Por: Ricardo Quiroga
La disciplina escénica es incómoda que siempre abreva de nuestras heridas, se hace de frente y es necesario defender ese rasgo, señala Juan Meliá a propósito del encuentro que reunirá a compañías profesionales y universitarias de México y AL.
Oportunidad, Expansión, Cuidado, Comunidad, Resistencia, Territorio. Seis palabras que resuenan en la vida diaria de la actualidad, seis temas que han de ser una prioridad en la construcción de nuevas relaciones interpersonales para la recuperación de la empatía y la colectividad. El arte y la cultura, como hiperconductores que son, abanderan estos conceptos.
Al menos estos serán los ejes que integren la edición 29 del Festival Internacional de Teatro Universitario (FITU), impulsado por Cultura UNAM, a llevarse a cabo del 2 al 11 de septiembre y que reunirá a compañías profesionales y universitarias de México y sobre todo de América Latina para retomar afinidades y replantear el panorama después de un periodo que resultó tan revulsivo para esta disciplina escénica.
Al respecto, El Economista conversa con Juan Meliá, director de Teatro UNAM, quien señala que Expansión y Oportunidad son ejes fundacionales del encuentro, mientras que el resto ha sido elegidos como temas de la edición: Cuidado, Comunidad, Resistencia y Territorio.
Sobre estos últimos, Meliá pondera “la visibilización de la importancia del bienestar emocional, psicológico y social de la gente que trabaja, estudia y forma de la comunidad teatral. Se trata de generar acuerdos de convivencia para hacer lo que hacemos de manera colectiva, dentro de un modelo sororo, seguro e igualitario. El teatro debe de reiterarse como herramienta de reflexión y acción política, donde se tocan temas que reflejan las heridas abiertas en nuestra sociedad”.
En cada uno de los ejes se insertarán distintas puestas en escena de las compañías invitadas, ya sea para exhibición o para concurso.
Por poner un par de ejemplos, la puesta Love Me, de la dramaturga e intérprete argentina Marina Otero, entrará dentro del eje Cuidado, una obra que es continuidad de la obra Fuck me, que en su conjunto plantean las tensiones entre el sexo como la prolongación del cuerpo y el amor como la prolongación del tiempo.
Por otro lado, la obra Si vos no hubieras nacido, de la compañía salvadoreña La Cachada Teatro, dentro del eje Resistencia, plantea cómo los hijos somos atravesados por los patrones de violencia ejercidos por nuestros abuelos hacia nuestros padres y se nos condena a replicarlos con nuestros hijos.
Teatro y crítica política
A Meliá se le pregunta si el teatro ha cobrado cada vez mucha mayor fuerza como una herramienta de crítica política.
El director de Teatro UNAM reflexiona que “la disciplina teatral siempre ha abrevado de nuestras heridas y distinguir eso solo en nuestro tiempo sería muy injusto frente a las diferentes épocas que el teatro ha peleado la misma batalla. Lo que sí puedo reconocer es que el teatro mexicano, y en algunos países latinoamericanos, está tomando una voz muy potente sobre las temáticas que nos trastocan”.
Para ejemplificar este planteamiento, Meliá menciona la pieza La violación de una actriz de teatro, de la compañía chilena Minga Producción Escénica, dentro del eje de Cuidado, que aborda con toda honestidad y transparencia el tema de la violencia de género.
“El teatro se hace de una enorme valentía para no huir de estos temas. Creo que la disciplina teatral lo ha hecho siempre, pero de manera muy clara lo está haciendo ahora en temáticas cercanas a nosotros, desde la violencia, el narcotráfico, el secuestro. Debemos comprometernos con esto como programadores, productores y también como público. Somos una disciplina incómoda que a veces ahuyenta por las temáticas, pero no huimos de ellas. Lo que hacemos es generar espacios de reflexión y diálogo. El teatro se hace de frente, genera vasos comunicantes y eso lo vamos a defender siempre”.
Herramientas para captar públicos.
Sobre la merma de los públicos en la disciplina escénica durante la pandemia y la necesidad de mantener a las audiencias cautivas y convocar a nuevas miradas, Juan Meliá señala que “es claro que el teatro tiene un reto importante para mantener a los fanáticos, pero también para incrementar los posibles públicos que hoy día no están presentes en las salas”.
Precisa que la manera digital de hacer teatro, que se volvió la única vía durante los momentos más álgidos de la pandemia, no se dejará de lado, es un terreno ganado que permite la diversificación del músculo teatral y estará presente en el FITU.
“Debemos seguir formando de nuevos públicos, es una de nuestras grandes tareas para los próximos años”, señala e indica que no solo se trabaja en difusión y promoción, sino que es necesario generar datos, información que permita conocer el terreno que pisa este arte. Prueba de ello es la creación este mismo año del Observatorio Teatral, impulsado por Cultura UNAM, como una herramienta para generar información sobre la disciplina.
“No solamente producimos teatro, debemos ser capaces de tener canales abiertos de reflexión, trabajo conjunto y diálogo con el público de manera constante”, concluye.
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