miércoles, 25 de diciembre de 2019

El japonés que se unió a Pancho Villa



Por: Cristóbal Torres

Un japonés migrante menor de edad llamado Kingo Nonaka, que llegó a México en tiempos de la Revolución y que por azares del destino formó parte de la División del Norte de Pancho Villa, es el eje central de El samurái de la graflex, el más reciente libro del regiomontano Daniel Salinas Basave (Monterrey, 1974), escrito a raíz de que el autor conociera al último hijo sobreviviente del protagonista nueve años atrás.

Salinas Basave alterna relatos salidos de su pluma —fuertemente nutridos por su investigación— con narraciones en tiempo real de cómo realizó sus pesquisas, desde su primer encuentro con Genaro Nonaka García hasta cómo se enteró de su existencia.

Además de su pasado villista, Kingo Nonaka también fue fotógrafo; su obra es un retrato de la ciudad de Tijuana durante los años veintes del siglo pasado. Fue el director del Archivo Histórico de Tijuana, Gabriel Rivera, quien no sólo le habló a Salinas Basave de este acervo sino cómo se integró Nonaka al ejército de Villa.

El samurái de la graflex abre con la historia de cómo Kingo Nonaka fue encomendado para rescatar a Rodolfo Fierro, “el más sanguinario pistolero villista”; dicha historia llegó a sus oídos gracias a Gabriel Rivera, un encuentro que también narra en su libro.

Esta es la treceava obra de Daniel Salinas Basave, donde hace uso de todos los recursos compilados en su haber gracias a quince años de oficio periodístico, haciendo que la obra se aleje del terreno historiográfico y abrace más la crónica.

Por otro lado, con este libro el autor se asienta cada vez más en un territorio donde no nació pero del que forma parte irremediablemente: Tijuana, sitio que lo forjó como persona dedicada a las palabras y del que no puede sentirse un foráneo más.

NTX/CTM/MBS

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