domingo, 12 de noviembre de 2023

Expo “Dichoso de Ti Angelito” en el IPBA



“Dichoso de ti angelito”, exposición que muestra diversos rituales de los Altos de Jalisco, continuará vigente hasta la última semana del presente mes en la galería del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA).

La misma, está inspirada en los rituales fúnebres para los angelitos de los Altos de Jalisco. Una expresión religiosa de mucho arraigo en el occidente mexicano y que tuvo presencia hasta finales del siglo XX, principalmente en ámbitos rurales. Al morir un infante, se reconocía su estado de gracia y se preparaba para su viaje al cielo, donde gozaría de la gloria concedida por Dios. 

El funeral se realizaba en la casa familiar, los padrinos vestían y coronaban al angelito, se le rodeaba de flores y se encendían velas o cirios. Con profundo apego a la doctrina católica, se replicaban elementos iconográficos que manifestaran la pureza, la gracia, la gloria alcanzada y la advocación sagrada de mayor apego para tos padres.

En la tradición cultural católica se llama angelito a quien murió después de ser bautizado y antes de tener “uso de razón”. Estando libre del pecado original por su corta edad, el fallecido entra de manera inmediata al Paraíso, lo cual mitiga el dolor de la pérdida al ser motivo de alegría.

De esa manera, la muerte de un niño se convierte en un modelo espiritual y edificante para la comunidad.

Los rituales funerarios infantiles enfatizan el carácter festivo que los distingue. Las campanas repican, el mariachi toca durante la velación y los cohetes anuncian el nacimiento de un nuevo ángel: un niño que abandona su nombre terrenal y se convierte en intermediario directo con el mundo de lo sagrado.

Tanto en la ceremonia como en la fotografía, se expresa la firme convicción que tienen la madre y los familiares en la resurrección; como también en los recursos simbólicos que portan los niños: la corona de flores, índice de la Gloria reservada a las almas justas, y la palma, alusión al triunfo sobre la muerte” (Gutierre Aceves).

Desde finales del siglo XIX y hasta la segunda mitad del siglo XX, fue común la práctica de realizar retratos de los angelitos en su lecho fúnebre, como una forma de mantener la memoria del fallecido y que al paso del tiempo se redujera la pena, sabiendo que ese angelito intercedería por toda la familia. Para finales del siglo XX, quedó casi extinta la costumbre de velar a los niños en las casas, perdiéndose también la costumbre de retratarlos.

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