domingo, 14 de junio de 2020

Paco Ignacio Taibo II entrega antología con textos protagonizados por locos y aventureros

Foto: Daniel Betanzos/ Fotoarte: Jesús Sánchez

Por: Virginia Bautista

Personajes inusitados, aventureros, resistentes, locos. Éstos son los protagonistas que prefiere para sus historias el escritor mexicano de origen español Paco Ignacio Taibo II (1949), quien acaba de publicar la antología Cuentos incompletos (Planeta), en la que invita a los lectores a “bailar” entre los temas que ha abordado durante 40 años.

"No trabajo con personajes que no me agradan, me tienen que gustar. Me cuesta meterme en cabezas que no me resultan atractivas”, afirma en entrevista con Excélsior.

Así, un enano salinista, un exreo bizco, una basquetbolista gringa, un grupo de apaches urbanos o un pistolero de la judicial a quien le apestan las manos, entre muchos otros, dan vida a las 35 narraciones reunidas por primera vez en un solo volumen.

"Es curioso, pero los personajes te escogen a ti y te dicen cuéntame. Entonces, estos relatos tienen origen en la realidad, en cosas que viví. En general son parte de una picaresca. Muchos o casi todos son surgidos de ambientes mexicanos y el origen es bien raro.

"Yo no quisiera que un siquiatra entrara en mi cabeza y me preguntara por qué creaste mariachis muertos y aparecen envenenados abajo del Ángel de la Independencia; por qué te interesó hacer la historia de un guarura embrujado por la cajera de un banco; o qué ves en el regreso de la verdadera araña. Son narraciones realistas, apegadas a mi memoria o a mi mala memoria”, agrega.

El también novelista y ensayista confiesa que siente más cariño y simpatía por los personajes léperos. “Bueno, yo soy un lépero; entonces, por lo tanto, mis personajes suelen convivir conmigo y son léperos.

"El lenguaje es un instrumento de uso. Fuera de lo que los conservadores más tontos piensan, no hay malas y buenas palabras, sólo palabras que describen; y, si les quitas la fuerza en nombre de un supuesto código de las buenas palabras, que quién sabe quién inventó, las debilitas”, añade.

Para el autor de novelas policiacas e históricas, “el cuento es un ejercicio de boxeo: duro, a la cabeza y rápido. Lo que me agrada de estos relatos es que son de impacto, para que los leas y te dejen encima la sensación de una historia que se cierra rápidamente en sí misma”.

Por esta razón, decidió ordenarlos de una manera arbitraria. “Quise obligar al lector a bailar de un lado a otro. No los organicé por fecha ni por tema: los policiacos o los de vida cotidiana por un lado, los de ciencia ficción y luchas obreras por el otro, no. Traté de que se hiciera una especie de conglomerado de historias, que cada relato tuviera el valor en sí mismo y no como parte de un esquema”.

Tras releer toda su producción cuentística, el creador del detective Belascoarán Shayne, a quien le ha dedicado nueve novelas, dice que, para su sorpresa, le gustaron los textos.

"El riesgo que tienes cuando relees es que no te convenzan. Mientras que en la historia sí puedes, a la hora de reescribir, poner, añadir, mejorar y sumar información; en la ficción debes respetar, así lo escribiste y así se queda. Eso hice.

"La ventaja del cuento es que no obliga a un trabajo de arquitectura, que vayas agotando una gran trama. Cada uno es un cambio de tema. En la narrativa no hay reglas excesivamente rígidas. Creo que la antología es buena”.

SIGUEN VIGENTES

El director del Fondo de Cultura Económica pensó, al armar esta antología de 333 páginas, que observaría una evolución desde el primero al último cuento. “Creí que vería una mayor capacidad de síntesis o variables en el estilo. Y no, porque cada uno fue escrito con una intención diferente. Parecían todos contemporáneos”.

Destaca que “la parte sorprendente es que me estoy encontrando a una generación que no los había leído. Las primeras observaciones son de cuates que no sabían que esto estaba aquí; que me seguían por los grandes libros de historias, por la serie de Belascoarán o por algunas novelas sueltas. Tenían perdidos estos cuentos. Los ven como algo nuevo. Soy como soy y soy como era, afortunadamente para los lectores”.

El también promotor de la lectura admite que era obligada la inclusión de tres novelas cortas, porque no tenían lugar en otro volumen; éstas narran la historia del robo de la cabeza del revolucionario Francisco Villa, un golpe de Estado orquestado por la ultraderecha mexicana y el asesinato de un líder campesino en Guerrero.

"Hay un trasfondo político detrás y lo había cuando las escribí. En el país, a pesar de que ha habido un cambio profundo, hay algunas esencias perversas que todavía siguen. Y esto es quizá lo que retrata esta colección, que los conflictos laborales que se vivieron en los 70 siguen vivos, la violencia urbana que tuvo su apogeo en los 90 también, que el pensamiento más conservador, rancio, añejo y más menso sigue vivo”, concluye.

Taibo II adelanta que acaba de terminar un nuevo libro sobre el alzamiento contra los nazis de los jóvenes socialistas judíos en el gueto de Varsovia, durante la Segunda Guerra Mundial, “una historia que me perseguía desde hace 25 años”.

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