El escritor Carlos Monsiváis (1938- 2010)
Por: Eleane Herrera Montejano
Un par de asaltantes robó las pertenencias de todos los comensales que se encontraban en un restaurante, menos a uno: reconocieron al escritor Carlos Monsiváis (1938- 2010) y le dispensaron el atraco.
Esta es una de las anécdotas más famosas sobre la popularidad del intelectual mexicano, que han quedado registradas en un cine-minuto (“el asalto o el inmutable Monsiváis”).
“Sí fue cierto. Ya nos la confirmaron dos personas que estaban con él comiendo en ese lugar, esa anécdota es cierta”, recordó el recientemente nombrado director del Museo Estanquillo, Alejandro Brito Lemus, durante la mesa de diálogo que se llevó a cabo para celebrar el 85 aniversario de Carlos Monsiváis.
En la terraza del recinto que alberga más de 20,000 piezas, fundado a partir del deseo de Monsiváis por compartir su colección con el pueblo mexicano, este fin de semana los investigadores y escritores Tanius Karam y Jezreel Salazar hablaron sobre las características y legado de quien fue cronista, docente, actor, crítico, coleccionista, entre muchas otras cosas.
“Monsiváis es el puente entre ese último tipo de intelectual del que habla ‘La Ciudad Letrada’ y otro tipo de figura pública y uso del intelecto que no sabemos muy bien qué es y que ahorita es la crisis en Latinoamérica”, opinó Tanius Karam.
En el marco de los 13 años de muerte de Carlos Monsiváis Aceves (1938 – 2010), el académico resaltó 13 cosas que se pueden aprender de Monsiváis:
“Una actitud hacia el lenguaje muy clara, la innovación temática, el acompañamiento de cultura urbana o popular, una actitud hacia la ciudad, la forma de ver diferente los espectáculos, atención y sensibilidad hacia la tecnología, el debate sobre el intelectual, la ubicuidad, que tuvo enemigos y disputas y la importancia de hablar con todos – más ahorita que estamos en una época de polarización”, fueron algunas.
Asimismo, Tanius Karam compartió su experiencia personal como lector de Monsiváis, quien le ayudó a lidiar y relacionarse con la ciudad. “Lo que me fascina y me molesta hacerlo parte de un conjunto que no necesariamente tiene que ser opuesto”, expresó.
“Es algo que le agradezco mucho porque quienes padecemos las inclemencias de transportarnos en esta ciudad encontramos en la obra Monsiváis un lente que nos permite identificar cualidades en aparentes defectos”.
Consideró que el gran tema del crítico, ensayista y periodista fue la cultura urbana popular como un eje transversal que le permitió coleccionar más allá de los libros.
“En realidad, no solo tenía biblioteca, sino una multiteca. Esto era único, era un tipo que en un escrito podía vincular a Pedro Infante y Octavio Paz, eso a mí siempre me llamó mucho la atención… porque era parte de lo mismo”.
Su perspectiva ayudó a poner en diálogo diferentes dimensiones de la cultura y Tanius Karam _ que, aunque hubiera otros intelectuales, quien lo llevó a una expresión única fue efectivamente Carlos Monsiváis “con esta concepción multidimensional y multimedial de la cultura. Nos enseñó que la cultura sí tiene un fuerte sustrato literario textual, pero es sobre todo experiencia viva en distintas materialidades”.
“Algunos lo criticaron de que al ser muy mexicano no tenía estatuto de ‘ensayista mundial’ o lo que sea, pero si decían que Carlos Fuentes ve al mundo desde México, Monsiváis ve todo lo posible concretado en la Ciudad de México”, agregó.
POPULAR EN LA CULTURA
Por su parte, el escritor Jezreel Salazar, compilador del libro “La conciencia imprescindible. Ensayos sobre Carlos Monsiváis” (FETA, 2009) coincidió en que el intelectual tuvo una mirada fuera de lo tradicional y que no correspondía con las nociones de alta cultura.
“Es de los primeros que ven la cultura popular no como amenaza, ni desde una perspectiva elitista, sino hablando desde adentro. Eso se ve en el museo del Estanquillo con lo que él fue coleccionando y nos da otra imagen de lo que es el país. Por eso tanta crítica en un momento a Monsiváis, porque no se entendía lo que estaba haciendo”, comentó.
Apuntó que durante muchos años Monsiváis cargó con estigma el título de periodista, como una forma de denostar su trabajo como escritor.
“Como si fuera algo peyorativo, pero que tenía que ver con esa mirada desde la alta cultura y con no entender lo que estaba trabajando, que era una visión incluyente, plural y democratizante de lo que es el país”.
Además de las funciones que tuvo en el campo cultural mexicano, Monsiváis también ejerció la militancia, acompañó movimientos sociales y generó patrimonios culturales –no sólo en el Estanquillo, sino que donó grabaciones a la fonoteca, cineteca y fue tanto cofundador como director de importantes diarios mexicanos.
“El Canal 22, él impulsó mucho el proyecto, cuando el Estado vendió los canales 13 y 7 –me parece que eran-, Monsiváis impulsó que en México debía haber un canal cultural”, indicó Alejandro Brito.
“Cuando Juan Gabriel se iba a presentar por primera vez en Bellas Artes y, de pronto, los escritores y artistas saltaron a decir que cómo era posible tenerlo en ese lugar de alta cultura. Ahora lo vemos como algo normal porque él, al poner atención a todos esos aspectos que eran vilipendiados o rechazados por la alta cultura las fue incorporando”, continuó Jezreel Salazar.
Subrayó que la estrategia principal del escritor y periodista fue poner lo marginal al centro para dirigir la atención a todas esas cosas que la sociedad no aceptaba en lo moral, político y cultural.
“Esa es una parte del legado de Monsiváis –muy tangible, material- y la otra es una serie de patrimonios intangibles. Genera una serie de herencias -por ejemplo, en el periodismo y literatura mexicana- que no se han reconocido del todo”, opinó.
Dentro del periodismo, Jezreel observó que a partir de la obra de Monsiváis se plantearon dos elementos importantes: la posibilidad de construir una voz en primera persona, que hable de la otredad y conjunto social en la realidad, pero siempre a partir de una crítica política; y que esa crítica se haga poniendo atención al margen.
“Son valores que los cronistas actuales asumen como parte de la cotidianidad: hay que criticar al poder poniendo atención a lo que está en el margen”.
También señaló que, en la literatura, Monsiváis innovó una variedad de formas y escrituras que antes no existían, tales como construir un entramado político para narrar, pensar las fronteras entre ficción y no ficción como algo natural, incluir fotografías, archivos, etc. y utilizar la ironía, el sarcasmo y la parodia como recursos fundamentales de la literatura.
“Elementos que ya estaban en algunos otros escritores pero ahí se generalizan de manera tajante. Siento que no se le ha valorado realmente en términos de todo lo que aportó a esa literatura realista que tenemos en la actualidad, con la literatura testimonial o narco literatura”.
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