domingo, 2 de septiembre de 2018

Conmemoran a Led Zeppelin Sinfónico en S.L.P.



Por: Roberto A. Valenciano Capín.

En primera instancia, esta conmemoración por los cincuenta años de creación de esta banda inglesa e icónica del rock mundial, Led Zeppelin, ahora en su versión sinfónica, me remitió a este recuerdo de tener la oportunidad de escuchar con cierta atención y paciencia la música que es emitida por este aparato reproductor de setenta y ocho revoluciones, del poder escuchar "este fenómeno acústico, este fenómeno en vivo entre dos ensambles clásicos", como bien lo apunta el Mtro. Julio de Santiago, en una casi abarrotada Cineteca Alameda en esta capital potosina.

Un último viernes del mes de agosto en donde se logró  convocar a varias generaciones gustosas por una de las bandas más icónicas, no solo por su virtuosismo sino por su aportación al mundo musical y de esta manera permiten al escucha dirigirlos a estos viajes más disparatados y ser testigos de esta primera presentación del Led Zappelin en México.

Gracias a la complicidad de la excelente banda de Emilio and the Celtics en conjunción con la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, bajo la batuta del director invitado, Mtro. Julio de Santiago.

En donde la potente voz de Grstch Zavaleta en la voz en conjunción de Emilio Rodríguez en la batería,  Patas Rodríguez en la guitarra y Gualo García en el bajo y la complicidad de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí, así como los arreglos para esta presentación estuvieron a cargo de Jonathan Salas Ocañas, un compositor nacido en Monterrey que busca la experimentación sonora inusual.

Una travesía que fue desde: -Daze and Confused-, - All my Love-, -Stairways to  Heaven-,  -Rock and Roll, -Kashmir-, -Good times, Bad times-, -The Rain Songs-, -Going to California-, -Misty Mountain Hop-, -Whole Lotta Love-, -Heartbreaker-, -Moby Dick- por citar algunas.


Aun así parece ser que se cumplieron las expectativas de muchos de los asistentes que sacaron este lado rockero, no solo portar playeras alusivas a la banda sino de aquellos cumplir sus apetencias no solo sonoras sino el emocionarse al escuchar tal canción que nos remite a este  sonido de finales de los 60 y 70 de la banda, a pesar de este aplauso tibio que de forma paulatina fue volviéndose cálido, ante el puntual grito o pregunta al aire ¡ Y la sinfónica! y esta incesante petición de Moby Dick.

De esta manera lograron desplegar este puente gozoso y nostálgico no solo a este público sino a esta banda que la tributa a pesar de esta deficiencias sonoras.

Aun así lo aclara mas el director huésped, Julio de Santiago con respecto a esta fusión del rock con el sonido sinfónico y por consiguiente darle un giro al estereotipo de una orquesta, en una entrevista ofrecida a un medio local.

"Yo creo que es una manera de presentarle al público esta dotación instrumental, muchas veces el público le tiene miedo una orquesta sinfónica, piensan que es aburrido y hay hasta cierto rechazo de primera impresión. Si fusionan con el rock, pues muy probablemente se esté quitando esa imagen tan tipificada de altísima seriedad, que, por supuesto, tiene sus conciertos y sus piezas muy típicas y clásicas, pero yo creo que es una manera de mostrarle al público que no es tan seria en el sentido estricto de cerrarse a eso, que hay apertura", dijo.

Acota: "Una orquesta tiene que ir educando al público, modernizándose y este tipo de conciertos puede invitar, puede captar al público para que no le tenga tanto miedo y se enganche".

No hay comentarios:

Publicar un comentario