Por: Juan Carlos Talavera
Publican por primera vez en México una compilación con 155 dibujos eróticos del escenógrafo, dibujante y director de cine y de teatro Serguéi Eisenstein (1898-1948), el padre del montaje, conocido por la realización de cintas como Iván el Terrible y El acorazado Potemkin.
Su trazo, que ha sido comparado con el de Jean Cocteau, el de Pablo Picasso y de George Grosz, se encuentran a medio camino entre el mundo figurativo y el abstracto, y ahora es compilado por la editorial Alias en el libro Serguéi Eisenstein. Dibujos Eróticos que funcionan como una suerte de confesión.
El volumen será presentado el domingo 23 de enero en el marco de la Index Art Book Fair, en la galería Kurimanzutto, con la presentación de Sergio Raúl Arroyo, Nicolás Echevarría, Daniela Gil y el artista mexicano Damián Ortega, fundador el sello Alias.
Podríamos decir que estos dibujos son las confesiones que el artista no hizo en sus memorias ni en sus películas, tal como lo como plantea el historiador del arte moderno ruso, Jean-Claude Marcadé, en uno de los textos que acompañan el volumen”, explicó a Excélsior la coordinadora editorial Daniela Gil.
Además, gran parte de éstos fueron realizados por Eisenstein en México y en general “se caracterizan por su crudeza poco digerida, por contener bromas secretas, pensamientos patéticos, ira, apuntes autobiográficos burlones, mucho humor y revelan la cara oculta del creador visual, que es una figura tan rica y compleja –como director de teatro, cineasta y uno de los grandes teóricos y críticos del mundo cinematográfico–, aunque poco se ha hablado de esos dibujos que realmente le acompañaron en todos sus procesos”, abundó.
¿Qué tan importantes eran sus dibujos? “El dibujo fue una de las bases de pensamiento de Eisenstein. Hizo mucho storyboard para sus películas, trabajó mucho ilustrando obras literarias, así como cuentos folclóricos, narraciones y mitos. La importancia de editar estos dibujos es revalorar y subrayar esta parte de la producción de Eisenstein para comprenderlo”.
¿Cuánto tiempo estuvieron prohibidos o escondidos estos dibujos? “Tuvieron que pasar 50 años de su muerte para que estos dibujos empezaran a circular. Eisenstein no le dio gran importancia, hacía los dibujos y los regalaba. Muchos los elaboró en pedazos de papel, en sobres y hojas de los hoteles donde se hospedó en México, como el caso del Hotel Imperial en Paseo de la Reforma. Nunca lo tomó como algo que le importara mostrar o conservar”.
Y agregó: “La mayor parte de estos dibujos sobreviven gracias a la gente que los conservó y al archivo que se conformó, luego de su muerte. Por ejemplo, había un archivo en la vieja Cineteca Nacional –la que se quemó–, pero se fueron a la colección de Carlos Monsiváis”.
¿Hay una intención crítica en el trazo de Eisenstein? “En términos gráficos son algo alucinante. No hay igual. Él fue una figura muy informada de las corrientes artísticas del momento, pero estos dibujos los hacía con ligereza, sin mayores pretensiones.
No me atrevería a hablar de influencias, porque no es tan importante, se le ha encasillado junto con los dibujos de Cocteau y Picasso, pero lo que podemos ver es la magnífica capacidad de abstracción de Eisenstein, de caricaturización, probablemente influenciado por Honoré Daumier y de los expresionistas alemanes, como George Grosz”.
¿Los dibujos tienen una referencia a los mitos arcaicos? “Tienen un contenido fuerte, crítico, poco digerido y directo. No es sólo humor y sexo, sino que también hay una crítica contra el catolicismo colonialista e imperialista. También hay juegos semánticos con mitos arcaicos, donde se aprecian temáticas como la homosexualidad, el sadomasoquismo, el voyerismo, la idea de la mujer como madre totémica primitiva y devoradora de hombres, entre otros”.
Concebido por Damián Ortega, la editorial Alias es un proyecto que se dedica a la exploración de referencias valiosas para el arte contemporáneo, así como volúmenes que no han sido traducidos y difundidos en habla hispana o que nunca han llegado a México.
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