Por: Juan Ibarra
Una posible explicación para el alma de polímata que Sergio Arau manifiesta desde hace ya varios años probablemente se puede hallar en la cantidad de tiempo que el músico, cineasta y pintor asegura haber pasado en este planeta. “La idea es que tengo 344 años, voy a cumplirlos el próximo domingo”, menciona al teléfono. De acuerdo con él, su nombre real es otro: Lazlo de la Vega Morris Van Claus Vitelli y Pavón, pero tuvo que cambiarlo para adaptarse a los estándares actuales.
Así que durante la cuarentena, Sergio Arau, encerrado como tantos otros, se puso a recordar aquellas épocas. El resultado fue un disco al que bautizó Tocada y fuga. “A Juan Sebastián Bach lo conocí en Berlín, esquina con General Prim. Aquí en la colonia Juárez, en un antro de cumbias que se llamaba Las Uvas. Lo reconocí por la peluca. Fui y le dije: ‘tú eres Bach’. Volteó y me dijo: ‘tú eres Lazlo’”, relató el antiguo miembro de Botellita de Jerez.
Piezas clásicas en canciones
“Me platicó que había descubierto la cumbia; y le encantaba”, continuó Arau, “le sugerí hacer esta canción que es sobre una tocada donde el promotor nos contrata y a la hora de la hora se fuga, entonces por eso se llama Tocada y fuga”. El material que surgió de dichas ideas dio como resultado un disco formado de algunas de las canciones más populares la música clásica, “bueno, no eran canciones, eran piezas. Y las volví composiciones”, aclaró el músico.
En Tocada y fuga se pueden distinguir piezas de figuras como Beethoven, Bach, Vivaldi o Chaikovsky; autores con quienes Arau trabajó hace muchos años. Fue el mexicano quien se acercó para proponerles agregar letra a sus melodías porque se le daba bien eso. Los compositores aceptaron, pero “la bronca es que entraron los abogados a ver los derechos de autor y no se pusieron de acuerdo. Entonces ellos lanzaron su música sin mis letras. Entonces lo que estoy presentando ahora son las versiones originales con mis letras para que ya se haga justicia”, detalló.
Arau, sin embargo no generó animadversión a las piezas. “Debo reconocer que son unas melodías maravillosas. Por ejemplo, Para Elisa de Beethoven, lo convencí de hacer algo más comercial. Quería hacer una canción de amor para una chava, algo más contemporáneo. Entonces esa es medio punk, como ska punk. Se llama Para Lisa”, explicó el mexicano antes de ponerse a cantar: “tu mirada me paralizó, me cautivó, me congeló… La melodía sigue ahí, eso sí está incluido en todas las obras”, aclaró.
En el disco también recuerda que fue el mexicano Juventino Rosas, y no Johann Strauss, quien compuso la pieza Sobre las olas. “Que además era muy loco porque en Europa todo mundo pensaba que los valses los había hecho Johann Strauss, y pegó tanto Sobre las olas… entonces me junté con Juventino y le dije: ‘hay que hacerle una letra más interesante para que llame más la atención’. Ésta es Sobre las solas del bar, que son las chicas solitarias del bar”, dijo Arau.
Al encontrarse ya en el siglo XXI, Arau también decidió incluir instrumentalización más moderna. “Hay la parte orquestal con violines y todo eso, pero la verdad es que la banda es contemporánea tenemos teclados, bajos, guitarra”, señaló. Al mismo tiempo, músicos de rock se sumaron para colaborar en el proyecto. “Durante la cuarentena me metí a grabar y ahí sí los invité, entonces en el disco está Andrea Echeverri, Rubén Albarrán, José Pons, Javier Gurruchaga y muchos más”.
Ahora Tocada y fuga será presentada en el Centro Cultural Los Pinos. Por ahora sin orquesta ni invitados, pero acompañado de siete músicos de todo tipo. “Es multigeneracional y multiestilística la banda”, explicó Arau. Aquel espacio está relacionado con su propia historia desde varias vertientes.
“Crecí en Tacubaya, pasé mucho tiempo ahí alrededor e iba a Chapultepec, y siempre pensé que Los Pinos era una casa, como La Casa Blanca, y ahora que lo abrieron me di cuenta que son un chorro de casas. Cada presidente hacía su casa, eso me impresionó mucho”, contó el también director de Un día sin mexicanos.
Arau también recordó que durante las pasadas elecciones presidenciales, “tenía la intención de llegar a Los Pinos”. De modo que tocar en el ahora Centro Cultural le devuelve la intención de ser presidente. “Creo que ya me estoy aventando, ya me llegó el espíritu de relanzarme para las elecciones siguientes. Ya estoy escogiendo en qué parte de Los Pinos voy a hacer mi casa. Quiero hacer una grandísima y con todos los lujos, porque quiero que a México lo acepten en la organización de las mansiones unidas”, dijo bromista.
Mezcla de las cosas, una constante
Además de preparar su concierto y trabajar en la música, lo mismo ha continuado con otro tipo de proyectos. Para Arau, la manera en que su trabajo está relacionado es la forma en que lo concibe. “Hay un constante en toda mi obra, tanto en pintura, como música, cine y todo, donde me la paso mezclando cosas, es como una especialidad”, indicó.
Desde hace años, Arau ha tratado de producir la segunda parte de Un día sin mexicanos, la película que plantea la posibilidad de que todos los migrantes latinos hayan desaparecido de Estados Unidos. Tenía ya el guion listo, “pero con la pandemia y todo cambió, incluso la situación, estamos retomando el proyecto para, más bien, hacer una serie”, adelantó.
En el tintero también espera un proyecto de un superhéroe mexicano y otro sobre unos mariachis perdidos en Estados Unidos. “Lo que pasa es que el cine es complicadito. Estoy arrancando un documental mucho sobre Botellita de Jerez, pero más que nada concentrados en Rockotitlán, cuando abrimos en el 85. Porque los primeros cinco años de Rockotitlán fueron nuestros. Creo que fue muy importante en la definición de la identidad del rock mexicano. Siento que aunque los grupos que estábamos ahí: Caifanes, Fobia, Amantes, Tex Tex… un chorro de bandas, aunque son muy diferentes, sí se siente que son mexicanos de verdad”, contó el músico.
Pero los años, sean 70 o 344, ya empiezan a presionar a Sergio. “Con tantos años cada vez tengo más prisa en hacer las cosas que me faltan”, admitió. Lo mismo le ocurre con los nuevos medios para escuchar música. “Tengo muchas broncas con las plataformas de música, con Spotify y con Apple Music, porque la verdad es que como funciona el algoritmo a mí no me conviene nada. Aunque te inscribes a esos entornos y tienes la ilusión de que está toda la música del mundo, y pues sí, pero la verdad es que el algoritmo te lleva a oír a Bad Bunny. A los primeros y ya, a los que más venden”, reprochó.
Así que Tocada y fuga sólo estará disponible en formato físico y mediante las páginas del músico: sergioarau.com y tocadayfuga.com. El músico espera que su material esté disponible dentro de dos a tres semanas en digital, y dos meses más para poder tener los vinilos. “Somos multindisciplinarios”, se autodescribe. “Estoy muy emocionado, me encanta el proyecto y de alguna forma es guacarrock clásico, es una mezcla de todo”.
Sergio Arau se presentará gratuitamente a las 13 horas en el Centro Cultural Los Pinos.
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