Por: Edelmiro Franco. Corresponsal
El filósofo francés Robert Redeker hizo aquí una serie de reflexiones sobre la muerte, el miedo y la vida durante la presentación de su más reciente libro “El eclipse de la muerte”, en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo).
Reflexiones e interrogantes como “¿Qué seríamos nosotros sin la muerte? Todo lo que somos, todo lo que nos importa, no existiría sin la muerte. No se contenta con librarnos del ego, lo que ya es bastante, inmenso”, son algunas de las reflexiones que expone el profesor e investigador francés en su nueva obra.
Cuando "simulamos la muerte en nuestra mente, es decir cuando la pensamos, nos muestra que existe un más allá del ego, la verdad de nuestro ser. No, logra mucho más: sin la muerte, no hay nada, no hay mundo humano, no hay ni familia, ni sociedad, ni patria, ni cultura, ni seguramente amor. En cuanto al creyente, él nos dirá: sin la muerte, no hay ni redención ni salvación”.
La obra de Redeker fue publicada en español por el Fondo de Cultura Económica (FCE) filial Colombia en una coedición con el sello Luna Libros, que invitaron al autor para que expusiera sus tesis filosóficas sobre la muerte en la sociedad contemporánea.
Redeker fue una de las novedades más interesantes en la FILBo, que después de dos semanas finalizará este 2 de mayo con una asistencia que supera las 550 mil personas, con una obra que cumple el propósito de despertar sentimientos como la desesperación y la tragedia.
Redeker es contundente al afirmar: "sin la muerte, solo existe la nada (…) El derecho a la vida está en la muerte, que es a su vez un proceso biológico. La toma de conciencia de la muerte solo está en el hombre, no existe en los otros seres vivos de la naturaleza”.
“La muerte es inhumación... La muerte es una huella especial del ser humano y permite tener conciencia de nosotros mismos… La muerte es la culminación de la vida… La muerte es una palabra y es por ella que existe”, fueron algunas de las reflexiones sueltas del maestro francés.
En su opinión, “todos los seres vivos mueren y esa es la razón por la que la muerte es banal. Además, es generalmente fea y sórdida, de ahí que sea trivial. Sin embargo, ella nos intriga y nos fascina porque sabemos, más o menos conscientemente, que con ella va el sentido de nuestra vida”.
Recordó al filósofo Blaise Pascal cuando dijo: “a toda alma le importa saber si es mortal o inmortal. Entonces el misterio de su paradoja es este: toda muerte es singular, irremplazable; pero, al mismo tiempo nada es más banal que morir”.
“La vida de un animal no es de la misma índole que la vida humana porque no sabe nada de la muerte. Es más, la muerte es el privilegio de la humanidad (…) El eclipse de la muerte emblematiza la desesperación del hombre contemporáneo del que constituye un amargo componente”, es una de las conclusiones de Redeker.
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