sábado, 16 de febrero de 2019

El doctor Alfredo López Austin habló de Omphalos, entre la danza y la antropología



Como parte del programa Testimoniales, el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ofreció la plática Omphalos, entre la danza y la antropología, dictada por el investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, Alfredo López Austin.

La conversación giró en torno a la pieza del coreógrafo Damien Jalet, estrenada en nuestro país por el Ceprodac. Se llevó a cabo el pasado siete de febrero, en el Aula Magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Cenart), sitio donde el doctor López Austin realizó un ejercicio transversal desde su campo de investigación: la cosmovisión mesoamericana y las formas de expresión, principalmente mitológicas e iconográficas.
En su participación, el licenciado en Derecho e Historia, Alfredo López, habló de los principios antropológicos y humanos de los que partió la obra. Después de felicitar a los bailarines, el también maestro y doctor en Historia dijo que se trata de un trabajo que es tema de conversación frecuente.
“Fue una obra de arte extraordinaria, un bello recuerdo que nos han dejado y en el que obviamente se identifica inmediatamente la inspiración que el autor tuvo al pensar en el momento cuando se liberan las dos águilas y se cruzan en el santuario y en el ombligo del centro del mundo, omphos”.
Con el apoyo de una serie de transparencias, el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM apuntó que el centro del mundo está en el punto que cada quien señale. Al abordar el subtema El dios único y la imposibilidad de su conocimiento, afirmó que existe la descomposición de dios en muchas partes, algo que se reconoce en Mesoamérica con la particularidad de que el ser supremo tiene poco que hacer en este mundo. “Hay varias denominaciones del dios único y la fuente de todo, los zapotecos le dan el nombre de Coqui Xee y los nahuas de Tloque Nahuaque, Ometeótl o Moyocoyani”.
Dentro de La pareja divina, el especialista explicó que en cualquier religión se plantea que deben existir dos elementos cuya relación se pueda medir en tiempo, espacio y movimiento, por lo que el dios existe con dos personas: dios padre y diosa madre; con ello se resuelve el problema filosófico con dos elementos que son opuestos y complementarios para medir tiempo, espacio, movimiento y reproducción.
En  Representación del Códice Borgia, Fusión de un dios para formar dos diosesLa sustancia de los dioses y División cósmica en cuanto a la sustancia, aseveró que todo lo que existe en el mundo se da por pares, que es lo que motiva el complemento y que todos los seres del cosmos son machos o hembras, frío o caliente.
“Cada uno de los seres tiene su propia proporción particular, pero si no fuera así, carecería de existencia, no tendrían movimiento y lo que no se mueve no existe, por lo que es necesaria la composición para existir en el cosmos,  o sea que los dioses mismos son calientes o fríos, como el padre y la madre, pero también con una métrica”, aseguró el investigador histórico y del pensamiento mesoamericanos, especialmente la cosmovisión, la religión, el mito, la magia y la iconografía.
El programa Testimoniales ofrece un diálogo abierto y dinámico con la participación de destacadas personalidades del arte y la cultura, quienes comparten con la comunidad dancística sus experiencias y realidades dentro de una sesión, íntima, introspectiva y reveladora, que pretende promover las buenas prácticas y abordar las inquietudes.
En esta sesión se habló de los principios antropológicos y humanos de los que partió la obra Omphalos,coproducción internacional del Ceprodac; el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; el Cenart, a través del programa México en Escena; Kampnagel Hamburg (Alemania) y el Conjunto de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara; con el apoyo del Instituto Francés de América Latina/Embajada de Francia en México.
Fuente: INBAL

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