lunes, 4 de noviembre de 2019

José Manuel Aguilera hace Noche profunda: “No fue la nostalgia, fue la curiosidad”


Por: Mónica Maristain

José Manuel Aguilera es un guitarrista total. Probablemente estemos ante uno de los mejores ejecutores del instrumento, sumado a su poesía y su entender la canción con un sentir “brasileño”, como le solemos decir.

Es líder de La Barranca, ha estado en Jaguares, ha cantado y tocado con Jaime López y ahora hace un disco fruto de un interés expresado por la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, ¿cómo unir al bolero con el rock?

Fue en 2016, acompañando a que Latinoamérica iba a ser la invitada de honor, cuando se ideó Noche profunda, estrenándose ante un lleno total en el Foro Expo de Guadalajara.

Noche profunda. Una aproximación del rock al bolero, es por empezar un ejercicio que no incluye la nostalgia. Es precisamente para el futuro, para abrir un camino –que José Manuel no seguirá- en donde estos dos géneros explotan en su manera de esencial de ser.

Con músicos notables, la orquesta que para el disco fundó Aguilera y desde Cecilia Toussaint hasta Jaime López, pasando por Gerardo Enciso y Juan Cirerol, entre otros, este trabajo puedes escucharlo ahora mismo (por Spotify, por YouTube), para saber hasta donde estos dos géneros tan distintos y con tanta historia cada uno de ellos, hacen una nueva corriente musical, producen una extraña novedad en un mundo donde cada vez hay menos sorpresas.



–¿Cómo surgió la promesa de hacer este disco?

–Esto surgió de una idea de la Universidad de Guadalajara, para presentar un espectáculo en la FIL. Haremos algo con bolero y rock, fue el punto de partida informal, pero nos dio chance de hacer un proyecto muy específico que es este disco. Tomar boleros del acervo tradicional y hacer adaptaciones a un formato de rock para que sean interpretados por nueve cantantes de la escena mexicana. El concierto se llevó a cabo y el disco tuvo lugar porque para hacer esto que se dice fácil en realidad fue un trabajo de arreglos y otras cosas y fue bueno grabarlo.



–¿Cómo transmitiste tú a los cantantes tu idea?

–Trabajamos en diferentes líneas simultáneamente. Por un lado yo primero me di a la grandísima tarea de escoger boleros que yo pensaba que se podían adaptar a este concepto, dado no soy un experto en boleros; soy alguien que desde el rock de pronto me acerqué a algunos boleros. Hice una lista de 50 boleros y se los presenté a los cantantes para que ellos escogieran aquel con el que les interesaba trabajar. Luego empezamos el trabajo de los arreglos, cada uno de los cuales tenía una propuesta vocal sugerida por nosotros.

–Parece ser un solo disco cantado por nueve cantantes, con una idea de grupo muy potente

–Eso me interesó muchísimo. En un principio, se planteó la posibilidad de que cada uno de los cantantes viniera con su grupo o con un guitarrista amigo para hacer estas versiones. Pero luego pensé que iba a ser muy difícil de coordinar y el disco así iba a carecer de cualquier tipo de unidad. Lo que propuse es hacer una orquesta que la llamé Noche profunda y que sirviera de base a todos los cantantes.

–En “Negrura” Jaime López canta como Tom Waits y pareciera ser que cuando se junta contigo canta más como Tom Waits. Aquí lo llevas al límite de su garganta…

–Sé que él puede llegar ahí y me interesa mucho eso. Ya hemos hecho cosas, incluso medio bolerescas por ahí. Con Jaime ya teníamos un camino andado, pero sí fue como refinar, llevarlo al extremo…


–Llevarlo al extremo tiene un poco de destino entre los escuchas. Canta tan mal y lo escuchamos con arrobación…

–También nosotros quisimos hacerle un traje a la medida para cada cantante. De tal suerte que no es el mismo enfoque el que está en “Negrura” que en la canción que canta Juan Cirerol.

–Conozco mucho a Juan Cirerol y siempre digo qué pasará con él pasado mañana. Es increíble la soledad y el desamparo con el que canta “Amor de medianoche”

–Me gustó mucho también y además me gustó al lugar al que lo llevamos a él. Lo permitió, para mí fue muy interesante sacarlo de su zona y es la canción más bizarra del disco, funcionó muy bien para él.


 –Conozco poco a Gerardo Enciso…

–Creo que Gerardo es uno de los autores más valiosos que hay en México. Lo respeto mucho. Esa interpretación que hace ahí, lo demuestra como un gran valor. Me da mucho gusto que haya quedado en el disco porque mucha gente no lo conoce. Es un valor oculto de Guadalajara.


–Llamar a Cecilia Toussaint es garantía de antemano, pero sin embargo la haces cantar aquí en otro registro

–Primero se lo tomó como una agresión, porque subió mucho de tono. Fue llegar al convencimiento de que podía hacer ese registro. Últimamente trató de irse muy abajo y la llevé arriba. Sé que lo da.



–¿Por qué lo llamaste Noche profunda?

–No tengo respuestas para eso. Ese nombre lo tuvimos desde el principio, cuando el proyecto lo estábamos afinando, ya se llamaba Noche profunda. Surge de una cosa que hizo Enrique Blanc, que estaba también en el proyecto. Me permitió un criterio de selección en los boleros, son boleros bastante oscuros. Tienen un cierto tono que están definidos por ese nombre.

–Pensaba que también hablabas de la música en general…

–Esa es una interpretación poética muy válida, pero no fue así

–¿Qué piensas de la música? Los músicos hacen lo que quieren y lo que pueden

–Creo que hacen más lo que pueden. Han cambiado las cosas mucho, porque la música, como explica David Byrne, depende de la tecnología. El lugar donde se presenta determina el género de la música. La tecnología ahora naturalmente tiene que tener un impacto de cómo se percibe y cómo se hace la música. Todavía lo estamos digiriendo. Están cambiando las maneras y pienso también que hay demasiada música. La oferta es excesiva. Nadie puede escuchar todo lo que se lanza cada año.


–Cuesta mucho distinguir

–Eso es también cierto. La sobreoferta y la saturación de la música bloquean la mente. Quiero pensar que es una época oscura en la que se irán aclarando las cosas. El otro día un amigo me decía por qué todos los músicos nos quejamos del reggaetón. A mí me encanta el reggaetón, porque va a traer a todos los que no quieren a la música.

Gerardo Enciso, el valor oculto de Guadalajara. Foto: Cortesía

–Los discos que se han hecho en torno a los boleristas, se me ocurre que Noche profunda es otro disco, ¿te interesa seguir ese camino que abriste en torno al bolero?

–Muchos de estos discos han sido discos en homenaje a un intérprete. Es un concepto muy raro. Lo valioso del intérprete es precisamente su propia interpretación. Hacerle un homenaje a un intérprete es redundante. Este tiene un carácter más formal y no me lo atribuyo a mí sino que fue idea de la Universidad, un acercamiento a un género, no a un intérprete ni a un compositor específicos. Es un disco más dirigido y más formal al género.

–Se me ocurrió un poco también a lo que ha hecho Café Tacvba.

–Por supuesto que hay antecedentes, yo mismo con La Barranca hay canciones en ese sentido. ¿Me interesa abrir un camino ahí? La verdad es que no. No soy tan didáctico. La nostalgia no fue el motor de esto, sino que fue la curiosidad. Ver qué pasaba con esos boleros.


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