Por: Roberto A. Valenciano Capín
El joven dramaturgo Missael Silva asume con sobriedad un tema que le pareciera serle ajena y lo lo asume con tal cabalidad, como es el recordar estos sucesos que cambiaron el devenir de México y por consiguiente dejaron muchos temas abiertos y la idea es que se sigan discutiendo, al tener como punto detonador el movimiento del 68.
A través de cinco voces- actores- que integran El Árbol de Neuronas -, logran esta puntual puesta en escena de la obra -Ojalá esto no fuera un simulacro"del dramaturgo potosino.
Con la cual se inaugura esta séptima edición de Encuentro Fronteras en Tránsito que se realiza en la Guarida del Coyote.
Una obra que transcurre en diferentes locaciones tanto al exterior como al interior del foro, en donde las consignas se transmutan en la civilización de la voz de muchos que han trascendido, ya que "hay que dejar huellas y que la gente vengan y sepan que no están solos, que sepan que hay otras voces".
Ya que a 50 años sigue siendo lo mismo, pero aun así:
Van a volver, van a volver
las balas que disparaste
van a volver, ¡van a volver!
No morirán,, no morirán
la gente que asesinaste
no morirá ¡no morirá!
Ya que a 50 años sigue siendo lo mismo, pero aun así:
Van a volver, van a volver
las balas que disparaste
van a volver, ¡van a volver!
No morirán,, no morirán
la gente que asesinaste
no morirá ¡no morirá!
Memoria, identidad, fragilidad, justicia, resistencia, igualdad por lo que no están y por los que estamos, por ellos estamos aquí, ya que el pasado, eso es algo que no conocimos, El futuro será el que nos acompañe y que nos mire a los ojos.
Rivera tiene el acierto de no solamente ser esta aproximación a esta experiencia del teatro, sino el crear y ofrecer un texto reflexivo, conciso e incómodo, escrito bajo el aliento suficiente que permite un distanciamiento del fenómeno, e incrementa la efectividad de la reflexión, pero aun así mantiene a los espectadores atentos y participativos a pesar de un final inesperado y a criterio del público que termina involucrándose directamente en la memoria colectiva de estos trágicos sucesos ocurridos no solo hace ya 50 años, sino de estas heridas abiertas en esta contemporánea historia de México.
En donde el dramaturgo platica que es esta obra es "el resultado de una exploración de este tipo de teatro que me interesa, pues si tiene que ver con el aniversario ( 2 de Octubre) este cercano a cosas como de la UNAM, lo de Ayotzinapan y me parecía necesaria la reflexión. De ahí que me gusta hablar a partir de la idea del optimismo, de que las cosas son bastantes tristes y ojalá las podamos trabajar y tratar de cambiarlas" comenta Missael Rivera.
En cuanto a este énfasis de la memoria comenta " la memoria es como un dispositivo de resistencia, es una forma de transformación, me parece que hemos recordado de una cierta forma ciertos sucesos en que la memoria ha sido el arma de algunos, el objeto que han utilizado justos algunos y pues tratarle de darle esta vuelta y me parece que podría cambiar la perspectiva de muchas cosas".
En escena: Lucero Covarrubias, Nayeli Reyna, Eduardo Iván Acosta y Gerardo Canela.
Dramaturgia y dirección: Missael Rivera, Producción General: El Árbol de las Neuronas.
Rivera tiene el acierto de no solamente ser esta aproximación a esta experiencia del teatro, sino el crear y ofrecer un texto reflexivo, conciso e incómodo, escrito bajo el aliento suficiente que permite un distanciamiento del fenómeno, e incrementa la efectividad de la reflexión, pero aun así mantiene a los espectadores atentos y participativos a pesar de un final inesperado y a criterio del público que termina involucrándose directamente en la memoria colectiva de estos trágicos sucesos ocurridos no solo hace ya 50 años, sino de estas heridas abiertas en esta contemporánea historia de México.
En donde el dramaturgo platica que es esta obra es "el resultado de una exploración de este tipo de teatro que me interesa, pues si tiene que ver con el aniversario ( 2 de Octubre) este cercano a cosas como de la UNAM, lo de Ayotzinapan y me parecía necesaria la reflexión. De ahí que me gusta hablar a partir de la idea del optimismo, de que las cosas son bastantes tristes y ojalá las podamos trabajar y tratar de cambiarlas" comenta Missael Rivera.
En cuanto a este énfasis de la memoria comenta " la memoria es como un dispositivo de resistencia, es una forma de transformación, me parece que hemos recordado de una cierta forma ciertos sucesos en que la memoria ha sido el arma de algunos, el objeto que han utilizado justos algunos y pues tratarle de darle esta vuelta y me parece que podría cambiar la perspectiva de muchas cosas".
En escena: Lucero Covarrubias, Nayeli Reyna, Eduardo Iván Acosta y Gerardo Canela.
Dramaturgia y dirección: Missael Rivera, Producción General: El Árbol de las Neuronas.
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