Por: Juan Ibarra
Federico Arana es autor de alrededor de 30 libros. Entre sus obras hay ensayos, novelas e historia, pero también rock. Fue fundador de Naftalina, banda que en los años 70 empezó a jugar con las posibilidades de un género musical entonces todavía desconocido.
Asimismo, durante esa época ganó el premio de literatura Xavier Villaurrutia, y desde entonces el biólogo de profesión ha documentado y ha sido testigo de cómo el rock se ha desarrollado en México.
Durante los años recientes Arana había trabajado en Grandezas y miserias del rock mexicano, documento sobre la historia de dicho género en este país. Como parte de ese trabajo, el biólogo publicó antes Guaraches de ante azul: historia del roc mexicano, con lo que en su obra abarca desde el ingreso del rock a México hasta los sucesos ocurridos en el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro en 1971.
“Se puede hacer la historia de los primeros años, pero luego ya sería una labor de equipos, porque es demasiado diversificada, demasiado compleja. Pero sí creo que es muy importante no quedarse en lo de siempre”, comentó en torno a los alcances que su documento y cualquier otro pueda tener sobre un tema como el rock.
“Ha habido una gran injusticia respecto a muchos grupos muy importantes”, puntualizó Arana. Para el músico, también miembro de la banda Los Sinners, se debe considerar “el trabajo, la sangre, sudor y lágrimas vertidos” por quienes ayudaron a desarrollar el género musical.
Cabe mencionar que Federico Arana también es autor de la novela Las jiras, una historia de un grupo musical mexicano que, indocumentado y en plena guerra de Vietnam, emprende una gira por Estados Unidos, protagonizando una hilera de sucesos lo mismo graciosos que trágicos.
Para explicar cómo el rock logró establecerse en México, considera que es necesario tomar en cuenta la perspectiva política que se vivió en la segunda mitad del siglo XX. “Era un panorama de falta de democracia absoluta, una censura terrible, una preeminencia de la cultura de la Iglesia católica. Eso generó un malestar”, señaló el escritor.
Se pusieron a rocanrolear
Arana también admite que los jóvenes de esa época probablemente no eran muy conscientes de lo que ocurría a su alrededor; sin embargo, el sentimiento de malestar ocasionó que muchos “se pusieran aferradamente a rocanrolear”. De acuerdo con Arana ese sentimiento de enojo contribuyó a que el género creciera en muchos otros lugares, además de México.
“Había esa semilla de rebeldía, de ya estar hartos del autoritarismo, pero no se traducía en un discurso”, puntualizó Arana, para quien el rock representa “el primer género musical mundial”. Otra de las razones que contribuyó a que el estilo musical proliferara fue la necesidad que tenía la gente de modernizarse.
La época que Arana recuerda está llena de grupos de jóvenes que veían en el género una oportunidad para dejar de padecer hambre. “Éramos todos unos muertos de hambre”, señaló el escritor. Conforme el rock ha ido creciendo a él, como al resto de las personas, se le ha ido dificultando seguir la pista de un género que ya forma parte de nuestra cultura.
Cuando empezó la época de las grandes compañías discográficas, Federico Arana sabía ya que las cosas serían distintas. “Para triunfar en la actualidad hay una maquinaria mucho más complicada. Si quieres entrar a una disquera importante tienes que someterte a muchas vejaciones”, sostuvo.
La obra que el biólogo desarrollaba sobre el género se ha visto interrumpida. Debido a la falta de apoyo financiero, Arana ha tenido que desistir de su proyecto, “requería de costos muy elevados por las imágenes”, explicó.
La obra literaria y musical de Federico Arana se puede encontrar en Internet. También se puede hallar en el Tianguis del Chopo.
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