Anadel Lynton, amorosa y rebelde cronopia de la danza contemporánea mexicana, bailarina, coreógrafa, performer, docente, investigadora, activista, madre, nítida y dulcemente libertaria, quien construyó siempre una vida generosa y congruente arraigada en las razones del nosotras y nosotros, se ha ido hoy a danzar en e iluminar a los territorios y sociedades del otro lado del umbral, que seguro la recibirán con sonrientes abrazos. Gracias por tanto querida e imprescindible Anadel. Gracias por tanta amorosa y fértil “incoveniencia”. Gracias por danzar de tantas formas. Gracias por enriquecer nuestras vidas. Gracias. Gracias. Gracias.
A Anadel Lynton, inmensa siempre, presente siempre, amorosa siempre.
Mi amiga,
nuestra amiga,
la cronopia
rebelde
y amorosa,
se desviste
de cuerpo,
suavemente
-pajarita brujita,
bailarina insumisa-
para nacer
curiosa,
danzarina,
en las infinitas
rondas
del misterio.
Desgoznará
las sonrisas
inmensas
de la Diosa,
preguntarálo
todo
nudamente,
el don
de ubicuidad
fatigará
en los cuatro
rumbos
sin perderse.
Y, valiente,
liberará
del uno al trece,
paso a paso,
los justicieros regalos
de los cielos,
los plebeyos,
populoso
Edén
de los nosotros,
los comunes,
las iguales.
Un amoroso texto de Javier Contreras. Maestro, coreógrafo, investigador y amigo de Anadel.
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