martes, 16 de agosto de 2022

"El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial"*



A propósito del nuevo curso de la lingüista de Concepción Company Company, que iniciará el próximo miércoles 17 de agosto en las instalaciones de El Colegio Nacional, compartimos un fragmento de la introducción de su más reciente título, publicado en la colección Opúsculos.

Introducción

(Fragmento)

En condiciones exógenas normales es imposible establecer cuándo se crea una lengua. En condiciones de conquista, sin embargo, como fue el caso del español arribado a América, es posible datar el inicio de una lengua. El español de este continente inició la segunda semana del mes de octubre de 1492, a partir de que Cristóbal Colón y sus hombres tocaran tierra en una de las islas de las Antillas, en el mar Caribe —muy posiblemente la isla Guanahaní, en el actual archipiélago de las Bahamas, llamada por Colón San Salvador—, y tuvieran los primeros contactos con los pobladores naturales de este continente. Ese contacto inicial dio lugar a un proceso complejísimo, gradual y no lineal, mediante el cual se gestaron las muchas identidades lingüísticas actuales del español en América, en cuya formación intervinieron, al menos, tres variables.

a) Contactos múltiples y complejos. Éstos se dieron no sólo entre españoles e indígenas de muy distintas etnias amerindias, sino también entre españoles de distintas áreas geográficas de la península ibérica que hablaban variedades dialectales de castellano bien diferenciadas ya en el momento de su arribo a este continente; es decir, hubo contactos entre andaluces, extremeños y castellanos propiamente, además de con hablantes de otros dialectos peninsulares, así como contactos entre peninsulares de lengua castellana y peninsulares de otras lenguas iberorromances —como el portugués, el gallego y el catalán—, así como entre españoles y europeos no españoles, todos ellos, a su vez, en contacto y convergencia comunicativa con muy diferentes pueblos amerindios. En suma, se trató de contactos multidireccionales en un complejo entramado y en superposición: de lenguas amerindias a español; de lenguas amerindias a otras lenguas, vía el español las más de las veces; de español a lenguas amerindias; de otras lenguas no americanas, fundamentalmente europeas, a lenguas amerindias; de otras lenguas no americanas, europeas en su mayoría, a español, etcétera.

b) Koineizaciones sucesivas o nivelaciones interlingüística**. Éstas fueron consecuencia de los contactos anteriores. Iniciaron en Sevilla, y posteriormente en Cádiz, en una convivencia multiétnica europea durante la larga espera en estas dos ciudades portuarias para abordar los navíos de embarque a América.Las nivelaciones lingüísticas se acrecentaron en las islas Canarias, paso obligado para los barcos que hacían la travesía a América y en donde, además de proveerse de vituallas, se embarcaban canarios y eran subidos esclavos africanos. Continuaron las nivelaciones lingüísticas en la muy estrecha convivencia de algunos meses en los barcos del viaje transatlántico; se fortalecieron con la llegada a tierra, porque hay numerosa documentación de que contingentes de europeos —españoles y no españoles— se desplazaban en grupos —familiares y no familiares— una vez llegados a territorio americano, y se agudizaron en el contacto con los pueblos amerindios, por la imperiosa necesidad de comunicarse con ellos y por la necesidad, también urgente, y seguramente no siempre consciente, de imponer el español y enseñarlo —muchas variedades de español, según los grupos, los desplazamientos y los territorios americanos—, y de aprenderlo por parte de los indígenas, un español que ya estaba bastante koineizado, nivelado o mezclado en cuanto a variación dialectal.

[...] c) Constante transformación de la lengua española en América durante quinientos años. El cambio lingüístico es una suma de grandes continuidades, estructurales y semánticas, y de pequeños cambios o discontinuidades. La continuidad o preservación de la estructura gramatical es, sin duda, siempre mayor que la discontinuidad, el cambio o la transformación, en cualquier lengua. Continuidad y variación lingüística —variación sincrónica más variación diacrónica, que siempre deja huellas en la sincronía— conviven de modo simultáneo en cada instante de la vida de una lengua. Esta convivencia se produce en interdependencia solidaria y nunca alcanza el equilibrio. De hecho, la esencia de las lenguas es su constante transformación imperceptible, una transformación que se inserta en una gran continuidad. Los más de quinientos años de profundidad histórica del español en América dieron lugar a numerosas transformaciones que han generado muy diversas variantes americanas, bien diferenciadas entre sí.

[...] Este libro trata de los testimonios lingüísticos que respaldan estas dos fases históricas y del cambio conceptual conquista → patrimonialización del español americano. Las dos fases o etapas, así como el cambio conceptual de la lengua española en América, distan de ser puntuales en el tiempo, distan de ser homogéneas internamente y distan de tener manifestaciones iguales en la vasta geografía americana, aunque sí existen fuertes similitudes para muchas áreas.

*"El español en América: de lengua de conquista a lengua patrimonial" (El Colegio Nacional, 2021. Pp. 7-20).

**Koineización es un término técnico, formado a partir del griego koiné, que quiere decir ‘común’, ‘unido’. Con él se significa que el español llegado a América es resultado de una mezcla y retroalimentación de dialectos peninsulares y de lenguas diversas, cuyos hablantes tuvieron que convivir en estrechas y difíciles condiciones para llegar a este continente y de manera natural intercambiaron formas y expresiones, y generaron una lengua nivelada común a todos ellos.

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