martes, 1 de junio de 2021

Quiero pensar que en algún lado hay un buen policía, dice Bef

 


Por: Reyna Paz Avendaño

Por la cercanía de la novela policiaca mexicana con la izquierda, el policía judicial, ahora policía de investigación, siempre aparece como un monstruo, entonces quería desmitificar, mostrar que son seres humanos metidos en condiciones extremas y que reaccionan en consecuencia”, señala Bernardo Fernández, Bef, (Ciudad de México, 1972), a propósito de su reciente novela "Esta bestia que habitamos. Un caso del Járcor".

El libro que es la quinta entrega de la serie Alacranes, editada por Océano, narra cómo el policía Járcor debe resolver el asesinato de André Gavlik, El Ruso, presidente creativo de la agencia Bungalow 77 y cuyo cuerpo fue encontrado en una banqueta cercana a Avenida Insurgentes en la Ciudad de México.

“Si alguna aportación he hecho a la novela policiaca mexicana ha sido que mis protagonistas sean mujeres; sin embargo, el Járcore, que es un personaje secundario en las demás novelas, resultó ser un favorito de los lectores y un personaje muy carismático. Decidí hacer, lo que llaman en los cómics y en la televisión gringa, spin-off, es decir, darle a un personaje secundario su propia serie”, precisa.

Járcor vivió una infancia humilde, su padre era taxista, fue atraído por el punk y después de ser despedido de una radiodifusora y tras varios intentos fallidos, encontró trabajo estable como policía.

 “Había una intención de hacern retrato del contexto urbano de clase media y contracultural de la Ciudad de México para situar a Járcor en mi novela. Este personaje proviene de un contexto específico y está basado en personajes reales. Para escribir mis novelas policiacas he recurrido a la investigación sobre criminales y policías con una intención desmitificadora”, advierte el autor.

Cuando en las obras de Bef aparecen policías, criminales o narcos quiere pensar que no hay muchos monstruos sino “mucha gente que de repente se mete a situaciones que se salen de control y que son muy extremas, quiero pensar que en algún lado hay un buen policía y no uno, sino varios buenos dentro de las cooperaciones”.

NOVELA A LA MEXICANA. Una de las herramientas que tiene Járcor para rastrear a los asesinos de El Ruso son los videos del C5, imágenes borrosas que contrastan con la alta tecnología que debería tener una ciudad tan grande como la Ciudad de México.

“No quería hacer una apología policiaca o institucional como muchas novelas gringas. Aquí la justicia, la policía, opera justo a la mexicana por sus luces y sombras. Una de las cosas que creo es que, de repente, los cuerpos policiacos operan con recursos muy limitados, mucho más limitados que los del crimen organizado, y a veces en condiciones muy precarias que requieren improvisación muy ingeniosa”.

Bef también menciona el uso de redes sociales como una herramienta que ocupan los policías de investigación.

“Stalin hubiera deseado algo como Facebook, que los ciudadanos aporten sus actividades y además entreguen evidencia fotográfica. Eso hubiera sido el sueño húmedo del estalinismo, de la KGB. A estas alturas todos los usuarios de Facebook hemos tenido más de un disgusto por las indiscreciones y las reacciones que se suscitan ahí adentro”, comenta.

Esta bestia que habitamos rinde homenaje al escritor mexicano Luis Spota (1925-1985). “En sus novelas siempre se confundía política y crimen, además él era brillante al hablar de la actualidad pero barnizándola con el tono de novela, entonces una nota que perdía actualidad al día siguiente lograba trascender a través de su pluma”, indica el autor.

Bef explica que su novela retoma los personajes de otra obra literaria: Bungalow 77, de Erick de Kerpel. “Le pedí permiso a mi amigo Erick para que me dejara retomar y destruir a sus personajes, los publicistas”. Por último, Bef asegura que esta serie tendrá una entrega más.

La noticia que detonó la trama de la novela fueron las gotas oftálmicas mezcladas en agua que ofrecen supuestos taxistas para secuestrar y asesinar a sus pasajeros. “Me llamó la atención un caso muy sonado de un abogado que fue víctima mortal de algunas de estas bandas de goteros”, platica.

Bef también especifica que su libro se sitúa al principio del sexenio, meses en los que había “un montón de optimismo”, tono que hoy no estaría si la novela fuera escrita en este momento.

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