Siendo México uno de los principales países del planeta por lo que respecta a la riqueza de su arte popular, se desprende la pintura vernácula callejera, a la cual se le busca que esta manifestación artística sea reconocida y revisada más como un elemento importante del patrimonio cultural y su relación con las costumbres y las fiestas, con la religión, la antropología, la economía y en las conmemoraciones centenarias, con los héroes.
Dentro de este rubro del arte popular que queda inserta en la misma cotidianidad, fue presentado el libro-catálogo " rostros heróicos para el 2010; pintura popular morelense" del fotográfo, promotor cultural Fernando Hidalgo te esa efervesencia de provocar sentirse tocados por estos documentos homónimos.
Se contó con la presencia morelense en tierras potosinas a través de Gustavo Garibay López, el pintor Wilberth Azcorra y el fotográfo Fernando Hidalgo en la Sala de Cronistas del Palacio Municipal.
En su intervención Garibay López destacó a través de su texto- la huella de la historia o la resistencia contra el olvido- la construcción de la historia es un ejercicio coletivo y en él se revelan las identidades de los pueblos. Detrás de las simbolizaciones permanece una idea clara de lo que somos, la raíz y la razón de lo que hemos construído como sociedad.
De ahí que la importancia de este patrimonio cultural reside "en que toda forma portadora de memoria que implican un ejercicio de autoconciencia, de comprensión histórica, un acercamiento con lo que somos; cómo somos; nos lleva a un lugar, aunque no sea a un no lugar; a una práctica, una escritura; expresiones inseparables todas que nos conducen a la pregunta inevitable desde la íntimidad autocrítica respecto a quiénes somos: ¿Desde que lugar narramos nuestro pasado?".
Frente a un espacio profano de la cotidianidad ordinaria, ése no lugar da a la independencia de México y la revolución mexicana un espacio sagrado como los hitos históricos de mayor relevancia en nuestra historia moderna y contemporánea.
De esta manera, este canto a la verdad, esta pluralidad subversiva de imágenes transita por las calles la invención cotidiana de nuestras fantasías; sin volúmen, sin perspectiva, bajo la forma del naif,-entre ingeniudad y espontaneidad-, desde el candor de lo colorido, en la estridencia de sus representaciones, desconociendo una realidad ya deformada por los discursos oficiales.
"Esta serie de registros de Fernando Hidalgo nos dice que lo popular se apodera de la calle, se ocupa de la representación plástica del pasado y nos obliga a redescubrir y revestir el suelo cultural sobre el cual se teje la identidad nacional".
En voz del pintor Wlberth Azcorra leyó del historiador y escritor José N. Iturriaga, el prólogo del citado libro-catálogo.
Con un pleno ejercicio de labor de rescate de la memoria cotidiana en donde es parte ineludible del arte popular iletrado; de jóvenes y adultos a veces con una estética infantil, pero no regresiva, sino jamás evolucionada; no contaminada por la academia ni por la seriedad de los que se toman en serio a si mismos. "Sí, la pintura popular callejera es un arte desenfadado, juguetón, lúdico dirian los -cultos-. Se realizan para satisfacer la mera gana de ser yo mismo, y mis cosas también, sin concesiones al gusto establecido" comenta José N.Iturriaga en su puntual texto.
Entre el yendo y viniendo por carreteras, calles, y caminos del prodigioso Estado de Morelos, el fotógráfo, promotor cultural, escritos va trazando entre recuerdos, reflexiones entorno a esas imágénes lánguidas y alargadas del caudillo de Emiliano Zapata plasmadas en unas denigradas paredes.
Para este admirador de la pintura popular del siglo XIX lo subyugaron al plasmar esos instantes vitales trazados en un trozo de lámina plasmados trozos ingenuos y el profundo fervor del pueblo mexicano.
Al observar maravillado, ya en conjunto las imágenes que componen este libro y la colección fotográfica, pienso en la heroicidad de los autores, en su atropellada formación autodidacta, en la dificultad técnica al usar como soporte el m´s rugoso de los muros teniendo un taladro solar en la coronilla,brocas y pinceles de dudosa calidad...también pienso en la estoica desiderata del artista al saber de lo efímero de su trabajo, condenado a ser borrado por el impredecible cambio vocacional del muro, por la tiranía- de la eterna primavera morelense- o por el artero vándalo callejero quele imprime su descontente caligrafía con -esprái cómex-".
Aun así, a pie de calle, en un patio escolar o en una fonda, los héroes de la Independencia y la Revolución Méxicana reviven y nos gritan a color, montan a caballo, visten ceñidos uniformes, comen tacos o anuncian productos a precio de fábrica gracias a los pintores de pueblo, a doscientos años del grito de Independencia a cien del levantamiento revolucionario, podemos decir ¡ Qué viva México, que viva sus maravillosos creadores populares, que sigan delirando en las paredes del estado de Hidalgo".
Un libro que esta integrado por 50 fotografías, un prólogo de José N.Iturriaga, Textos de Martha Ketchum Mejía, Dionicio Morales, Gustavo Garibay López y Fernando Hidalgo.
Rostros Heróicos para el 2010, pintura popular morelense surgió a partir de las conmemoraciones de los Festejo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución 2010 por las autoridades de la Comisión Ejecutiva para las Conmemoraciones del 2010 en el Estado de Hidalgo.
Se les recuerda que pueden disfrutar de la exposición fotográfica " Rostros Heróicos para el 2010" en la galería Juan Blanco que se encuentra en las instalaciones del Palacio Municipal.
