Por: Virginia Bautista
Deseo fortalecer el concepto de políticas culturales que partan del afecto; o sea, del reconocimiento de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que trabajamos, de lo que hemos hecho, de nuestra historia”, comenta la coreógrafa y bailarina Claudia Lavista (1969).
La maestra y promotora cultural, quien dirigirá Danza UNAM a partir del 1 de mayo, explica en entrevista que este concepto, en el que basará su gestión, parece un lugar común, un cliché, pero no lo es.
Si algo necesitamos ahorita es trabajar desde la afectividad, reconocernos todos en nuestro valor. Esto sólo se puede conseguir si hay diálogo de por medio. Estar a la cabeza de Danza UNAM implica sentarse en una mesa de diálogo con muchas personas, por medio de las cuales entenderemos cómo seguir tejiendo ese gran ecosistema que es la danza”, agrega.
Vía telefónica desde Texas (EU), donde realiza una residencia que terminará el 10 de abril, la creadora destaca que “cuando hablas de la danza mexicana, de cómo generar un tejido de la danza desde la danza, hay que pensar en la magnitud de la palabra. Ahí entra la danza contemporánea, pero también la clásica, la folclórica, la tradicional, la popular y la moderna.
"Para mí, el desafío es cómo entretejer todas estas danzas del país en un proyecto que se vincule con la comunidad universitaria y que genere una plataforma de desarrollo para todas las expresiones”, añade.
"Es una tarea complicada, porque dentro de ese ecosistema hay diversidad y múltiples voces. Mi tarea será jalar todos estos hilos y tejerlos, hacer un gran tejido. Éste ya existe, pero desde la UNAM hay infraestructuras que son valiosas para fortalecerlo y hacerlo crecer”, indica.
Quien estudió con el maestro Federico Castro y en el Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza asegura que le interesa seguir impulsando la interdisciplina, la transdisciplina, los cruces, los diálogos entre disciplinas.
Ahí hay un campo muy fértil en la UNAM, porque podríamos fortalecer las relaciones entre las facultades y la danza. Y además usar la infraestructura que ya se tiene en el país para generar proyectos de danza en los estados; es algo que se ha explorado poco”, considera.
La licenciada en Pedagogía de la Danza por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo dice que abrirá el espacio a proyectos tanto de jóvenes coreógrafos como de los ya reconocidos.
La idea es generar puentes entre las generaciones, crear un proyecto intergeneracional. Pareciera que la gente joven no necesita a los abuelos, pero sí los necesita. Más que rendirles homenajes, debemos darles espacios de trabajo, de expresión, de desarrollo.
Porque un coreógrafo o una coreógrafa de 70 años o de 75 años siguen con el deseo de expresar y yo quiero escuchar lo que tiene que decir. Es fundamental, porque además vivimos en un país en el que nos representa el amor por nuestros abuelos”, indica.
La directora fundadora en 1992, junto con Víctor Manuel Ruiz, de Delfos Danza Contemporánea, detalla que quiere impulsar una estrategia de consejos rotativos. “Es decir, si vamos a hacer un proyecto de danza y filosofía, pues eso requerirá de cierto consejo; no solamente en términos de las programaciones en los teatros, sino también en las iniciativas al interior de Danza UNAM”.
Lavista cita otros dos objetivos: la formación de públicos, “pues tras la pandemia la danza ha sufrido mucho y apenas se está recuperando”; y la dignificación del bailarín, porque “sé lo que implica que tu cuerpo esté todo el tiempo en riesgo, y eso va más allá de los tabuladores, se necesita una política integral desde todas las instituciones”, concluye.
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