de San Luis Potosí Centenario. Durante el viernes 23, sábado 24 y domingo
25 de marzo, la entrada al Museo Leonora Carrington San Luis Potosí será con
entrada libre en un horario de 10:00 a 17:30 horas.
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