sábado, 4 de noviembre de 2023

Narran linchamientos contra maestros por impulsar una educación anticlerical a infantes

Detalle de la pieza Profesor Arnulfo Sosa Portillo, asesinado el 6 de abril de 1937



Por: Reyna Paz Avendaño 

Los artistas Leopoldo Méndez y Aurora Reyes produjeron obras sobre los linchamientos que decenas de maestros socialistas vivieron entre 1934 y 1940 por impulsar una educación anticlerical en la que niñas y niños convivieran en un mismo salón de clases. Esos ataques que implicaron mutilaciones de sus orejas, quema de escuelas y violaciones, son narrados por Gema Kloppe-Santamaría.

La historiadora comenta que existen litografías de ese momento, por ejemplo, la serie “En el nombre de Cristo…han asesinado a más de 200 maestros”, de Leopoldo Méndez, que fue promovida por la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1939, ahí el grabador mexicano plasmó el asesinato del maestro Ramón Orta del Río en Barranca del Oro, Nayarit.

“La imagen muestra al maestro con las manos atadas y la cara contra suelo mientras las llamas abrasan su cuerpo, tirado junto a trozos de papel y libros. Otro grabado muestra a varios hombres con machetes atacando a Arnulfo Sosa, quien murió el 6 de abril de 1937 en San Andrés Xochimilco, Puebla”, describe Kloppe-Santamaría.

Más casos como éstos, la investigadora los recupera en su libro “En la vorágine de la violencia” (ed. Grano de Sal), ahí menciona el mural hecho por la artista Aurora Reyes, en 1936, “Atentado contra las maestras rurales” en el Centro Escolar Revolución. La imagen es de una maestra atacada por dos hombres, uno con billetes en mano y pisando libros, la arrastra por el suelo; y otro con un escapulario en el cuello golpea su rostro con la culata de un rifle.

“Estos linchamientos se dan en el marco de la implementación de la educación socialista, proyecto que inicia en la presidencia de Calles y que se pone en marcha bajo la presencia de Lázaro Cárdenas. Era un modelo de educación socialista con características que irritaron a buena parte de la población de México, especialmente a los que se identificaban como católicos, porque era una educación socialista, anticlerical y promovía una educación mixta donde niños y niñas se educaran juntos”, indica Kloppe-Santamaría.

Los que estaban en contra de esa educación miraron a los maestros como portavoces de políticas que consideraban amenazantes y que estaban alterando el orden socio-político a nivel local.

“La obra de Leopoldo Méndez y otros artistas se erige como un instrumento para tratar de legitimar el trabajo de los maestros, lo que buscaron fue concientizar a la población de que las políticas no querían dividir sino traer educación, progreso y modernidad a comunidades”, explica la investigadora.

En los casos que recupera Kloppe-Santamaría, una constante es la mutilación de orejas. El mensaje para el gobierno fue que ante la sordera de demandas, no a la educación socialista y secular, marcarían a los maestros.


El libro.


“Hay una fotografía que publicó Excélsior de dos maestras desorejadas que marcharon junto con otros para protestar frente al presidente Cárdenas. Cuando las miras con vendajes alrededor del rostro, es una imagen muy poderosa, es una advertencia de que son cuerpos marcados y pueden servir para disuadir a otros para que no involucrarse como en este proyecto de educación”, narra.

Esos ataques, en especial contras las maestras, son precursores de feminicidio, afirma Kloppe-Santamaría.

“Las maestras desafiaron roles, eran mujeres que se atrevieron a ir a poblados a promover una educación mixta y científica. La generación de post cristeros se justificó diciendo que eran mujeres de la calle que están pervirtiendo a niños y por tanto era válido violarlas”, señala.

Un caso documentado es el de Hermenegilda Rendón que recibió disparos y fue asesinada a machetazos por unos hombres en Jalacingo, Veracruz, en 1935; y también el caso de una maestra en Durango a quien violaron y mutilaron los senos.

Sobre el número de maestros asesinados por linchamiento, la investigadora señala que es complicado saberlo, no obstante Jean Meyer calcula que cerca de 100 maestros fueron asesinados y más de 200 sufrieron heridas graves. Otras cifras son de 139 casos de maestros atacados o asesinados (David L. Raby).

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