viernes, 16 de agosto de 2019

El Lennon que 'voló cabezas'



Por: Jonathan Castro

Las guitarras pueden electrizar los músculos; el bajo, golpear el cuerpo; los bombos, estremecer la tierra; y la voz, volar cabezas, pero una pluma y un papel, si son despiadados, pueden desvelar parte del mundo que gira en torno a la música y a sus ejecutores, sin importar si se trata de una banda de metal, de blues, de pop, de banda o hasta reggaetón; o si se les admira, ignora u odia.

Ya dejó atrás la vestimenta oscura y el cabello largo que usó durante la preparatoria, ahora, maduro, da rienda suelta a lo que en aquellos años era un mero hobby: la escritura, la cual con el paso del tiempo lo ha llevado tener un estilo satírico, curioso, ácido y perverso, que en sus libros es posible notar.

Uno trata de escribir, como dicen los gringos, ‘como te dicta tu demonio interior’.

Prefiero pensar que ya encontré mi propia voz y, de hecho, uno de los motivos de sacar mi libro es eso, que después de 20 años creo que tengo una voz propia. Eso es lo más difícil: cuando escribes en cualquiera de las disciplinas siempre lo más difícil es encontrar tu voz”, explicó el editor de la revista Playboy México, Arturo J. Flores, en entrevista con Grupo Imagen.

Como “animal de hábito” y con su “demonio” manifestado en sus preguntas con jiribilla y su pícara, pero no por eso poco seria redacción lleva a sus lectores a conocer sobre algún personaje en específico del ámbito musical: sus miedos, sus expectativas, sus gustos, sus perversidades y hasta sus locuras, como cuando Adanowsky soñó que “le daba por el culo” a su gato o sobre la bañera atascada de alcohol que llenó no un rockero, como muchos podrían pensar, sino un representante de la banda: Lupillo Rivera.



El pasado 4 de julio, en la Ciudad de México, en específico en la Pulquería Los Insurgentes, explicó cómo fue que gracias a su mamá, “Instant Karma”, de John Lennon, le “voló la cabeza” a sus menos de 10 años de edad, experiencia que, a manera de metáfora, dijo: “John Lennon me asesinó a sangre fría”, enunciado que retomó de una novela frenada, pero el cual decidió que fuera el título de su compilación, debido a lo significativo que fue para su acercamiento con la música. Además, éste acompaña a una portada que seguro los beatlemaniacos y los admiradores de Lennon amarán…

“Para mí sólo era un juego de palabras, porque yo estoy escribiendo una novela que lleva ese título, pero lleva muchos años parada y no le avanzo, le avanzo y retrocedo, y cuando empecé a hacer este compilado de textos necesitaba un nombre, según yo, poderoso y llamativo que tuviera que ver con música y me acordé que tenía el título de esa novela, así que lo metí a huevo, le di la vuelta y le encontré una justificación y quedó”, declaró, entre una risa sarcástica, unos días después de aquella presentación.

Aunque hay dos curiosidades entre el libro y su contenido: el primero, que los Beatles no son muy del agrado del también autor de El Amor Apesta (Vergara, 2018), y el otro, que si bien John Lennon le da nombre a la obra y en solitario le gusta mucho, no hay ningún escrito sobre éste.

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