Así como la muestra pictórica del Mtro. Wilberth Azcorra " Sandías entre el desierto" en la Sala Tere Caballero en dicho recinto cultural.
Dentro de este rubro del arte popular que queda inserta en la misma cotidianidad, fue presentado el libro-catálogo " rostros heróicos para el 2010; pintura popular morelense" del fotográfo, promotor cultural Fernando Hidalgo te esa efervesencia de provocar sentirse tocados por estos documentos homónimos.
Se contó con la presencia morelense en tierras potosinas a través de Gustavo Garibay López, el pintor Wilberth Azcorra y el fotográfo Fernando Hidalgo en la Sala de Cronistas del Palacio Municipal.
En su intervención Garibay López destacó a través de su texto- la huella de la historia o la resistencia contra el olvido- la construcción de la historia es un ejercicio coletivo y en él se revelan las identidades de los pueblos. Detrás de las simbolizaciones permanece una idea clara de lo que somos, la raíz y la razón de lo que hemos construído como sociedad.
De ahí que la importancia de este patrimonio cultural reside "en que toda forma portadora de memoria que implican un ejercicio de autoconciencia, de comprensión histórica, un acercamiento con lo que somos; cómo somos; nos lleva a un lugar, aunque no sea a un no lugar; a una práctica, una escritura; expresiones inseparables todas que nos conducen a la pregunta inevitable desde la íntimidad autocrítica respecto a quiénes somos: ¿Desde que lugar narramos nuestro pasado?".
Frente a un espacio profano de la cotidianidad ordinaria, ése no lugar da a la independencia de México y la revolución mexicana un espacio sagrado como los hitos históricos de mayor relevancia en nuestra historia moderna y contemporánea.
De esta manera, este canto a la verdad, esta pluralidad subversiva de imágenes transita por las calles la invención cotidiana de nuestras fantasías; sin volúmen, sin perspectiva, bajo la forma del naif,-entre ingeniudad y espontaneidad-, desde el candor de lo colorido, en la estridencia de sus representaciones, desconociendo una realidad ya deformada por los discursos oficiales.
"Esta serie de registros de Fernando Hidalgo nos dice que lo popular se apodera de la calle, se ocupa de la representación plástica del pasado y nos obliga a redescubrir y revestir el suelo cultural sobre el cual se teje la identidad nacional".
En voz del pintor Wlberth Azcorra leyó del historiador y escritor José N. Iturriaga, el prólogo del citado libro-catálogo.
Con un pleno ejercicio de labor de rescate de la memoria cotidiana en donde es parte ineludible del arte popular iletrado; de jóvenes y adultos a veces con una estética infantil, pero no regresiva, sino jamás evolucionada; no contaminada por la academia ni por la seriedad de los que se toman en serio a si mismos. "Sí, la pintura popular callejera es un arte desenfadado, juguetón, lúdico dirian los -cultos-. Se realizan para satisfacer la mera gana de ser yo mismo, y mis cosas también, sin concesiones al gusto establecido" comenta José N.Iturriaga en su puntual texto.
Entre el yendo y viniendo por carreteras, calles, y caminos del prodigioso Estado de Morelos, el fotógráfo, promotor cultural, escritos va trazando entre recuerdos, reflexiones entorno a esas imágénes lánguidas y alargadas del caudillo de Emiliano Zapata plasmadas en unas denigradas paredes.
Para este admirador de la pintura popular del siglo XIX lo subyugaron al plasmar esos instantes vitales trazados en un trozo de lámina plasmados trozos ingenuos y el profundo fervor del pueblo mexicano.
Al observar maravillado, ya en conjunto las imágenes que componen este libro y la colección fotográfica, pienso en la heroicidad de los autores, en su atropellada formación autodidacta, en la dificultad técnica al usar como soporte el m´s rugoso de los muros teniendo un taladro solar en la coronilla,brocas y pinceles de dudosa calidad...también pienso en la estoica desiderata del artista al saber de lo efímero de su trabajo, condenado a ser borrado por el impredecible cambio vocacional del muro, por la tiranía- de la eterna primavera morelense- o por el artero vándalo callejero quele imprime su descontente caligrafía con -esprái cómex-".
Aun así, a pie de calle, en un patio escolar o en una fonda, los héroes de la Independencia y la Revolución Méxicana reviven y nos gritan a color, montan a caballo, visten ceñidos uniformes, comen tacos o anuncian productos a precio de fábrica gracias a los pintores de pueblo, a doscientos años del grito de Independencia a cien del levantamiento revolucionario, podemos decir ¡ Qué viva México, que viva sus maravillosos creadores populares, que sigan delirando en las paredes del estado de Hidalgo".
Un libro que esta integrado por 50 fotografías, un prólogo de José N.Iturriaga, Textos de Martha Ketchum Mejía, Dionicio Morales, Gustavo Garibay López y Fernando Hidalgo.
Rostros Heróicos para el 2010, pintura popular morelense surgió a partir de las conmemoraciones de los Festejo del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución 2010 por las autoridades de la Comisión Ejecutiva para las Conmemoraciones del 2010 en el Estado de Hidalgo.
Se les recuerda que pueden disfrutar de la exposición fotográfica " Rostros Heróicos para el 2010" en la galería Juan Blanco que se encuentra en las instalaciones del Palacio Municipal.
Así como la muestra pictórica del Mtro. Wilberth Azcorra " Sandías entre el desierto" en la Sala Tere Caballero en dicho recinto cultural.
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