Por: J. Francisco de Anda Corral
La casa de Sergio Pitol
Demeneghi (Puebla 1933-Xalapa 2018), Premio Cervantes 2005, ha sido puesta en
venta por la familia del escritor como “una llamada de atención a toda la
comunidad cultural”, debido al desinterés de las autoridades estatales y
universitarias de Veracruz por convertir el inmueble de la calle de Pino Suárez
11, en Xalapa, en un centro cultural y museo, dice a El Economista, su sobrina
Laura Demeneghi.
La casona de 1,100 metros
cuadrados que habitó Pitol en la capital veracruzana desde 1989 hasta su deceso
en abril del 2018, “merecía transformarse en una casa museo; era lo más idóneo
para honrar su memoria, pero las autoridades culturales de este país no fueron
sensibles a este proyecto”, asegura Demeneghi.
El proyecto pretendía
además que la biblioteca del escritor, conformada por cerca de 10,000
volúmenes, que había sido donada por el propio Pitol a la Universidad
Veracruzana, permaneciera en el inmueble conservando su disposición original.
Demeneghi acusa que el proyecto se frustró ya que “la rectora Sara Ladrón de
Guevara nunca mostró interés, nunca quiso recibirme ni escuchar la propuesta,
como tampoco el alcalde de Xalapa, Pedro Hipólito Rodríguez, ni el gobernador
Miguel Ángel Yunes, ni las autoridades culturales del estado”.
“Es una lástima; a mí me
duele más por mi tío que las autoridades no hayan sido sensibles a un proyecto
cultural como este, que es lo menos que él se merecía y lo que necesitaba la
ciudad. No vendemos la casa por dinero,
sino como protesta y llamada de atención a toda la comunidad cultural, para que
nunca vuelva a pasarle a ningún escritor lo que le pasó a mi tío, que lo
tuvieron en el abandono y solo les interesaba lucrar con su nombre y su
prestigio”, lamenta la sobrina.
El inmueble de Pino
Suárez 11 luce ahora en su fachada un letrero que dice “Venta”, lo que parece
ser el colofón del viacrucis judicial que libró la famillia Demeneghi desde el
2014 por cuidar de Sergio Pitol durante sus últimos años, cuya custodia legal
fue cedida al DIF estatal de Veracruz tras un juicio de interdicción, por la
enfermedad mental que padecía el escritor. Laura Demeneghi asegura que los
libros han sido entregados ante notario a la Universidad Veracruzana para su
cuidado y administración, como fue el deseo de su tío, y la casa ha sido
vaciada para ponerla a la venta, pero nunca se supo qué pasó con sus valores,
como la Medalla del Premio Cervantes, las colecciones de relojes y de plumas
Mont Blanc y otros objetos de valor que poseía el escritor; hasta el
guardarropa fue robado de su casa durante el tiempo en que Pitol estubo bajo la
tutela del estado.
“Fueron cinco años de una
lucha encarnizada por cuidar a mi tío, por cuidar su nombre y su patrimonio”,
dice Laura. “Me duele más que a nadie esta decisión, pero ya está tomada y
considero que lo que le pasó a mi tío debe de cimbrar a la comunidad cultural”.
“A lo mejor Alejandra
Frausto (secretaria de Cultura federal) no tiene ni idea de lo que está pasando
con la cultura aquí en Veracruz, y ojalá que esto sirva para que nos voltee a
ver, y que ponga solución”. concluye.
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