martes, 29 de marzo de 2022

El legendario coreógrafo Jirí Kylián alza la voz por la paz


Kylián lanzó un llamado desesperado para detener la guerra en Ucrania


Por: Rosario Manzanos


El legendario coreógrafo Jirí Kylián (Praga, 1947) cumplió 75 años el pasado 21 de marzo. En lugar de publicar en redes su alegría por ello, el artista que encumbró al Nederlands Dans Theatre (NDT) hizo un llamado desesperado para destacar la terrible tragedia que se vive en Ucrania.

Y cómo no, si él mismo fue víctima de la invasión soviética a su país de origen, Checoslovaquia.  Hijo de un banquero que alcanzó a salir en el último tren que partió hacia Alemania, se hizo discípulo de John Cranko y se convirtió en un exiliado, hasta llegar a Holanda desde donde creció exponencialmente para cambiar el giro de la danza mundial. No obstante, el recuerdo de su patria, le quedó en el corazón como una herida que jamás cerró.

Ya el pasado 28 de febrero había hecho alusión a que, en el pasado, Checoslovaquia cayó brutalmente bajo los tanques y las metralletas: “Fue invadida por Hitler en 1938 y por Brézhnev en 1968. En ambas ocasiones nuestros aliados occidentales no hicieron nada en absoluto para protegernos. No repitan los errores del pasado”, expresó.

Fue en su cumpleaños que lanzó un grito de ayuda desesperado, a través de un comunicado que se replicó en múltiples medios, en el que exhortó a sus colegas a establecer una red solidaria de ayuda.

A la vez, recordó la pesadilla que se ha vivido en aquellos países europeos víctimas de la guerra:

"La volátil situación política y la terrible guerra en Ucrania nos han transportado en el tiempo. Esta catástrofe desafortunadamente alimenta al nacionalismo chovinista que hemos experimentado múltiples veces en el pasado. Nosotros, los bailarines, jugamos un papel fundamental en este caos. Nuestro arte es internacional y no necesita ser traducido. Nuestro papel es construir puentes entre naciones en lugar de quemarlos, como está sucediendo”.

El sentir del afamado artista tiene que ver, por un lado, con la injusta decisión de múltiples compañías de despedir a los bailarines rusos, como si fuesen representantes de Putin, y por el otro, la acertada posición que han tenido compañías como Les Ballets de Montecarlo, de Jean-Christophe Maillot, que canceló todos sus compromisos en Rusia y está abriendo espacios en su grupo para aquellos bailarines que han podido escapar de Rusia, donde cualquiera que no esté de acuerdo con la invasión se considera “enemigo del pueblo”.

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