Por: Reyna Paz Avendaño
La cochinilla es uno de los dos únicos animales de América capaz de producir pigmento. El cuerpo de este insecto está compuesto de rojo carmín y desde la época prehispánica se ha utilizado para teñir artesanías y alimentos. La explicación de cómo se reproduce y qué tonalidades genera se puede encontrar en el Museo Ecológico de Grana Cochinilla y Nopal, en Santa Lucía del Camino, Oaxaca.
Este espacio que es una iniciativa local, ya que no pertenece a ninguna institución de gobierno, es un recorrido por cómo se infestan los nopales de este insecto, cómo se tritura la grana y qué aplicaciones tiene este animal llamado científicamente Dactylopius coccus que en productos como ropa, alimentos o maquillaje su denominación industrial es CI 75470 y E 120.
Las cuatro especies de cochinilla que existen en el mundo, se reproducen en Oaxaca, pero la única que genera tintura, por su abundante contenido de químicos naturales en su sangre, es la hembra de grana fina.
De este insecto con cuerpo anillado y seis milímetros de largo, se pueden fabricar 60 tonalidades que van del rojo escarlata al rojo carmín pasando por guindas, morados, naranjas y rosas.
“Su cuerpo es rayado como una conchita y tiene alrededor un polvo blanco que es un muy fino como si fuera talco o harina, aparte está la grana silvestre que es como una bolita de algodón. Lo que nos interesa es el ácido carmínico y es la que estamos preservando para que no se pierda, este insecto llega solo, se propaga muy fácil y es más resistente a la lluvia y al sol”, expresa la encargada del museo.
La grana cochinilla nace y crece adherida a las pencas del nopal. Todos los días se protege de sus enemigos: lluvia y viento, o de sus depredadores: gusanos, arañas y pájaros. Al tercer mes de vida, empieza a procrear.
Su ciclo biológico no ha cambiado desde tiempos prehispánicos. Antes la gente cultivaba la cochinilla en la planta, cortaba el nopal y lo guardaba en su casa para cuidarlo del frío.
Para criarlas es necesario, en primer lugar, sembrar las pencas de nopal en invernaderos, es decir, protegerlas en un mini túnel o un espacio con clima adecuado. Posteriormente se colocan los nidos atestados de las futuras cochinillas madres para que recién muertas, sean expuestas al sol durante cinco días. La intención es deshidratarlas y transformarlas en polvo o líquido.
Nopal infestado con cochinilla.
“El insecto hembra, si lo observas en un microscopio se aprecia bien, tiene tres pares de patas y cuando son bebés se desplazan, ya que logra adherirse al nopal ahí se quedan tres meses, las patas se les atrofian y ya no se le desarrollan. Los insectos machos son palomitas que tienen alas, sobrevuelan, hacen su función reproductora con la hembra y desaparecen, se van”, comenta la guía del museo
En este espacio se aprecian los diferentes productos que se pueden teñir con grana cochinilla, es el caso de ropa, cuadros de arte, esculturas, paredes, mezcal y maquillajes. Además de que puedes triturar un poco del insecto, obtener el colorante en polvo y pintar algunos dibujos.
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