jueves, 28 de diciembre de 2023

El estridentismo tuvo dos padrinos: Diego Rivera y Ramón López Velarde, dice Evodio Escalante

Ramón Alva de la Canal, Germán List Arzubide, Manuel Maples Arce, Arqueles Vela y Leopoldo Méndez.


Por: Eleane Herrera Montejano 

Que no se puede explicar nada de lo que sucedió y sigue sucediendo en la literatura mexicana sin la ruptura fundamental de los estridentistas es una de las opiniones fundamentales del escritor Evodio Escalante.

“Aunque usted no lo crea, Alfonso Reyes, quien tiene gran fama de ser el gran clásico de la literatura mexicana en los años 20 estaba del lado de la vanguardia, eso casi nadie lo sabe”, dice en entrevista por su reciente publicación, “¡Viva el mole de guajolote! Nuevos asedios al estridentismo” (Colección Cultura Universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana, 2023).

Con este libro, Evodio pretende abrir perspectivas inexploradas, como la postura personal de que tanto los estridentistas como los contemporáneos en realidad no estaban tan alejados de la misma meta.

“Trato de hacer un abordaje incluyente porque el grupo de contemporáneos -donde está Salvador Novo Villa Urrutia o Gorostiza- y los estridentistas los hemos visto como hermanos enemigos y yo digo que a fin de cuentas su contribución va hacia el mismo lado: legitimar la vanguardia y las búsquedas en la literatura mexicana”, ahonda.

Para ello, busca antecedentes del estridentismo, a sus “padrinos” reales y encuentra datos para pensar que tuvo dos padrinos: “Diego Rivera, el pintor y el poeta Ramón López Velarde, eso lo explico en el libro así como la repercusión de la revista que marca un punto de madurez del estridentismo como un movimiento de vanguardia que se asienta en la CDMX”.


El libro.


MOLE DE GUAJOLOTE

“Con la ayuda de un amigo Salvador Gallardo descubrimos una revista publicada por los estridentistas que se encontraba perdida”, relata el autor sobre el origen de estos ensayos.

Se refiere a la revista Irradiador, publicada en 1923 por Manuel Maples Arce y Fermín Revueltas y es importante en la historia cultural por ser la primera revista de vanguardia que aparece en México.

“Resulta que yo le solicité a Salvador que revisara sus archivos familiares y encontramos los tres ejemplares que se publicaron en septiembre, octubre y noviembre de esa revista y obtuvimos el apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa para hacer una edición facsimilar”, detalla Evodio.

A partir de entonces, el escritor hizo una serie de publicaciones en torno al tema, gracias a las cuales se dio cuenta de que tenía suficiente material para un libro.

En cuanto al título, el autor explica que para los estridentistas la invitación a hacer un mole de guajolote tiene que ver con la intención hablada de “comerse a los guajolotes viejos”, que eran ni más ni menos que los integrantes de la Academia Mexicana de la Lengua.

“Tiene un toque subversivo ese llamamiento porque se sabe que es acabar con los viejos académicos”, agrega.

Actualmente, desde el punto de vista académico, el estridentismo ha tenido fortuna pues, según observa Evodio Escalante, en años recientes ha pasado de ser el patito feo de la literatura a ser revindicada, al punto de encontrarse en las tesis de egreso de generaciones jóvenes.

“Estuvo muy olvidado durante muchos años porque se le despreciaba, había una opinión negativa de que era pura gesticulación o gritos que no tenían en el fondo en ningún significado”, comenta y apunta que en el terreno de la crítica, la llama del estridentismo la mantuvo encendida el crítico Luis Mario Schneider, “luego a mí me tocó tomar una especie de carrera de relevos”.

La presentación del libro “¡Viva el mole de guajolote! Nuevos asedios al estridentismo” posiblemente se llevará a cabo en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería 2024

ESTRIDENTISTAS

Arqueles Vela, Germán List Arzubide, Germán Cueto, Fermín Revueltas, Ramón Alva de la Canal, Luis Quintanilla del Valle, Leopoldo Méndez y Manuel Maples Arce.

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