Por: Roberto A. Valenciano Capín
"Estamos aquí todos tus amigos y admiradores para homenajearte, esperando al tren que haga escala en el largo viaje a la eternidad , ansiosos por ver la magia y el color de tus cuadros" es así como Abel Esquivel da cuenta de conmemorar de forma póstuma la transcendencia de una artista potosina nata como es Carmen Esquivel, a través de la exposición "Una visión ingenua, magia y color" que se expone en las dos salas del Museo Francisco Cossío, también conocida como la Casa de la Cultura.
Con estas emotivas y puntuales palabras de su esposo e inspirador, Abel Esquivel. "Estamos aquí todos tus amigos y admiradores para homenajearte, esperando al tren que haga escala en el largo viaje a la eternidad , ansiosos por ver la magia y el color de tus cuadros, llegaras feliz porque sabes que la obra que hoy admiramos es una línea de tiempo, ahora majestuoso, increíble y auténtica, con esa ingenuidad que nunca perdiste. Bienvenida Carmen Esquivel, reconocemos la pureza de tu espíritu que aún contagia, pues aquellos puros que has podido plasmarlas maravillas del mundo diferente, un universo naíf. Pintando los cielos de color de rosa, aseguras aladas y fieles que resguardaran seguramente el gran legado para ser patrimonio del mundo y de tu México.Cada pincelada es la herencia infinita y previlegiada de un estilo de un genio, que solo aquellos pintores que viven en armonía pueden dibujar y expresar su vida con sus logros.
Carmen, esposa y pintora, tu plástica siempre me fue fascinante por tu originalidad y su sencillez, nunca aspirante a la grandeza, expresabas lo que vivías con tanta expontaneidad que me merecía mis respetos y mi gran admiración por ti, alguna vez fui tu inspiración, aunque casi siempre de diablo. Te recibimos con alegría Carmen Esquivel en este lugar de arte y cultura, el magnífico museo Francisco Cossío que te cobijo y fue testigo de tu grandeza".
El vestíbulo del museo fue el punto de encuentro de su familia, amigos y artistas no solo para ver y disfrutar de su obra. En donde se contó con la presencia de Abel Esquivel Avalos, esposo, amigo e inspiración de la homenajeada; Leticia Esquivel Alcocer, hija de Carmen Esquivel; Ana Cecilia Montilla, Directora General de Desarrollo Cultural de la SECULT, en representación del Secretario de Cultura, Armando Herrera Silva; Ofelia Zacarias Diaz Infante, directora del Museo Francisco Cossio y el Padre Eugenio Siller, representante del arzobispo Carlos Cabrero.
Una exposición, que es una pequeña muestra del vasto trabajo de Carmen, integrada por 64 obras que forman parte de la colección de la familia Esquivel Alcocer que tanto atesoran, y que, en esta ocasión abre y comparten a todo el público.
Como lo apunta Ofelia Zacarías Díaz Infante, "es una exposición que nos muestra la familia, escenas íntimas, amigos y lugares cotidianos que se transformaron dando origen a seres y lugares fantásticos. Sus pinceles reflejan el colorido del paisaje, el folclore y la indumentaria de México, característica común de los grandes artistas mexicanos como Tamayo, Frida Kahlo, Chávez Morado".
"La obra de Carmen Esquivel tiene el poder de evocar, así escuchamos el sonido del viento entre las hojas de los árboles, el cantar de las aves o el bullicio de la plaza. Para Carmen cada uno de los elementos que componen su pintura es trascendental, los paisajes son tan relevantes como los animales, los personajes y los muebles; los planos, la perspectiva que guardan los objetos entre sí son importantes. Carmen se volvió inmortal en su obra, y hoy nos invita a vivir la alegría de la vida a través de sus ojos".
Una visión ingenua, magia y color exposición que estará expuesta hasta el mes de julio".
Carmen Esquivel, nació en el centro histórico de la ciudad en 1937. Comenzó su trayectoria artística al reunirse con un grupo para tomar clases particulares de pintura durante los sábados, sin saber que eso la llevaría a convertirse en una de las pintoras mexicanas naíf más importantes.
Durante más de cuarenta años, materializó en sus obras diferentes personajes, lugares, fiestas, tradiciones, acontecimientos y paisajes —reales o fantásticos— que nos invitan a descubrir su peculiar manera de ver la vida.
En donde el arte naíf es una corriente artística cuya cualidad primordial es la ingenuidad y la espontaneidad, muy cercano al arte infantil, lejos de los cánones académicos.
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