Por: José Noé Mercado
La satisfacción del articulista periódico —anhelo frecuente de todo crítico o reseñista especializado, lo confiese o no— de reunir sus textos en un solo volumen —o en varios tomos específicos— motivó al escritor, docente y crítico musical ecuatoriano-mexicano Vladimiro Rivas Iturralde para salir de la depresión pandémica experimentada durante buena parte del año 2020.
El resultado de dicho motor recopilatorio es el libro Noches de Ópera (Universidad Autónoma Metropolitana, 2020), que aglutina más de tres décadas de ensayos, reseñas, crónicas, apuestas y reflexiones sobre el arte lírico, escritas y publicadas por Rivas Iturralde esencialmente en los diarios La Crónica y Milenio, además de en las revistas Pro Ópera, Pauta, Biblioteca de México, Fuentes Humanísticas, Mundo Diners o su muro de Facebook.
El volumen, que ronda las 330 páginas de extensión, con decenas de ilustraciones, documenta una brecha del quehacer operístico en México, pero sobre todo puede asumirse como la bitácora apasionada del autor en torno a un género artístico que le atrae para presenciarlo, desmenuzarlo en sus componentes y, en rigor, para entusiasmar a otros con sus gustos y disgustos más o menos justificados; o bien, para ponerlo en práctica, a su manera, como difusor enterado en programas académicos como el de “La ópera como en la ópera” en la UAM Azcapotzalco, de la que es profesor, o como integrante de algún coro que salta las trancas del mero aficionado.
La primera parte de Noches de Ópera se integra con artículos —“pequeños ensayos”, propone el autor—, en los que desfilan múltiples disertaciones operísticas sobre compositores, cantantes, grabaciones, la viabilidad de la crítica musical misma y otras vertientes temáticas que ponen a prueba los conocimientos músico-vocales del autor, pero sobre todo su inventiva de miras, su capacidad de análisis formal y, desde luego, su nivel de persuasión.
Ningún ensayista serio, original y arriesgado, pocos críticos de arte en tiempo real, llegan a conquistar la unanimidad de juicios sobre sus valoraciones y puntos de vista. De hecho, es dudoso que aspiren a ella, si es que son conscientes de que hilvanar opiniones en torno al arte, más aún sobre uno que despierta pasiones y efervescencias muy especialmente, como es el de la ópera, debe hacerse en el gelatinoso terreno en el que confluyen la tradición más añosa y el más fresco impulso creativo en más de un sentido, aunque desde luego no en todos, contrapuestos.
Por ello resultaría ingenuo pensar que Noches de Ópera provocará asentamientos de cabeza en cada página y sentencia de su autor. Muy por el contrario, con frecuencia ese cúmulo de opiniones confrontará y quizá choque con el punto de vista del lector acucioso, del público enterado, del artista, protagonista o no de esos espectáculos, o de otros críticos e investigadores del mismo género: en esencia, del público meta que podría interesarse en este libro.
Pero esa posibilidad de discrepancia y polémica es justo el mayor mérito de este recopilatorio de Vladimiro Rivas Iturralde, lo que se aprecia sobre todo en la segunda parte de Noches de Ópera, dedicada a las breves reseñas periodísticas escritas bajo el reto y la presión de ajustar los argumentos y las ideas, si las hubiera, al limitado espacio disponible en los medios impresos en los que se publicaron originalmente, como lo intenta justificar el autor en la contraportada y el prólogo.
Pero más allá de alguna opinión no compartida, de discusiones específicas acaso nacidas de la apreciación o el gusto personal, de un puñado de erratas e incluso de la sumisión a la que rinde el ejercicio de la crítica respecto del arte que aborda porque el autor asegura que no pueden hablar el mismo lenguaje —como si la crítica solo fuera acumulación de palabras que compiten sin remedio con discursos y estructuras de índole estética y sensual, y no un universo de conceptos, ideas y perspectivas que avizoran los vericuetos de la cultura histórica, actual y futura—, lo que puede reprochársele a Vladimiro Rivas Iturralde y a los editores de Noches de Ópera es el orden alfabético de los textos.
Al descartar el orden cronológico se difumina la posibilidad de apreciar el arco evolutivo del autor, de su pluma y pensamiento, o de los artistas de los que habla, pero sobre todo se desperdicia la posibilidad de analizar el sistema de producción de los espectáculos que reseña, sus virtudes y, acaso, vicios y defectos.
No era necesario que dicho ejercicio crítico viniera de la pluma directa del autor, pero habría sido apetecible y motivo de celebración que brindara esa posibilidad de escudriñar una época, alguna generación de intérpretes, tal vez un periodo o una casa lírica específica, gracias a un trabajo de Rivas Iturralde constante y valioso que atraviesa varias décadas de reflexión en torno a la música escénica.
De lo anterior también se desprende la impresión de que se incluyó todo lo posible, de que no se descartó nada que se tuviera a la mano en aras de brindarle cierta dirección al objetivo o finalidad del libro, además de la legítima congratulación autoral de quien mira satisfecho la producción de letras, ideas y opiniones a partir de un arte que lo seduce y entusiasma, ahora convertida en libro.
El lector apreciará, así, reseñas, apuestas y reflexiones sobre producciones líricas de un lado y otro, de diversos estados de la República, de instancias productoras y etapas sociopolíticas múltiples y eso, si bien permite disfrutar los árboles, no contempla, sino de manera cubista, bosque alguno.
De cualquier manera, Noches de Ópera es un libro ameno y altamente recomendable para el interesado en el arte lírico, en especial el de México. La escritura de Vladimiro Rivas Iturralde es clara, pulcra y libre de aspavientos artificiosos que minen una lectura fluida y disfrutable. El autor, como todo crítico en activo, puede errar e incluso llegar a ser injusto. No obstante, acierta a muchas dianas líricas, ofrece ideas para ser paladeadas, guías de opinión que nacen del estudio del tema, y en ningún momento su estilo es majadero, hiriente o burlón. Y eso, en la hoguera de vanidades que también es el mundo de la ópera, en un siglo como el 21, más ético que estético, es para elogiar.
Noches de Ópera puede adquirirse en línea en:
http://www.casadelibrosabiertos.uam.mx
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