La exposición está organizada junto a Main Partners William S. & Michelle Ciccarelli Lerach y Santiago García Galván. Foto cortesía.
Por: Jorge Caballero
El Museo de Arte Latinoamericano (MOLAA) anunció en la ciudad de Nueva York que entre los eventos colaterales oficiales de la 60° Biennale di Venezia, participará la exposición integral y proyecto de investigación de la artista mexicana Betsabeé Romero, titulada “El espiral sin fin”, organizada por el citado recinto museístico y curada por la argentina Gabriela Urtiaga, historiadora e investigadora del arte.
La exposición se propone explorar el recorrido artístico de Betsabeé a través de obras comisionadas y nuevas instalaciones, y es el resultado de la larga relación entre la artista y el Museo MOLAA. De hecho, su obra forma parte de la colección permanente del Museo y, tras su participación en la en La Biennale, se exhibirá en 2025 en MOLAA en Long Beach, California.
Las líneas y conceptos curatoriales se ramifican a lo largo de las salas de los espacios expositivos de la Fundación Bevilacqua La Masa, con la premisa implícita de investigar el tema "Extranjeros en todas partes" título de esta 60 Exposición Internacional de Arte - La Biennale di Venezia.
La exposición presenta diferentes secciones que crean un enfoque diferente a este tema crucial, sacando a relucir ideas y conceptos del conjunto de obras que destacan dualidades, tensiones, conflictos y fracturas en nuestra cultura e historia.
El anuncio de la participación de la artista mexicana en La Biennale la dio a conocer en conferencia de prensa en Nueva York, Santiago García, promotor del trabajo de Betsabeé Romero en Mexico y el extranjero a través de Itaca Arts afirmó que: “Al reflexionar sobre las contribuciones de Betsabeé al mundo del arte, también reconozcamos el impacto perdurable de su legado. Su arte no está confinado por fronteras; las trasciende, alcanzando a través de generaciones e inspirando cambios en los años venideros”.
García agregó que: “Mientras celebramos el profundo impacto del arte de Betsabee Romero, también es esencial extender nuestro sincero agradecimiento al MOLAA, así como a William y Michelle Lerach, por invitar a Itaca Arts a esta colaboración y dar vida a esta exposición”.
El MOLAA explicó que la artista desarrolló inicialmente una fuerte narrativa poniendo énfasis en la experiencia de ser un extranjero en el mundo, desde el punto de vista de muchos que carecen de un espacio donde refugiarse y sobrevivir. Habla de quienes, en su huída, chocan con fronteras políticas y económicas, siempre ajenas y excluyentes; del espejo que no nos reconoce, que duda, observa, ignora y distorsiona. Desde espejos que no incluyen identidades y géneros, más allá de clasificaciones y discriminaciones obsoletas. Desde los hogares donde prevalece la violencia, ejercida por quienes han empuñado el bastón de mando, como un puñal que marca arbitrariamente fronteras que definen su poder pequeños patriarcas, en detrimento de la vida de mujeres y niños, vulnerables e indefensos. De las comunidades más sabias y coherentes que tuvieron que esconderse para defender sus lugares sagrados y salvar al mundo de la barbarie, a la que ha conducido la lógica de la codicia y el consumo excesivo.
Cabe señalar que la exposición está dividida en seis secciones. La experiencia estética comienza con la instalación Señales que nos guían hacia el exilio, que cuestiona el concepto y las experiencias de migración ocurridas antes, durante y después de nuestro tiempo, y resalta cómo una comunidad puede contribuir a desmantelar el horror y las injusticias.
A través de la obra Identidad, unos espejos cóncavos de seguridad, que cubrirán completamente la estancia, observarán y distorsionarán nuestra imagen. Espejos mapeados y manipulados, con líneas duras y confinantes, espejos rotos en un universo roto.
Frontera espinada explora el sufrimiento que causan las fronteras. Son líneas impuestas que se oponen a la necesidad, la supervivencia y la comprensión, cicatrices que desangran al mundo. Líneas que nos siguen a lo largo de nuestra vida, inscritas en el cuerpo, grabadas en los pies, en las huellas que dejamos. Líneas crueles, bordes enfermizos y mortales.
La instalación Tótems rodantes de caucho y oro introduce al visitante en la movilidad y los tótems urbanos sobre ruedas, ruedas grabadas a mano que alguna vez fueron instrumentos de la memoria, sellos cilíndricos que han impreso la historia en todas las culturas de la humanidad. Las ruedas occidentales han cambiado el rumbo de la carrera, priorizando la velocidad y el olvido para seguir arrollando. Estos neumáticos reciclados reivindican el sentido opuesto a la modernidad; en lugar de servir en carreteras y vehículos de potencia, se mueven hacia atrás, operados manualmente para recordar y hacer visible lo que la velocidad había dejado atrás, para no volver a ser vistos nunca más. Un tótem móvil de iconografía indígena de toda América, bordados y cerámicas, estelas y objetos de piedra de diferentes regiones y culturas. En el punto de fuga de las sombras la artista reflexiona sobre la cultura como un hogar que llevamos dentro; un refugio que ha sobrevivido a la sombra de todos los poderes.
Finalmente, Plumas de un amanecer en espiral, es un viaje por una espiral sin fin, la sabiduría que siembra y germina en ciclos, un compendio rotatorio de vuelos colectivos y cautivadores. Caracol de alas circulares y laberínticas, cresta horizontal e infinita, apariencia arquitectónica y ritual, un espacio donde todos pueden entrar y vivir.
La exposición está organizada junto a Main Partners William S. & Michelle Ciccarelli Lerach y Santiago García Galván. Estará además acompañada por una publicación y opúsculo disponible para los visitantes.
El domingo 21 de abril a las 14 horas , conversación abierta al público entre Betsabeé Romero y la curadora Gabriela Urtiaga, seguida a las 16 horas de una visita guiada por ellas.
Betsabeé Romero es una artista que ha tenido la oportunidad de vivir y producir su obra en diferentes países, culturas y contextos. Gabriela Urtiaga escribe sobre ella “Betsabeé es un espíritu nómada que siempre busca nuevas experiencias y perspectivas, centrándose en examinar varios temas esenciales y urgentes para el público internacional. Trabaja con una fuerte conciencia de temas como la migración, los roles de género, las tradiciones culturales, la religiosidad, el mestizaje y la memoria individual y colectiva. Su método de transgredir los límites de diferentes categorías establecidas, de hacer visible la injusticia en el mundo como punto de examen y llamado a la acción, se redefine como un compromiso comunitario a través de un diálogo entre arte, justicia social y patrimonio, que interactúan con el bien común. La artista ha desarrollado una fuerte narrativa inicial que se centra en la experiencia de ser un extraño en el mundo y desde la perspectiva de muchos que carecen del territorio para buscar refugio y sobrevivir.”
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