viernes, 23 de septiembre de 2022

La fiesta de la huasteca



Por: Roberto A. Valenciano Capín.

La lluvia es sin duda buena suerte, así cobijó literalmente el inicio de esta vigésima quinta edición de este encuentro que es la Fiesta de la Huasteca.

Un ritual que no solo apuesta por ese respeto a su propia naturaleza, ante esta parte de este intrincado mundo de los humanos.

Musicalidades siempre  dialogantes, mientras la voz sonora nos envía a refrendar este compromiso de humildad y respeto por la naturaleza a través de este ciclo de los cuatro puntos cardinales.

Para luego recorrer esta vaguedad de la formalidad institucional a través de estos discursos ambiguos, complacientes y quienes valientemente asumen su compromiso y a su vez hacen este acto democrático de la importancia del huapango como parte irrenunciable de esta extensa cultura huasteca.

El aplauso que se adelgaza , pero se derrime ante los primeros acordes de un poderoso huapango ejecutado desde estas tierras hidalguenses, pero que se replican gracias a su tradicional virtuosísmo, como también  un cierto desprecio, al son abajeño, como lo afirman los bailadores huapangueros, aqui no se baila mucho, ya que aqui lo fuerte  es el huapango, pero que se derrime en aquellos que no sabian bailar, pero aun así daban sus pasos , disfrutaban y dejaron de lado a su  lado capitalino.

A pesar de apagarse la luz, no fue impedimento para seguir zapateando con sus intensidades que marca el huapango, tocado con este amor incondicional de un trío de jóvenes músicos.

Eso sí, la lluvia siempre danzante, que por momentos amainaba   y se dejaba sentir con tanta fuerza,  para los que están dentro de esta  velaria que resguarda el tablón principal de este Pueblo Mágico de Aquismón.

Ahora, toca seguir este sonido que ha calado en muchos oídos y sentires, ahora queda esperar las sorpresas de lo que vendrá en este segundo día.

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