Por: Roberto A. Valenciano Capín
Bajo el aliento musical de Tchaikovsky se presentó este fin de semana la puesta en escena del ballet “La Bella Durmiente”,una versión libre basado en la coreografía de Marius Petipa en conjunción de la Orquesta Sinfónica de San Luis Potosí y el Ballet Clásico Ruso de Moscú, bajo la dirección de José Miramontes Zapata y Hassan Usmanov respectivamente y, ser testigo el Coloso de Villerías.
De esta manera, se completó la trilogía de Pyotr I. Tchaikovsky en cuanto a este arte balletístico; Lago de los Cisnes y el Cascanueces, en comentarios del Mtro. José Miramontes Zapata pocas ciudades tienen la oportunidad de disfrutar de estas obras balletísticas.
Un ballet trazado en un prólogo, tres actos y entreactos, en esta ocasión el montaje realizado para esta puesta en escena fue digna, con bailarines de buen nivel y una buena producción en cuanto al vestuario y escenografía en relación de esta trilogía dancísticas.
A pesar de respetar el argumento de Ivan A. Vsevolojsky y del mismo Petipa, se notó algo insulso en cuanto al planteamiento dancístico y la falta de tensión-clímax- drámaticos que plantea la obra misma, al no lograr plasmar ese vocabulario preciso para cada emoción que tenga que transmitir el personaje en cuestión.
Es de destacar que desde el prólogo mismo, fue involucrado al espectador con tan conocido cuento escrito por Charles Perrault, una historia de amor en donde la malvada bruja Carabosse y, furiosa porque no fue invitada a la fiesta, lanza una maldición sobre la pequeña Aurora que morirá cuando sea pinchada por una aguja, pero gracias a las hadas de los dones y talentos a través de la hada le otorgan el poder de romper el hechizo tanto de ella como su corte con el beso de un príncipe-Désiré
Tanto lo fue así, que en cada entreacto era aplaudido por el respetable que se dio en buena cita al Coloso de Villerías.
Se destaca la presencia escénica de Timur Kinsikeev, ovacionada por su personaje de la “Hada Carabosee”, reflejo de la maldad y envidia, así como el dúo de la Gata Blanca y el Gato con Botas.
En cuanto a la pareja protagonista, se destaca la “Princesa Aurora” (Natalia Kungurtzieva)ante un insulso “Príncipe Desiré” (Mikhail Kachán), siendo Kachán solista del Teatro Bolshoi de Moscú, mientras que Kungurtzieva ha obtenido importantes reconocimientos.
En una disimbola lucha que se da en el tercer acto entre el príncipe Désire y el Hada Carabosee, logra el primer vencerlo y ya roto el hechizo no solo a la princesa sino a su subditos, gracias al beso de su príncipe y de esta manera se logra el amor y sin más aparecen el pleno acto festivo en el palacio con la incorporación de los consabidos miniballets de los cuentos de Perrault, algunos más narrativos que otros, como el Pájaro Azul, Caperucita Roja y el Lobo, el Gato con Botas y la Gata Blanca por citar algunos, sin más el súbito final entre un cálido aplauso y un tibio bravo de los potosinos.
Tres días albergó este recinto cultural este legado de ballet clásico consideradas como obras de arte, ya que han perdurado a través del tiempo y que por tal razón, se busca no sólo preservar, sino también dar a conocer ese arte para los potosinos.
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